La crisis internacional que ya comenzó a afectar a la Argentina podría golpear de lleno sobre el mercado laboral si no hay cambios de expectativas a partir del segundo semestre del año que viene.
La economía está en plena etapa de ajuste, y frente a esto los gobiernos no se cansan de inyectar liquidez vía caja fiscal disponible.
El sentido común nos señala que, cuanto más reservas existan en la caja, mayores serán las posibilidades de seguir dando dinero al mercado para compensar la caída de la actividad y que las empresas no comiencen con las suspensiones y despidos de personal.
Frente a este escenario, la Argentina no está muy bien posicionada. Como venimos señalando hace tiempo en estas mismas páginas, el primer efecto de la crisis internacional llegó de la mano del comercio externo. En este último trimestre el superávit comercial no superaría los 3.000 millones, cifra 30% por debajo del promedio de los primeros nueve meses del año.
Esta caída del ingreso de divisas al país es sinónimo de menos dólares en el mercado.
Y sin dólares disponibles, el modelo K se encuentra en problemas.
La economía argentina no solamente está recibiendo el golpe externo a través de la caída de los precios internacionales, como el resto de las economías emergentes. Recibe también el shock interno producto de los desajustes propios que viene acarreando el modelo a partir del 2005.
Hasta este año, la economía argentina continuó creciendo por las muy buenas condiciones que mostraba el contexto internacional, que terminaban "tapando" las ineficiencias propias del modelo K.
Hoy la realidad cambió y el país se encuentra en el peor de los dos mundos: con crisis interna y externa, y eso es lo que observan los empresarios a la hora de evaluar expandir su demanda laboral.
Octubre fue el punto de inflexión para la economía y noviembre el inicio de la caída. No pocos son los que sostienen que en diciembre y el primer trimestre del año próximo continuarán los números rojos en la economía argentina.
Durante el mes pasado, la producción industrial no creció, la construcción se desplomó cerca del 9% y el consumo cayó al 2%. El PBI subió 1,5%, con una caída trimestral del 2% promedio.
Sin el motor que generaban los dólares del comercio exterior y el nivel de actividad paralizado, la andanada de anuncios oficiales realizados en estas últimas semanas no será determinante para que el consumo y la inversión se multipliquen y permitan dar continuidad al modelo.
En definitiva, será muy difícil atenuar la caída del PBI en el actual contexto de fuga de capitales, caída de precios sobre los commodities y falta de financiamiento.
El escenario es complejo. Si la baja de precios de los granos y el petróleo llegó para quedarse, la administración de CFK no tendrá posibilidades de poder seguir inyectando, por mucho tiempo más, fondos al sistema para sostener con respirador artificial el consumo. Y el paso siguiente al desplome en el nivel de actividad es el aumento del desempleo.
Evolución del mercado laboral
Un reciente estudio elaborado por M&S Consultores, cuyo titular es el economista Carlos Melconian, detalla que el ajuste en el mercado de trabajo ya se viene produciendo a lo largo del 2008 con proyecciones negativas para los próximos meses.
El dato estadístico clave: entre el tercer trimestre del 2007 y el tercero del 2008 (último disponible en forma oficial) no se creó en la economía ni un solo puesto de trabajo (ver infograma adjunto). Según el INDEC, el número de ocupados no se movió de los 15,2 millones. El estudio señala que se está produciendo un ajuste silencioso sobre el empleo. Es así que, mientras la economía creció en el período mencionado, el empleo se mantuvo sin cambios.
Para argumentar esta relación, Melconian asegura que "o las empresas son más eficientes o el costo laboral se encareció demasiado o el nivel de actividad está subiendo menos de lo que informa el INDEC o hay una mezcla de estas tres cosas".
Pese a ello el gobierno pudo anunciar días atrás una nueva caída anual sobre el desempleo en el tercer trimestre (ver infograma adjunto). Pero esto fue dado por la caída en la tasa de actividad, es decir la menor cantidad de gente que salió a buscar trabajo en el período mencionado.
Con un empleo estancado hace más de un año y ahora también paralizado el nivel de actividad económica, el escenario laboral más benévolo para los próximos meses es que se mantenga estancado y no comience a caer.
Aun así los niveles de desocupación comenzarán a subir, ya que la población activa crece.
¿Qué pasará en el 2009?
La base de datos de M&S Consultores nos muestra que la población activa que ingresa al mercado laboral en busca de trabajo crece a una tasa promedio del 1,8% anual.
Supongamos que esta tendencia se mantiene para el próximo año. En un escenario con empleo estancado como todo el 2008, la tasa de desempleo se ubicaría entre el 9 y el 9,5%.
Esto significa unas 300.000 personas más que quedarían fuera del sistema.
Ahora bien, manteniendo la tasa de actividad en el 1,8% y con el empleo en baja -con una caída del 1%- la tasa de desempleo cerraría el 2009 con dos dígitos, un número que no puede ser sostenido por el gobierno en medio de un año electoral. Como datos referenciales a tener en cuenta se puede señalar que en la "crisis del Tequila" el empleo cayó 3%, en el 2001 algo más del 1,3% y en el 2002 cerca del 2%. Teniendo en cuenta los pasados escenarios laborales y el contexto económico que se avecina, será difícil que las medidas del gobierno puedan torcer las tendencias del mercado. Con este panorama, crece la chance de que el gobierno intervenga aún más activamente en el mercado de trabajo, sosteniendo la ocupación mediante mecanismos de regulación.
El otro dato a tener en cuenta es que históricamente las crisis que comenzaron en el exterior golpearon de lleno en la Argentina mucho más fuerte que en los países emergentes.
Melconian menciona que en la crisis regional de la deuda, a principios de los ´80, los países que más sufrieron fueron Chile y Argentina. En la crisis internacional desatada a fines de los ´80 los países emergentes más golpeados fueron Brasil y Argentina. En el Tequila, México y la Argentina fueron los que más cayeron en su PBI. Durante el "efecto Arroz" y el "efecto Vodka" fueron también Brasil y Argentina los más golpeados y, en el 2000, sólo nuestro país (ver infograma adjunto).
En definitiva, si seguimos los antecedentes de la historia, esta nueva crisis internacional debería golpear de lleno sobre la actividad económica y el sistema laboral en el país.
Hoy el gobierno de Kirchner podría con mucho esfuerzo aguantar la primera ola del tsunami. Pero no se le puede pedir peras al olmo. En un año electoral es muy difícil que el gasto no siga creciendo y con ello los desequilibrios en la economía.
JAVIER LOJO
jlojo@rionegro.com.ar
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