"Los empresarios nos hemos contagiado de la necesidad de continuar esforzándonos, alejando todo acto de depresión", subraya Jaime Cáceres. Firme defensor de la conducción de Alan García, destaca que en su país no se habla de "plan anticrisis, sino de programas de estímulo económico y sostenimiento del empleo".
Por Jorge Isla Z.
Un optimismo como el que hace tiempo no se ve en Chile, es la tónica que define el presente del sector empresarial peruano. Toda una contradicción en medio de la incertidumbre mundial, que se funda en las sorprendentes cifras del ejercicio 2008, que Perú cerró con un crecimiento de 9,8% -el más alto desde 1994-, situándose a la cabeza de Latinoamérica y en el grupo de las cinco economías que más avanzaron en el mundo.
Al punto que, tras una década de desarrollo ininterrumpido, muchos ya bautizaron al país vecino como el nuevo "jaguar" de la región.Ni siquiera el retroceso que significó el PIB de "apenas" 4,9% en diciembre pasado y el empeoramiento del escenario mundial sepultó las expectativas, como lo demuestra un estudio realizado entre 100 ejecutivos de Lima, que si bien moderaron sus apuestas, en su mayoría piensan que la situación se mantendrá este año.
"Es una satisfacción haber alcanzado el más alto crecimiento de la región, y también respecto de muchos otros países. Y, al mismo tiempo, con una de las menores tasas de inflación y cifras ampliamente satisfactorias en materia de aumento de reservas, incremento de exportaciones, inversión privada nacional y extranjera, e incremento del empleo", destaca entusiasmado Jaime Cáceres, presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep), homóloga de la CPC chilena.
Si bien la elite empresarial peruana se declara en alerta por los efectos de la crisis, su actitud en este momento es más anticipatoria que de reacción a colapsos presentes, no obstante los ajustes y despidos ocurridos en sectores específicos como la minería y que empinó el desempleo a 8,9% en la zona metropolitana de Lima. "Es evidente que hay problemas en el mundo y que algunos sectores se verían afectados, como el minero, hidrocarburos y textiles.
Para prevenir los impactos que vengan del exterior, se vienen dando paquetes de medidas que los minimicen dentro de lo posible. Pero no hablamos de un plan anticrisis, sino de programas de estímulo económico y sostenimiento del empleo", explica el principal dirigente empresarial peruano. Cáceres es un firme defensor de la conducción económica del gobierno del Presidente Alan García. Destaca el "manejo macro, serio, responsable y transparente; garantía para el mantenimiento de las reglas del juego, de las leyes, sistema tributario, respeto a los contratos y sin dejar de mencionar que en el Perú hay muchas cosas todavía para hacer y que eso continúa atrayendo capitales".
Y respecto de las acciones específicas a raíz de la crisis, el timonel de la Confiep resalta la prioridad que dio el Ejecutivo a la generación de actividad y empleo a través de inversiones en infraestructura. "El gobierno ha declarado de necesidad pública una lista de proyectos de puertos, aeropuertos, carreteras e irrigación", enumera, y que acompañó este esfuerzo con la dictación de normativas antiburocracia "para reducir los trámites y plazos para las licitaciones públicas para que se puedan ejecutar en forma más rápida y eficiente, lo mismo que para la ejecución de obras menores a cargo de los gobiernos regionales y municipales en todo el país".
-Al escucharlo queda claro que el ánimo de los empresarios en Perú está definitivamente blindado contra la crisis.
-Los empresarios nos hemos contagiado de la necesidad de continuar esforzándonos, alejando todo acto de depresión, unidos sector público y privado en esta etapa con la misma estrategia y sentido de urgencia. Según una encuesta que se acaba de realizar, el 84% del empresariado piensa que se va a aumentar o por lo menos sostener el empleo. Todos estamos enfocándonos en que la pérdida que se pudiera producir en algunos sectores sea compensada por otros a los que se les va a dar un gran impulso.
-Pero visto desde acá da la impresión de que la esfera política no ha estado a la misma altura y siguen habiendo casos que revelan que la corrupción sigue presente.
-Siempre hay oposición, pero cada día es más reducida. Hoy no puede haber alguien con más de dos dedos de frente en contra de la fórmula inequívoca de que para expandir el bienestar se requiere más gente con empleo, y que para eso hay que lograr mayor inversión, ya nadie puede dudar de eso. Desde el propio Presidente, e incluyendo al Congreso, hay una activa promoción de las inversiones.
¿Cómo les ha ido a los inversionistas chilenos que han invertido en el Perú?
Ellos son el mejor referente. En cuanto a la corrupción, en todos los países ocurren temas aislados, que como privados rechazamos. Pero, repito, no son una generalidad. "Nunca faltan los aguafiestas, los que quieren contagiar el pesimismo"-
¿Cuáles son sus expectativas de crecimiento para este año?
-Si estuvo en 9,8% en 2008, la verdad es que alguien se tendría que esforzar para bajar a menos de 5%. Vamos a excederlo en un rango entre esa cifra y 6%.-
¿Cuáles serán los motores de la economía?
-Uno de los sectores que más ha liderado es la construcción, ya que continúa habiendo una escasez de vivienda. Y eso no se trata de una burbuja, sino que estamos hablando de la vivienda económica. También la infraestructura, hay muchas carreteras que hacer: se acaba de entregar el contrato de concesión de la autopista Pativilca-Trujillo a la española OHL por US$ 360 millones, lo que demuestra que siguen viniendo inversiones del exterior.
Y se mantienen varios proyectos hoteleros en diferentes lugares del país, lo mismo que en agroindustria, telecomunicaciones, etc.
-Pero analistas peruanos resaltan que el último mes de 2008 el crecimiento cayó y que la crisis irrumpe cuando todavía subsisten debilidades estructurales y una alta deuda social.
-Un solo mes no es representativo. Los enemigos van a ver que el crecimiento se cayó, pero un crecimiento de 5% a 6% es una gran cosa en medio de lo que se está pronosticando para la generalidad de los países. Nunca faltan los aguafiestas, los que quieren desmerecer los hechos contagiando el pesimismo, que resaltan las cosas malas olvidándose de las buenas.-
¿Es sustentable este crecimiento atendiendo, por ejemplo, los pronósticos que advierten un aterrizaje difícil de la economía peruana en el II semestre 2009?
-Tengo optimismo, pero con los pies en la tierra. Hay dos posibilidades: repetirnos que el mundo se viene abajo, o hacer todo lo posible -de la mano del Estado- para mantener el crecimiento, y además aprovechar estos tiempos para modernizar el Perú de una vez por todas. No es una tarea sencilla, pero no nos vamos a quedar de brazos cruzados y vamos a salir adelante.
-¿Con qué herramientas piensan sustentar un crecimiento pese a la crisis que empeora en el mundo?
-Es fundamental mantener la apertura comercial, lejos de cualquier actitud proteccionista, y continuar con los TLC -como los que ya tienen con Chile- con la UE y otros países. Es una política de Estado que va a continuar con el convencimiento de que no necesitamos cerrar mercados, sino abrir la mayor cantidad que sea posible y atraer a empresarios de países vecinos a realizar sus inversiones a Perú, entre los cuales me refiero a aquellos que no se consideran bienvenidos ni muy satisfechos en sus propios países.
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