Con una nueva plana ejecutiva que remplazó a los responsables del masivo fraude –todos ellos sometidos a juicio-, la compañía enfrenta una virtual quiebra en sus números contables y el asedio de sus acreedores.
Con una nueva plana ejecutiva que remplazó a los responsables del masivo fraude –todos ellos sometidos a juicio-, la compañía enfrenta una virtual quiebra en sus números contables y el asedio de sus acreedores.
El pasado viernes, el valor bursátil de la empresa se ubicó en 163.2 millones de dólares, un 90.6 por ciento menos que en febrero anterior, cuando valía mil 744 millones, y sólo sus deudas con bancos y tenedores de bonos son casi seis veces mayores a esa cifra.
A sus pasivos hay que sumarle los 434.7 millones de dólares que, según estimaciones, le costará el programa de compensaciones para resarcir los cobros excesivos en que incurrió con casi un millón de deudores a quienes estafó con el manejo de sus tarjetas de crédito.
Por si fuera poco, la cartera de créditos de la compañía, que asciende a mil 169 millones de dólares, es hoy por hoy su principal activo y, según un informe de la firma auditora Deloitte, sólo la tercera parte de esa cifra es recuperable.
A pesar de la dimensión del descalabro, aún quedan expertos que apuestan por la viabilidad empresarial de La Polar, siempre y cuando logre un convenio con sus acreedores, en especial los bancos, que mantienen abierta la posibilidad de solicitar la quiebra legal.
El catedrático de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Juan Pablo Muñoz Concha, dijo a Notimex que "en mi opinión, La Polar es una empresa viable. Yo creo que tiene muchas posibilidades de recuperación".
De acuerdo con el experto, un maestro en Administración de Negocios por la Universidad de Chicago, es cierto que la firma tiene una situación financiera muy comprometida y ha sufrido un daño importante a su reputación corporativa "pero es recuperable".
Muñoz Concha explicó que la principal fortaleza de La Polar es su cartera de clientes, es decir, los 1.2 millones de usuarios de sus tarjetas de crédito, la enorme mayoría de los cuales pertenecen al segmento de familias de ingreso medio-bajo y medio.
Se trata de un conglomerado social que representa las dos terceras partes de la población chilena y casi la mitad de esas familias cuenta con una tarjeta de crédito de La Polar.
"El valor principal de La Polar está dado por esa cartera de clientes. Hay otras empresas que se han orientado a ese mismo segmento de mercado y han sido muy exitosas", afirmó.
De acuerdo con el catedrático de la Universidad de Chile, el problema de la multitienda fue la manera irresponsable y fraudulenta en que los anteriores ejecutivos manejaron la cartera de créditos, la cual requiere una gestión eficiente.
El pasado 24 de junio, el conocido inversionista chileno Alvaro Saieh adquirió el 10 por ciento de las acciones de La Polar, lo que los analistas financieros aplaudieron y lo interpretaron como una noticia positiva en medio de la severa crisis que enfrenta la firma.
Saieh emerge como el eventual controlador de La Polar, una empresa cuya propiedad está atomizada entre corredoras de bolsa, Administradoras de Fondos de Pensiones y más de 500 accionistas, lo que permitió que los anteriores ejecutivos se adueñaran de la firma.
La nueva plana ejecutiva apuesta a mantener a los segmentos medios y medios-bajos como su principal apuesta de negocios y a manejar con eficacia y responsabilidad su cartera de créditos, aunque el principal reto será arreglar su maltrecha imagen pública.
Notimex La cadena de multitiendas La Polar, protagonista del mayor escándalo financiero en la historia de Chile al defraudar a un millón de clientes, busca evitar la bancarrota pese a que acumula pérdidas por mil 581 millones de dólares este año.
Con una nueva plana ejecutiva que remplazó a los responsables del masivo fraude –todos ellos sometidos a juicio-, la compañía enfrenta una virtual quiebra en sus números contables y el asedio de sus acreedores.
El pasado viernes, el valor bursátil de la empresa se ubicó en 163.2 millones de dólares, un 90.6 por ciento menos que en febrero anterior, cuando valía mil 744 millones, y sólo sus deudas con bancos y tenedores de bonos son casi seis veces mayores a esa cifra.
A sus pasivos hay que sumarle los 434.7 millones de dólares que, según estimaciones, le costará el programa de compensaciones para resarcir los cobros excesivos en que incurrió con casi un millón de deudores a quienes estafó con el manejo de sus tarjetas de crédito.
Por si fuera poco, la cartera de créditos de la compañía, que asciende a mil 169 millones de dólares, es hoy por hoy su principal activo y, según un informe de la firma auditora Deloitte, sólo la tercera parte de esa cifra es recuperable.
A pesar de la dimensión del descalabro, aún quedan expertos que apuestan por la viabilidad empresarial de La Polar, siempre y cuando logre un convenio con sus acreedores, en especial los bancos, que mantienen abierta la posibilidad de solicitar la quiebra legal.
El catedrático de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Juan Pablo Muñoz Concha, dijo a Notimex que "en mi opinión, La Polar es una empresa viable. Yo creo que tiene muchas posibilidades de recuperación".
De acuerdo con el experto, un maestro en Administración de Negocios por la Universidad de Chicago, es cierto que la firma tiene una situación financiera muy comprometida y ha sufrido un daño importante a su reputación corporativa "pero es recuperable".
Muñoz Concha explicó que la principal fortaleza de La Polar es su cartera de clientes, es decir, los 1.2 millones de usuarios de sus tarjetas de crédito, la enorme mayoría de los cuales pertenecen al segmento de familias de ingreso medio-bajo y medio.
Se trata de un conglomerado social que representa las dos terceras partes de la población chilena y casi la mitad de esas familias cuenta con una tarjeta de crédito de La Polar.
"El valor principal de La Polar está dado por esa cartera de clientes. Hay otras empresas que se han orientado a ese mismo segmento de mercado y han sido muy exitosas", afirmó.
De acuerdo con el catedrático de la Universidad de Chile, el problema de la multitienda fue la manera irresponsable y fraudulenta en que los anteriores ejecutivos manejaron la cartera de créditos, la cual requiere una gestión eficiente.
El pasado 24 de junio, el conocido inversionista chileno Alvaro Saieh adquirió el 10 por ciento de las acciones de La Polar, lo que los analistas financieros aplaudieron y lo interpretaron como una noticia positiva en medio de la severa crisis que enfrenta la firma.
Saieh emerge como el eventual controlador de La Polar, una empresa cuya propiedad está atomizada entre corredoras de bolsa, Administradoras de Fondos de Pensiones y más de 500 accionistas, lo que permitió que los anteriores ejecutivos se adueñaran de la firma.
La nueva plana ejecutiva apuesta a mantener a los segmentos medios y medios-bajos como su principal apuesta de negocios y a manejar con eficacia y responsabilidad su cartera de créditos, aunque el principal reto será arreglar su maltrecha imagen pública.
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