¿Sigues ahí todavía?, le preguntó una amiga a Marcela por teléfono.-Sí, no me he ido. ¿Por qué?
-¡Ah! Qué bueno. Supe que estaban despidiendo a varias personas en tu empresa.
-Sí, es verdad… A mí no me han dicho nada, por suerte.
Desde ese momento y cuando comenzó a ver cómo varios compañeros de otras áreas se despedían, a Marcela le entró el nerviosismo. "No deberían echarme, me he desempeñado súper bien, pero no puedo evitar pensar que igual me puede tocar a mí", dice.
Casi siete de cada 10 chilenos temen lo mismo. El dato lo entregó una encuesta realizada por Trabajando.com hecha a 1.300 personas y que reveló que el 67% teme perder su empleo por la actual crisis económica.
"Existe un clima de inseguridad con respecto al trabajo, todos los análisis indican que a mediados de este año llegaremos a cifras de desempleo de dos dígitos, lo que se traduce en el temor de la gente", explica Juan Pablo Swett, director general del sitio.
El temor se convierte en ansiedad y eso se manifiesta aumentando la dosis diaria de trabajo para volverse imprescindible en la empresa, según lo explica Raúl Carvajal, sicólogo de la Clínica Santa María. Además, se trata de una manera de inhibir la ansiedad al ocupar la mente. Sin embargo, esto puede traer un efecto contraproducente, pues lleva a un aumento del estrés.
INSATISFACCIÓN La encuesta, que fue realizada durante la última semana de enero y la primera de febrero, entregó información respecto a la satisfacción laboral. Más del 50% de los chilenos aseguró no estar contento con su trabajo y un 21% se refirió a este como un infierno.
La insatisfacción, según el sicólogo Juan Yáñez, director de la Clínica de Psicología de la Universidad de Chile, tiene que ver con dos factores. El primero es estar descontento con el producto, es decir, con lo que resulta del trabajo o con lo que se gana monetariamente a raíz de la labor realizada. El segundo factor suele basarse en las relaciones interpersonales y en cómo estas se están desarrollando, tanto horizontalmente -con los pares-, como verticalmente -con los jefes y autoridades de la empresa-. Cuando estos dos factores no gratifican al sujeto, él suele cuestionarse si dejar o no el empleo.
La investigación también reveló que nueve de cada 10 personas cambiarían de empleo durante el 2009 si pudieran. Carvajal lo explica por la movilidad laboral de las nuevas generaciones, ya que "en la actualidad nadie hace carrera en un trabajo, sino que dura aproximadamente cino ó 10 años en él". Juan Yáñez complementa que las personas no se quedan tranquilas en su puesto de trabajo si sienten que su labor es más bien mediocre y no le está aportando más que funciones básicas como poder proveer. En este en caso, buscan un cambio de horizonte laboral y nuevos desafíos.
TRABAJAR DE MÁSLos especialistas explican que en tiempos de crisis las personas tienen miedo a perder su empleo y optan por trabajar más para mostrarse indispensables. Sin embargo, un estudio publicado en el American Journal of Epidemiology advierte que sumar excesivas horas de trabajo no es buena idea. De un total de 2.214 funcionarios públicos ingleses entrevistados, el 53% trabajaba entre 41 a 55 horas semanales y el 8% más de 55 horas.
La investigación estableció que el estrés y el agotamiento propios de las largas jornadas de trabajo pueden ser dañinos para el cerebro, ya que diminuyen las habilidades mentales, principalmente la memoria a corto plazo, y afecta el rendimiento cognitivo. Trabajar más de 55 horas a la semana puede derivar, incluso, en patologías mentales.
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