Las estadísticas sobre incremento del desempleo a tasas de más de dos dígitos y el Imacec negativo de 4,4% en el mes de mayo, confirman que el crecimiento económico es la única vía para generar los puestos de trabajo que el país requiere para lograr el desarrollo.
Queda en evidencia que esta no es una monserga de los empresarios, sino una verdad que se sustenta en evidencia empírica.Estos datos muestran, asimismo, cuán equivocado estaba el Ministro de Hacienda cuando hace algunos meses afirmaba que nuestro país estaba suficientemente blindado para impedir que nos impactaran los efectos de la crisis económica.
El Ministro es alabado por haber acumulado recursos financieros, sin observar que el mayor volumen de dinero provino fundamentalmente del alto precio del cobre más que de una gestión económica exitosa. Como ha dicho Paul Samuelsohn (Premio Nobel de Economía) en una reciente columna, esto fue para Chile “dinero caído del cielo”.
No se le pedía que dilapidara los recursos en iniciativas populistas sino, todo lo contrario, que los invirtiera en fortalecer las bases productivas y estimular un fuerte crecimiento, sobretodo en incentivos para instalar empresas en regiones, lo que nos habría permitido enfrentar en mejores condiciones la crisis, no sólo evitando el alto desempleo que hoy sufre el país, sino que generar ocupaciones estables que le den seguridad y más dignidad a las personas. No nos cansamos de señalar que las medidas implementadas por el gobierno en términos de subsidios y bonos, no son más que un paliativo cuyo efecto durará algunos meses.
Bajo el concepto de protección social se están desplegando iniciativas que apuntan más a generar una adhesión en los ciudadanos, que a resolver los problemas de fondo. Así, nos parece que la publicitada medida del bono por hijo tiene un sentido efectista que supera con creces su real significado. El número de mujeres que recibirán este beneficio es limitado. El monto, que no será entregado de una vez sino distribuido en el tiempo, constituye un mejoramiento menor de la jubilación.
Es importante anotar que esta medida contiene un claro estímulo a extender la edad de jubilación de las mujeres a los 65 años, ya que ésta es condición para hacerse acreedora al beneficio. Ello no parece razonable en un contexto de alto desempleo.¿Por qué se critica a países de Europa que están intentando acomodar su legislación laboral a las nuevas circunstancias? ¿Qué sucederá en el futuro si los precios de los commodities no nos permiten seguir acumulando recursos financieros? Es imperiosa la necesidad de fomentar el crecimiento y el empleo, de manera especial en las regiones, donde cada día la gente se empobrece más.
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