El presidente estadounidense, Barack Obama, hizo ayer un llamado urgente a ese país a disminuir su dependencia del petróleo y avanzar hacia la energía limpia, pidiendo la actuación del Congreso para reducir las posibilidades de que un derrame como el del Golfo de México se repita.
El mandatario delineó un plan para restaurar las áreas costeras devastadas por el desastre ambiental, que calificó como "el peor en la historia de Estados Unidos", y dijo que BP tendrá que pagar por los daños. En su discurso desde la Oficina Oval, cuyo uso suele reservarse para las grandes crisis, Obama reiteró su promesa de campaña de promover las fuentes limpias de energía.
El mandatario se runirá hoy con altos ejecutivos de BP en la Casa Blanca. "Me reuniré con el presidente de BP y le informaré que debe apartar los recursos que necesarios para compensar a los trabajadores y dueños de empresas afectados (...) y ese fondo no será controlado por BP", señaló.
Obama resaltó la necesidad de hacer cambios en la regulación y modo de operar de la industria petrolera, los que inició con el nombramiento de un nuevo director en el Servicio de Administración de Minerales, regulador de la industria. "En la última década, esta agencia ha sido emblemática de una filosofía fracasada que mira la regulación con hostilidad - una filosofía que dice que debe permitirse a las empresas autorregularse".
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