Los costos del terremoto que azotó la zona centro y sur del país el sábado 27 de febrero y la labor de reconstrucción serán una carga para el nuevo gobierno, pero también una oportunidad para demostrar su competencia, aseguró desde Washington el presidente de Inter-American Dialogue, Peter Hakim.
De todos modos, la magnitud del impacto de este desastre distará mucho de lo que sucedió en Haití, explicó el experto, que encabeza la institución de análisis político e intercambio sobre Latinoamérica.
- ¿Cree que los saqueos que se han producido en la zona del terremoto tendrán un impacto en la imagen de Chile en el exterior?
- Creo que tenemos que esperar. Es muy temprano para entregar un juicio sobre lo que está pasando (los disturbios sociales) y si esto tendrá un efecto o no. En general, Chile parece estar manejando esto bastante bien, no he visto un desastre natural que no pudiera ser manejado de mejor forma, donde no hubiera podido haber mejor coordinación, donde las medidas tomadas no hubieran podido ser más eficientes. Lo que veo es que el país está haciendo un buen trabajo. Con tanta cobertura de televisión, es muy difícil saber qué es representativo de la situación y que es la visión espectacular de un suceso terrible.
- ¿Podría la labor de reconstrucción verse afectada por el cambio de gobierno?
- No creo que sea fuertemente afectada. Ciertamente colocará cierta carga sobre el nuevo gobierno de Chile, que previamente no tenía, pero también ofrece cierta oportunidad para mostrar su competencia. Lo importante es que el nuevo presidente Sebastián Piñera demuestre que le preocupa la gente. No puedo imaginarme que esto se convierta en una división bipartidista. Me parece que el nuevo gobierno lo manejará de una forma parecida a lo que ya ha hecho Michelle Bachelet.
- Le pregunto porque no sólo es un cambio de gobierno, es también un cambio de coalición…
- En cierta forma, el gobierno de Bachelet debería comenzar a incorporar al nuevo gobierno de a poco y sospecho que habrá mucha continuidad. A nivel ministerial habrá cambios, pero los funcionarios públicos permanentes se mantendrán. El ejército y la policía se mantendrán funcionando como siempre, al igual que los bomberos y el gobierno local. No creo que haya un cambio dramático en el manejo de la crisis. Habrá una relación fluida entre ambos gobiernos en los asuntos concernientes al terremoto, simplemente porque así tiene que ser. Los votantes chilenos jamás perdonarían a la Concertación o a la Alianza si dejaran que la política se entrometiera en una respuesta humanitaria genuina.
Desafíos para el nuevo gobierno
- ¿Cuáles serán los mayores desafíos del nuevo gobierno en el corto plazo?
- El primero es reparar el daño del terremoto, reconstruir la infraestructura, que la gente consiga refugios, nuevos hogares, encontrar maneras en que las personas recompongan sus vidas y reconstruir las áreas de negocios de las economías locales. Esta reconstrucción no será fácil.
Lo segundo será sostener la recuperación. La popularidad de Bachelet sugiere que la economía es muy importante para los chilenos. La población la premió por hacer un buen trabajo al enfrentar la crisis financiera global. Por ello, mantener a la economía fuera de la recesión y colocarla en un buen ritmo de crecimiento es muy importante. Esas dos serán las preguntas inmediatas para el nuevo gobierno ¿Puede hacer que la economía funcione de forma efectiva? Y ¿puede proveer la ayuda humanitaria de largo plazo para las víctimas del terremoto?
- ¿Tendremos un empujón del sector externo? ¿Cómo se vislumbra el panorama internacional?
- La recuperación estaría tomando forma, todos mantienen sus dedos cruzados. Casi todos los economistas con los que hablo sugieren que las cosas se ven bien, pero nadie puede garantizar que esto se mantendrá para siempre, y la posibilidad de una doble caída o una recuperación más lenta de lo esperado es aún un escenario muy posible. Pero en definitiva parece que la recuperación está en marcha.
- ¿Tiene el país acceso a varias fuentes de financiamiento para la reconstrucción?
- No veo motivos para que no sea así, sobre todo en lo que se refiere a los organismos multilaterales, a menos que el país decida recurrir exclusivamente a la banca comercial. Chile ciertamente no generará el tipo de preocupaciones que Haití. Haití partió de cero y luego retrocedió. La incapacidad de los haitianos de manejar su propia recuperación es obvia. Los chilenos, por otro lado, tendrán asistencia, pero será más parecida al tipo de ayuda que Estados Unidos entregaría a los países europeos, no provendrá de la desesperación, sino porque esto es lo hacen los vecinos cuando algo sale mal.
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