La nueva administración de Estados Unidos sigue afinando los detalles de un rescate bancario.
A un día de la aprobación en la Cámara de Representantes del plan de estímulo impulsado por el presidente Barack Obama, el gobierno delinea la estrategia para estimular el crédito y apuntalar al sistema bancario.
El vicepresidente Joe Biden aseguró que la administración esperará a ver si la segunda mitad del Programa de Alivio a los Activos en Problemas (TARP), destraba los mercados de crédito antes de establecer un “banco malo” estatal para comprar activos tóxicos.
Según el senador demócrata Charles Schumer, cálculos privados estiman que el costo del banco malo podría ir de US$ 1 millón de millones a US$ 4 millones de millones, cifra que se sumaría a los US$ 825 mil millones del plan de estímulo y a los US$ 700 mil millones del TARP.
La cifra coincide con la planteada por economistas de Goldman Sachs.De acuerdo con el Wall Street Journal, los fondos para crear este banco malo provendrían del TARP y de la venta de deuda respaldada por el gobierno o con préstamos de la Reserva Federal.
La administración considera también otros mecanismos, como la compra de acciones comunes. Una fuente aseguró a Reuters que la próxima semana se anunciarán medidas tendientes a estabilizar el sistema bancario y que la creación del banco malo puede ser una de ellas.
Debate en el SenadoPero mientras se afinan los detalles del rescate bancario, las autoridades concentran sus esfuerzos en asegurar la aprobación del plan de estímulo en el Senado, donde los republicanos tendrán más poder para demandar cambios.
Los legisladores de oposición están exigiendo mayores recortes tributarios, menos gasto y un mayor énfasis en el sector inmobiliario.
Se espera que la cámara alta comience a trabajar en el plan el 2 de febrero.
A pesar de los esfuerzos desplegados por el presidente (quien esta semana se reunió con los legisladores republicanos y consiguió el apoyo de trece directores ejecutivos de empresas estadounidenses) la discusión se prevé complicada.
En la votación del miércoles de la Cámara de Representantes, los 244 votos de aprobación fueron de demócratas, mientras los votos de rechazo provinieron de 177 republicanos y 11 demócratas.
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