¿Cómo se verá la economía mundial (de hecho, el mundo) una vez que la crisis financiera haya terminado? ¿Esto terminará siendo una mera anomalía o algo más fundamental? Mucho de la respuesta dependerá del desempeño de los dos gigantes asiáticos, China e India. Con o sin razón, en general se acepta que China seguirá creciendo muy rápido. ¿Pero cuál es el futuro probable para India?Asistí a debates sobre esta pregunta en Bombay y Delhi hace dos semanas. La ocasión fue el lanzamiento de un informe preparado por Centennial Group para el Foro de Mercados Emergentes* de este año.
Enfrenta una cuestión provocadora: ¿Qué tendría que cambiar para que India se convirtiera en un país rico en una generación? La respuesta es: mucho. Pero, hay una cosa clara: después del desempeño de las tres últimas décadas, la meta no es absurda.Desde 1980, los estándares de vida promedio de chinos e indios han, por primera vez en las historias de estas dos ancianas civilizaciones, experimentado una subida rápida y sostenida. En una generación, el PIB per capita de India subió 230%, una tasa de tendencia de 4% al año. Esto se vería como un logro notable si el de China no se hubiese incrementado en 1.090%, una tasa de tendencia de 8,7%. Pero incluso si India ha ido a la zaga, el cambio ha sido suficientemente grande como para que la aspiración reemplazara a la resignación en la mente de una proporción grande y creciente de indios.
El pasado reciente ofrece al menos cuatro nuevas razones para el optimismo. Primero, la tasa de crecimiento ha estado acelerándose: en los cinco años hasta, e incluyendo 2008, la tasa promedio anual de la expansión económica fue de 8,7%, por encima del 6,5% del máximo previo en 1999. Segundo, ahorros e inversiones notablemente más altos sostienen esta aceleración, con un ahorro bruto cercano a 38% del PIB en el año financiero 2007-08. Tercero, la economía de India se ha globalizado: la participación del comercio en bienes y servicios llegó a 51% del PIB en el cuarto trimestre de 2008, muy encima del 24% de la década anterior.
Esto no está lejos del 59% del PIB en China.Por último, el sistema democrático, con todas sus debilidades, funciona. La democracia india es una maravilla del mundo político. Lo que ocurrió en la última elección parece un gran evento – la reelección de un gobierno encabezado por Congreso, con un gran aumento en los asientos del partido. Se cree que esto refleja la elección de competencia sobre casta y secularismo sobre sectas. Además, el electorado registró la aprobación de las capacidades e integridad de Manmohan Singh, el primer ministro. He tenido la suerte de haber conocido al doctor Singh por tres décadas y media.
No admiro más a nadie. Sólo espero que esté preparado para usar agresivamente su período posiblemente final al mando.Entonces, ¿qué tiene que pasar para que los indios disfruten de un estilo de vida acomodado? La respuesta, sugiere el informe, es que India debe sostener un crecimiento cercano a 10% al año por una generación. Esto no es inconcebible: China lo ha logrado, desde una base más baja, por tres décadas. Pero es una tarea enorme, en particular para un país tan grande, diverso y complejo. Tendría que haber cambios extraordinarios, dentro de India y en las relaciones de India con el mundo.Para que esto fuera concebible, tendrían que ocurrir al menos cuatro cosas: el mundo debe seguir en paz, la economía mundial debe permanecer abierta; India debe evitar el estancamiento en el cual han caído muchos países de ingresos medios y, por último, hay que manejar las implicancias ambientales y de recursos naturales de sus mayores ingresos.
Más aún, India debe superar por sí misma tres grandes desafíos: mantener, incluso fortalecer, la cohesión social en un momento de agitación económica y social; crear una economía competitiva e innovadora; y jugar un rol en su región y en el mundo acorde al tamaño e importancia crecientes del país. En aspectos fundamentales, India debe convertirse en un país distinto.Asimismo, como plantea el informe, India tendría que ser gobernado de modo muy diferente. En India un proceso democrático vigoroso, aunque con frecuencia corrupto, ha sido sobrepuesto sobre las “mentalidades, estructuras institucionales y prácticas heredadas del British Raj”.
India ha prosperado a pesar del gobierno, no gracias a él. Es un milagro que al gigante le haya ido tan bien. Pero para que este país prospere debe crear infraestructura, prestar servicios, promover la competencia, proteger la propiedad y ofrecer justicia. El país debe avanzar desde lo que el informe llama “capitalismo amiguista y corrupción solapada” hacia algo diferente. La calidad del gobierno, que ahora se cree va en deterioro debe, en cambio, mejorar radicalmente.
Lo lejos que la transformación tendría que ir es visible en los “siete aspectos intergeneracionales” en los que se enfoca el informe: primero, abordar las desigualdades, no sólo entre grupos sociales, pero sin arraigar más los derechos basados en la pertenencia a grupos y las políticas basadas en grupos; segundo, mejorar el medio ambiente, incluyendo el ambiente global; tercero, eliminar los cuellos de botella en la infraestructura de India; cuarto, transformar la prestación de servicios públicos, en especial en las desatendidas ciudades indias; quinto, renovar la educación, el desarrollo tecnológico y la innovación; sexto, revolucionar la producción y consumo de energía; y por último, sustentar un sur de Asia próspero y convertirse en un poder global responsable.Rescato dos grandes cosas del análisis en este informe, una para India y otra para el mundo.Para India, concluyo que incluso sostener el desempeño reciente será realmente duro. La era en la que el país podía prosperar sólo evitando que el gobierno se cruzara en el camino terminó.
India necesita ahora un gobierno eficiente, prestador de servicios, por parte de tecnócratas y políticos honestos. Por supuesto, aún hay que remover muchas intervenciones sin sentido. El gobierno también debe reenfocar energías y recursos limitados en sus tareas esenciales. Pero además debe ser capaz de realizar estas tareas de modo mucho más efectivo que hoy.
Lo que rescato para el mundo es que es probable que India, con todos los desafíos que enfrenta, siga avanzando en su subida, aunque más lentamente que lo que asume el informe. La tarea de ajustar la manera de pensar occidental a las nuevas realidades mundiales apenas ha comenzado. Dentro de una década, un mundo en el que el Reino Unido esté en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas e India no, será risible. El viejo orden pasa. Cuanto antes se ajuste el mundo, mejor.*‘India 2039: An Affluent Society in One Generation’, Asian Development Bank 2009.
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