2010/07/26

Chinos quieren perder peso e industria de las dietas hace su gran negocio

China pasó de las hambrunas a la gordura en pocas décadas, hasta alcanzar ese auténtico pináculo de la prosperidad económica que es la necesidad de hacer dieta. Ahora Weight Watchers, la compañía estadounidense campeona de la pérdida de peso, trata de hacer dinero con eso.

La venta de productos adelgazantes trepó abruptamente, se abren (y se cierran) gimnasios a la velocidad de la luz y los hospitales dedicados al ejercicio de la medicina china tradicional informaron incrementos en el número de pacientes que se hacen tratamientos de acupuntura para perder peso.

La venta de los productos especializados creció 10% en 2008 a US$ 885 millones, según Euromonitor, que predijo un crecimiento de 6% anual en cinco años.

Weight Watchers considera que halló una fórmula para hacer dietas que tiene características típicas chinas y recientemente abrió cuatro sucursales en Shanghai -una ciudad que ha desarrollado fobia a la gordura- en sociedad con el grupo francés Danone. Pero basta echarle una ojeada a una reunión de Weight Watchers en China para tener en claro que el modelo que funciona en el denominado cinturón del maíz de Estados Unidos no puede ser transplantado a Asia. Por empezar, los chinos que quieren hacer dieta no son lo bastante gordos.

Y no es que la obesidad no sea un problema en China: según un estudio los chinos adultos engordan a una tasa más rápida que los de cualquier otra nación excepto México. Pero a la mayoría de los que participan de la reunión de Weight Watchers en Shanghai, ni siquiera se los puede considerar gorditos.

DiarioFinanciero.com

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