Por el suelo están las proyecciones de los economistas sobre el desempeño de la actividad este año, dando cuenta del fuerte impacto de la crisis mundial en el país.
Los expertos, consultados en la Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central, redujeron drásticamente sus pronósticos para la expansión del Producto Interno Bruto (PIB), desde el 1,2% -en el sondeo de febrero- a sólo 0,2%.
La cifra, además, está lejos de las estimaciones previas a la crisis -en septiembre- cuando se pensaba que el país crecería 4,2%.
De concretarse la estimación, el presente ejercicio sería el más débil desde 1999, el año en el que más impactó la crisis asiática, contrayendo la economía en 0,7%.
Pero, algunos de los consultados por el sondeo van más allá y ya ven que la actividad entra a terreno negativo, incluso llegando a -1%, el que sería el peor resultado desde 1983.
Empezó mal
El derrumbe de las expectativas ha ido de la mano con los magros resultados de la economía durante los últimos meses. Sin embargo, el impacto se sintió con más fuerza en la actual encuesta, ya que se realizó tras la publicación del primer Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec).
La semana pasada, el instituto emisor informó que en enero el Imacec llegó a -1,4%, la peor cifra para ese mes desde 1999. Además, en el mercado ya se anticipa que febrero será más contractivo todavía.
Con esto en mente, los expertos consultados en la encuesta redujeron su estimación para el primer trimestre de este año, desde un crecimiento de 1,0% a una caída de 1,0%, convirtiéndolo también en la peor cifra en una década.
Tras conocerse la encuesta, el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, aseguró que el gobierno se la toma “con tranquilidad”, ya que “siempre hemos sabido que esta coyuntura va a ser difícil. El gobierno fue de los primeros en plantear hace más de un año atrás que la mano internacional venía dura. Así ha ocurrido y por eso hemos actuado preventivamente”.
Inflación y tasa
Las menores presiones inflacionarias, que supone un escenario en que la economía está estancada -con mayores holguras de capacidad-, y los menores precios internacionales, producto de la desaceleración mundial, hicieron reducir drásticamente las perspectivas sobre la evolución de la inflación.
De hecho, en septiembre se pensaba que el Indice de Precios al Consumidor (IPC) cerraría en diciembre de 2009 con una variación acumulada de 4.9%. El sondeo de ayer prevé sólo un 2,3%.
La cifra es incluso medio punto menor que hace un mes y está casi en el piso del rango de tolerancia de la meta del Central (de 2%).
En este escenario, los economistas estiman en promedio que el instituto emisor recortará la tasa en 150 puntos base este jueves y que el año terminará con un tipo rector en 2%, dos puntos porcentuales menos de lo que se pensaba en agosto y su menor nivel desde 2004.
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