El mismo día en que el gobierno chileno pidió a su par estadounidense mayor plazo para el envío de uvas de mesa chilenas a este mercado, la mayor cadena de alimentos orgánicos del mundo, Whole Foods, advertía a sus consumidores que su oferta de esta fruta se verá fuertemente afectada producto del terremoto.
El 4 de marzo en el blog del retailer estadounidense, una de sus compradoras de productos, Karen Christensen, explicó a clientes y empleados que si bien los socios vendedores de la cadena no se vieron gravemente perjudicados, la infraestructura de cosecha no corrió la misma suerte, lo que "tendrá un impacto en todos los suministros de alimentos frescos, especialmente las uvas de mesa". Esta escasez se extendería desde principios de abril hasta los primeros días de mayo, dijo.
Los envíos de uva de mesa chilena están en una carrera contra el tiempo, ya que a partir del 10 de abril rige una limitación a las exportaciones nacionales de esta fruta a EE.UU. El gobierno chileno por lo mismo solicitó el 4 de marzo al Departamento de Agricultura (USDA) una prórroga de 10 días para el "marketing order" que rige desde 2009. Si bien éste no impide las importaciones de uva chilena después de esa fecha, pone mayores exigencias a su ingreso.
Es así que se pide posponer la regulación bajo criterios humanitarios. Las cámaras de comercio de los puertos que reciben estos envíos -Philadelphia, Gloucester y Wilmington- y de productores con presencia en Chile, como Dole, apoyan la iniciativa.
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