2007/08/20

Errázuriz y su negocio con Cencosud: “Unimarc no está en liquidación”

El empresario reaparece y cuenta cómo negoció con el State Street Bank

El empresario denuncia que la actual crisis de Unimarc se debe a la concentración de proveedores y a la falta de negocio financiero.


Emilio Maldonado Q.



Francisco Javier Errázuriz señala que se ha dedicado a poner de nuevo en orden sus empresas. Una de ellas, Unimarc, ha estado en la primera línea noticiosa por las conversaciones con Cencosud para traspasar sus 42 locales.

Según el empresario, no verá ni un peso de esa transacción, ya que todo irá para pagar un acuerdo con el State Street Bank y, de paso, cerrar un litigio que arrastra por más de diez años.

El camino no ha sido fácil. Después de haber negociado con Falabella y haber recibido una negativa como respuesta, Cencosud aparece como la segunda opción para lograr una salida con el banco norteamericano. A ello se suma que el empresario pensó primero en vender su mejor activo, Cosayach, a Julio Ponce Lerou, el mismo con quien mantiene conflictos legales desde 1983.

-¿Por qué vende Unimarc?

-Unimarc ha sido todo un hito del supermercadismo en Chile. Yo rescaté a esa empresa de la quiebra y la transformé en Unimarc.

Es más, el cardenal Raúl Silva Henríquez –y esto nadie más lo sabe- me invitó varias veces a comer a su casa en plena dictadura militar, para agradecerme el hecho que yo hubiese gestionado Unimarc, porque la Iglesia, en los locales que le pertenecían, tenía un porcentaje de las ventas. Gracias a Unimarc era posible mantener funcionando el Arzobispado de Santiago.

-¿Pero qué pasó con Unimarc?

-Unimarc no está mal administrada. Unimarc tuvo que enfrentar, durante 12 años en que estuve en política, un cambio en el entorno que no supo manejar. El negocio de los supermercados pasó a ser un negocio que hoy llaman retail, donde no se vende alimentos, sino que se le fue agregando productos non food, y después se transformó en la venta de dinero.

A mí, el gobierno militar me robó el Banco Nacional. Me dijeron que lo vendiera en 15 días, a lo cual dije que mejor me lo devolvían antes de ese plazo, y me dijo Enrique Seguel (ministro de Hacienda) que eso sería reconocer que el gobierno había actuado de forma indebida.

Y no es posible hacer una venta en ese plazo, e inventé entonces una fórmula llamada due diligence ex post. Y lo vendí al Banco del Desarrollo, pero fue tachado por el gobierno porque pertenecía a la Iglesia. Y así me dijeron que hiciera un negocio similar con el Banco Bhif, controlado por José y Jaime Said, Ricardo Massú y Philip Sumar, personas elegidas porque eran amigos del dictador.

Desde aquel entonces tengo carpetas en mi escritorio donde está la transacción, donde pagaron US$ 1 millón al contado y el saldo con una cuenta de ajuste. Me achicaron un poco el negocio y no han pagado.

-¿Qué tiene que ver esto con la venta de Unimarc?

-Si el Banco Nacional hubiese estado funcionando, hubiese podido financiar las tarjetas de crédito como lo ha hecho Falabella, Cencosud y muchos otros. Pero, sin embargo, sesgaron las fuentes de financiamiento para Unimarc que le hubiesen permitido beneficiar a los clientes.

-¿Sólo el no contar con tarjeta marca el mal pie en que está Unimarc?

-No sólo eso. El que no vendamos dinero ha significado que mi familia haya debido inyectar $ 44 mil millones para seguir subsistiendo. Y si Unimarc no se vende, no puede seguir subsistiendo dado el actual escenario.

Pero eso no es sólo lo que ha causado nuestra actual condición. Aquí se cree que la culpa ha sido de los supermercados, pero la concentración nace de los proveedores agrupados en AGIP –que sigue dirigida por un ex ministro de la dictadura- que se ha ido tragando a todas las empresas del rubro. Ellas fijan los precios, no los supermercados y además discriminan, hecho que está prohibido.

Dinero para pagar deuda

-¿Es cierto que no verá un peso de esta venta y que todo va al State Street Bank?

- No la usaré en nada más que pagar. Está el compromiso de pagar deudas que se contrajeron cuando yo era senador. Yo no firmé ningún pagaré, además que las deudas están todas prescritas, pero nosotros no somos sinvergüenzas y pagaremos nuestros compromisos. Por ello, llegué a un acuerdo de pagar una determinada suma. Son los gringos los que se quedarán con toda la plata.

-¿Cómo fue esa negociación?

-Fui a Nueva York y me dijeron que tenía muy buenos activos y que los vendiera. Y le tenemos, me dijeron, un muy buen comprador: Julio Ponce Lerou.

Y lo curioso es que estuve dispuesto a vender Cosayach, y Ponce Lerou vino a mi oficina, sin importar que me estoy defendiendo de él desde 1983 para evitar que usurpe mis propiedades salitreras. Pese a todo, quise vender y cuando me di cuenta que me estaba tomando el pelo y que estaba rebajando el precio en un 20%, dije que no y ellos siguieron por la vía judicial.

-¿El banco está dispuesto a esperar ocho meses si es que Cencosud hace una consulta al TDLC?

-Ellos les han dicho a mis abogados que están dispuestos a esperar todo el tiempo necesario mientras yo esté dispuesto a pagar la cifra que hemos acordado. Para mí el tema State Street Bank es un tema superado.

-Esa cifra acordada son US$ 110 millones ¿no?

-No he dado ningún precio, pero se ha conversado con los acreedores una cifra. Puede que su conclusión de precio sea acertada, pero no puedo confirmárselo.

-¿Y dónde entra Cencosud en la negociación?

-Como no se pudo con Cosayach, derivamos en Unimarc, para salvaguardar la fuente de trabajo de miles de personas. Y como Cencosud se comprometió a integrar a los trabajadores, eso nos dio garantías.

-¿Ha conversado con Horst Paulmann?

-Yo no he hablado con nadie. Vamos a conversar sobre la base de la equidad, porque Unimarc no está en liquidación ni en remate. Y como presidente de Unimarc, me voy a preocupar de que salgan las cosas bien, porque estoy seguro de que con Paulmann voy a llegar a acuerdo rápidamente.

Pero creo que Unimarc quedaría en muy buenas manos y yo seguiré siendo cliente de Unimarc. Ojalá conserve el nombre.

-Exigencias de Cencosud, ¿las acepta?

-Cencosud jamás me ha planteado nada. En cambio fue el TDLC que planteó que no era aceptable que Cencosud pidiera que yo me retirara del retail. Pero no me lo pidieron ellos ni yo tengo las intenciones de volver al negocio, si es que vendo Unimarc.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Que garantía tendremos nosotros los trabajadores de unimarc, creer en que Cencosud nos aceptará dentro del grupo? Me parece incoherente tratar de saldar cuentas pendientes con bancos nortemaericanos y despreocuparse de su gran capital, dado que si unimarc esta aún vivo por sus trabajadores ya que la parte administrativa y gerencial a sido renovada en reiteradas oportunidades. Esto es un fiel reflejo que Unimarc desde que dejó de ser manejada por el Sr.Errazuríz ha estado a pasos de tocar fondo. Ademas el solo hecho de que unimarc estuviese durante mucho tiempo sin Gerencia General, tambian afectó de sobremanera la coordinación de la empresa.
Sr. Errazuriz, la peor elección que ha tomado usted, es haber optado por la política.