Sugerencias similares relacionadas con los ejecutivos de Wall Street se han escuchado en la crisis financiera más reciente.
Pero las burbujas también sirven, aseguran Matthew Bishop, director de la revista The Economist en Estados Unidos, y el escritor británico Michael Green. En su libro "The Road from Ruin: How to Revive Capitalism and Put America Back on Top" (El camino de regreso de la ruina: Cómo reanimar el capitalismo y reponer a EE.UU. en la cima), de la editorial Crown Business, aboga por terminar con las acusaciones y trascender las viejas prácticas en los mercados.
En su crítica de libros, Financial Times destaca cómo Bishop y Green, ambos pro mercado y pro capitalismo, reconocen que los gobiernos deben actuar en momentos de crisis y aceptan que las recientes prácticas financieras, como el nepotismo bancario, han desacreditado al capitalismo. Por ende, apoyan una reforma financiera junto a un reequilibrio macroeconómico global y una combinación juiciosa de políticas keynesianas (durante la crisis) seguidas por un regreso a la política de libre mercado una vez que la tormenta pase.
Porque aprender de las burbujas no es malo, insiste Bishop. "La mayor parte de las burbujas son consecuencia de alguna innovación económica o financiera. No se trata de que todos nos volvamos locos. La burbuja puntocom es un ejemplo clásico: al final se vendía mucha basura y los precios aumentaron demasiado, pero la aparición de Internet y de algunas de las compañías que se crearon en ese período han cambiado el mundo".
- ¿Cómo calificaría la respuesta de Wall Street a la crisis financiera?
- Le pondría una C. En términos de las reformas fundamentales que se necesitan, no han enfrentado la situación. Hay poco debate serio sobre lo que hay que hacer. El sistema está muy vulnerable a otra crisis.
- ¿Por qué vulnerable?
- Se ha inyectado mucho dinero en el sector bancario, pero no es mucho lo que se ha invertido en la economía real. Mis colegas opinan que ya hay otras burbujas en los mercados de materias primas.
- ¿Por qué se descontrolaron tanto los incentivos?
- En parte se debió al clima intelectual de la década de 1980, cuando se impuso un sentido caricaturesco de los mercados: el gobierno es malo, los mercados son buenos. En realidad, los mercados necesitan que el gobierno sea eficaz y trabaje de forma adecuada.
-¿Qué tipo de regulación le gustaría ver?
- Tiene mucho sentido un organismo de protección del consumidor. Muchos consumidores son ignorantes en términos financieros, y los bancos y entidades de crédito hipotecario han explotado deliberadamente esa ignorancia.
El gobierno debería aclarar qué significa tener responsabilidad fiduciaria respecto del dinero de otras personas. Porque las instituciones financieras no deberían poder escoger sus propios reguladores. Los fondos de cobertura y otras fuentes privadas de inversión deberían tener supervisión, de modo tal que haya alguien en el sistema que esté atento a los niveles excesivos de riesgo. Lo que tenemos que hacer es crear un sistema de regulación mucho más fuerte.
Y favorezco la transparencia, pero en EE.UU. tenemos demasiados reguladores, y el problema de disponer que todo pase por un contralor es que eso limita la innovación y reduce la sofisticación de los mercados financieros.
- Usted dice que es "demasiado fácil" culpar de la crisis a la avaricia.
- Me enojo en relación con ciertas conductas imprudentes anteriores a la crisis, pero me indigna más la forma en que se han comportado firmas como Goldman Sachs después de la crisis. Se niegan a reconocer que ahora están ganando dinero porque el gobierno y los contribuyentes aportaron muchos fondos.
- ¿Cuál es su mayor temor ahora?
- Que ahora que la economía muestra indicios de crecimiento, la gente diga que es difícil reformar el capitalismo y que tal vez no sea tan malo después de todo. (Bloomberg)
DiarioFinanciero.cl
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