2010/05/20

Posibilidad de Una Desintegración Europea se Instala con Fuerza

La discusión es una realidad, y el temor de los mercados pese a un salvataje de grandes dimensiones también parece haberse establecido con ímpetu.

“Los dos últimos años han demostrado que las cosas que se consideraban como imposibles finalmente sucedieron”, señala el analista del Conference Board para Europa, Jean-Claude Manini, sintetizando el vertiginoso giro que ha exhibido en poco tiempo el viejo continente, surgiendo cada vez con mayor frecuencia la pregunta de si estamos ante el fin de la zona euro.

El sustento de dicha duda se encuentra, para comenzar, en una debilidad con imprevistas consecuencias en uno de los países miembros del área de moneda única, Grecia, en donde un plan de rescate por más de 110.000 millones de euros estuvo lejos de convencer a los mercados. A eso se añade el ingreso con fuerza de una entidad como el Fondo Monetario Internacional (FMI), capaz hoy de ejercer tutelaje en una sociedad renuente a la pérdida de bienestar y por consiguiente, de gasto público; la introducción de “dinero en exceso” que para algunos significa “pan para hoy y hambre para mañana”, y la pérdida de credibilidad del Banco Central Europeo (BCE), que rompió con principios que lo vieron nacer. Los argumentos para una fragmentación, por lo tanto, no son pocos.

 

De un País Pequeño a un Rescate Gigante

 

Un balance fiscal de 13,6% del PIB y una deuda pública que supera el 115% del producto han sido las cifras mayormente esgrimidas para dar cuenta del peligro que representa Grecia, una nación cuyo aporte en PIB a la zona euro es de tan sólo 2,6%. Pese a ello, el país se convirtió en un símbolo del riesgo de contagio, debido a las pesadas cargas y compromisos que deben asumir otros estados del euro tras su abultado gasto engrandecido con la crisis financiera internacional.

La futura necesidad griega de pagar intereses de deuda a los tenedores de bonos de una magnitud que se calcula en un 7,5% de su PIB en 2013 (con una deuda cercana al 150% del producto), y la desconfianza de parte de los inversores en que a esa fecha pueda cumplir con esas obligaciones, derivó en que éstos giraran su vista con fuerte suspicacia al resto de las naciones en riesgo fiscal (Portugal, España, Irlanda e Italia). Esto, desacreditó en pocas horas una extenuante decisión de rescate tomada entre el FMI y la Comunidad Europea hacia Atenas por cerca de US$150.000 millones. De ahí, la respuesta comunitaria: US$962.000 millones (750.000  millones de euros) para un paquete de estabilidad dirigido a aquellos países señalados con el dedo, siendo Alemania uno de los grandes contribuidores de ayudas (16,4% del total de los recursos), lo que trajo más de un problema político al interior de la nación dirigida por Angela Merkel, pues se ayuda a un país que manipuló las cifras por años. El FMI aportó con el 67%.

“Antes de esa decisión (del rescate), el ataque del mercado iba a ser persistente, porque se sabía que la solución para Grecia no iba a funcionar”, explica Bertrand Delgado, analista de Roubini Global Economics.

 

FMI: ¿Un Golpe al Corazón Europeo?

 

Pero, además, el fuerte establecimiento del FMI en una región cuyas variantes ideológicas se caracterizan por presentar un “tinte” propio, plantea algunas interrogantes. Entre ellas, la contradicción generada por las diferencias en las bases de ambas “organizaciones” y por otro lado, un eventual “amplio” poder de parte del Fondo sobre las decisiones europeas.

Para Horacio Pozzo, profesor de macroeconomía de la Universidad Católica de La Plata de Argentina, “hoy el riesgo de desaparición del euro es concreto”, y el aplicar recetas similares a las que llevaron al país trasandino a la crisis de 2001, en un contexto recesivo, “sólo generará un grave conflicto social, un círculo vicioso de menor actividad económica, mayor desempleo y menor recaudación. No parece ser un camino muy inteligente”, advierte.

Jean-Claude Manini cree que la participación del FMI es “probablemente el precio a pagar para convencer a algunos países miembros, empezando por Alemania”. Sin embargo, afirma, esto “no implica una importante pérdida de soberanía”, y más bien se utilizó como elemento virtuoso ante la necesidad de credibilidad de parte de los mercados. Respecto a los cambios económico-ideológicos que pueden introducirse, el experto considera que más allá del ingreso del organismo, “las reformas estructurales –mercado de trabajo y el sector servicios– son ineludibles”, y “Europa sigue siendo Europa. Las redes de seguridad seguirán siendo más generosas que en otras partes y la regulación continuará siendo más fuerte, manteniendo la señal de que las políticas de los países nórdicos no son incompatibles con la competitividad”. En este sentido, señala, pese a que la desintegración de la Unión Monetaria Europea o incluso la Unión Europea son en teoría posible, en mi opinión es muy poco probable”.

 

Los Efectos de la “Segunda Parte”

 

Además de la falta de disciplina fiscal y una posible pérdida de identidad en el bloque, otros elementos que sientan un manto de dudas sobre su continuidad son un gigantesco gasto y la pérdida de credibilidad en el BCE. Sobre el primero de los casos, Rober Aumann, Premio Nobel de Economía, sostuvo que paquetes de la magnitud del aprobado quizás ayuden por ahora, pero sacrifican el futuro y alientan un comportamiento dispendioso”.

En cuanto a la entidad monetaria, aparece progresivamente el riesgo de pérdida de confianza, en la medida en que el organismo se sumó a la lista de grandes bancos centrales que se acercó a la política fiscal más de lo que parecía posible. Y es que, el BCE, tuvo que romper con dos de sus principios establecidos en el Tratado de Maastricht –sustento de la unión monetaria–, y en donde se puntualizó que cada país es responsable de sus propias finanzas y que el banco central es independiente de los gobiernos.

Así, en definitiva, la gran mayoría de los analistas concuerda en que la discusión acerca de la posibilidad de rompimiento de la Unión Europea es una realidad, algo, para el experto de Moody’s, Juan Pablo Fuentes, era “inconcebible hace un año”. Por lo pronto, consideran los especialistas, un número creciente de países tendrá que reducir sus déficit presupuestarios de una manera convincente, por cuanto el crecimiento se mantendrá débil, un añadido a una realidad económica ya disminuida por la primera parte de la “Gran Recesión”.

 

  
¿Necesidad de Más Dinero?

 

“El paquete anunciado (de US$962.000 millones) debe ser suficiente para evitar un default en el corto plazo. La pregunta sigue siendo si esto resolverá el problema de fondo (la insolvencia). El rescate no mejorara los indicadores de deuda, por esa razón algunos piensan que una reestructuración sigue siendo inevitable. Pienso que si el paquete anunciado no funciona, nada lo hará (no más dinero)”. Juan Pablo Fuentes, economista de Moody’s.

“La crítica situación que se vive hace que puedan desencadenarse nuevos episodios de crisis que hagan necesaria una ayuda cada vez más grande. No hay que olvidar que el sistema financiero europeo está en juego y corre un serio riesgo de colapso. Además, que si ya han mentido una vez, no es descartable que haya más mentiras ocultas”. Horacio Pozzo, Académico Universidad Católica de la Plata

 

INSERCIÓN

“Las reformas estructurales mercado de trabajo y el sector servicios son ineludibles (…) y Europa sigue siendo Europa. Las redes de seguridad seguirán siendo más generosas que en otras partes y la regulación continuará siendo más fuerte”, afirmó Jean-Claude Manini, economista del Conference Board, sobre el rol del FMI.


Estrategia.cl

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