Compras, ventas, fusiones... los principales actores del negocio supermercadista no paran.
Adquisiciones en el extranjero y a nivel local -sumando estas últimas, al menos 13 operaciones en los últimos cinco años- han sido la tónica de compañías como D&S, Cencosud, Falabella y, por estos días, la familia Saieh, para fortalecer su presencia o ingresar al rubro.
Y a ello se suma el crecimiento orgánico; es decir, apertura de nuevos establecimientos.
La llegada de la familia Saieh al negocio evidencia lo atractivo de éste. El grupo partió con la compra de activos de los supermercados Unimarc al empresario Francisco Javier Errázuriz, en unos US$ 130 millones. Después vino el acuerdo con los Rendic -que manejan la cadena Deca, el mayor actor en las regiones III y IV- para unir sus operaciones en una sociedad en donde la familia Saieh tendrá 2/3 de la propiedad. La semana pasada, las partes suscribieron un acuerdo para comprar a la familia Gracia el 40% de Montserrat, que con 28 locales factura US$ 220 millones al año. La familia Bada mantendrá el 60% de la propiedad.
Mientras el empresario Álvaro Saieh y su familia siguen aumentando su presencia a nivel local, las cadenas que le sacan fuerte ventaja quieren crecer, pero a nivel internacional. Cencosud ya tiene presencia en Argentina y Brasil, tras la compra de GBarbosa en US$ 430 millones.
De concretar su ingreso a México, con la eventual compra de Gigante, sería la última de una serie de adquisiciones que ha venido efectuando Cencosud. En Chile, el conglomerado pagó en 2003 al grupo holandés Ahold casi US$ 100 millones por la cadena de supermercados Santa Isabel. Cinco meses después pagó US$ 28 millones por los 17 locales en que operaba Las Brisas.
Luego vino, en septiembre del año 2004, la compra de la cadena Montecarlo, a la familia Cantergiani, en US$ 78,5 millones.
En un "freno" a nivel local, Cencosud apostó por la compra de la cadena argentina Disco a la holandesa Ahold, en una operación que supera los US$ 315 millones. De vuelta al país, el año pasado compró dos cadenas por un total de US$ 93 millones: Economax, a la familia Montrone, y los supermercados Infante, de Antofagasta.
Gracias a estas adquisiciones y aperturas de nuevos locales, la compañía tiene ya el 29% del mercado a nivel nacional.
D&S, de la familia Ibáñez, tiene el 33%. De concretarse la fusión con Falabella -que entró al negocio al comprar San Francisco-, sumaría un 4,5% gracias a Tottus y San Francisco.
No obstante que su principal apuesta ha sido crecer orgánicamente, también ha abierto la billetera para adquisiciones.
Ingresó en 2005 a la mayorista Alvi, tomando el 35% de la propiedad de la compañía controlada por los hermanos Villablanca.
Sin espacio
También acordó a mediados del año pasado tomar en arriendo ocho locales de la cadena El Pilar (VII Región), propiedad del empresario Erick Waghorn.
Pero sin duda que su golpe más fuerte lo dio a inicios de 2004, cuando compró las operaciones de la francesa Carrefour en Chile. Pagó US$ 124 millones por siete establecimientos.
Tuvo que devolver uno. Porque Falabella, que es la dueña del inmueble que operaba Carrefour en el Parque Arauco, decidió no hacer extensivo el contrato de arriendo. Hoy es un Tottus. Pero con la fusión podría mantenerse o volver a operar bajo la marca Lider.
Carrefour no pudo frente a los gigantes chilenos. La compañía llegó con una agresiva campaña de precios. Incluso, apuntaba a transformarse en la tercera mayor cadena de supermercados del país y superar así a Unimarc, San Francisco y Montserrat.
La cadena de origen galo, pese a ser líder del retail en Europa y con presencia en 30 países, no tuvo espacio para liderar en Chile, y ante ello decidió retirarse.
Cadena
Carrefour no pudo consolidarse. Buscó ser el tercer actor en Chile.
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