El trago amargo que dejó la crisis en Irlanda no sólo no ha pasado, sino que trae efectos secundarios que, en algún momento, podrían impactar a México.
Esta es la historia de una crisis con efecto dominó:
El pasado mes de octubre, Irlanda comenzó a verse presionado por los inversionistas cuando supieron que sus finanzas públicas sufrirían un dramático deterioro después de rescatar a su banca.
Pese a la renuencia de la misma Irlanda a ser rescatada, se anunció un paquete de ayuda, pero esto no logró calmar a los mercados que ahora ya sólo se preguntan por la siguiente pieza en caer dentro de la Unión Europea (UE) y, de momento, todos han convertido en el blanco a Portugal, cuya deuda ha sido objeto de ataques especulativos, al tiempo que corren las apuestas en torno al momento en el que terminará pidiendo ayuda a la UE y al Fondo Monetario Internacional (FMI). Así, la siguiente pieza del ajedrez europeo está por caer.
¿Cuál es el estado de Portugal? El déficit público de la economía portuguesa representa 9% de su PIB y su nivel de endeudamiento es el equivalente a 85%. Estos porcentajes son de hecho menos alarmantes que los de España o Grecia, pero la mayor debilidad de Portugal es su anémico crecimiento económico que no le ha permitido reducir sus niveles de endeudamiento como porcentaje del producto; en tanto problemas en el sector privado han motivado nacionalizaciones, lo que le ha impedido cumplir con sus compromisos de ajuste fiscal.
Pero, sobre todo, las expectativas de crecimiento para este país son más que desalentadoras. Para este año, se espera un crecimiento de sólo 1.3%, pero para 2011 se estima una contracción de la economía de 1%, en tanto que para 2012 se proyecta una muy parcial recuperación de sólo 0.8% anual.
Sin embargo, no se puede evitar hablar de Portugal sin considerar a España, con fuertes vínculos con su vecino, que sería el más afectado en tanto los ataques a la deuda portuguesa persistan, mientras que su banca es vulnerable por su exposición a la deuda lusitana que se sumaría a otros problemas que ya viene arrastrando.
Así, Portugal resulta ser una pieza clave en el entramado de los problemas de deuda en Europa por sus vínculos con España. Tan estrechos son estos vínculos que ya se advierte de manera generalizada que si Portugal cae, España le seguirá, y eso sí que preocupa. Resulta que la banca española está altamente expuesta a la deuda portuguesa, y España en total es acreedora de 78,288 millones de dólares (mdd) de deuda emitida por Portugal, la tercera parte de la deuda total lusitana. La presión sobre la deuda de su vecino afecta pues las valuaciones de los activos de la banca española, lo que pondría en riesgo a su de por sí vulnerable sistema financiero.
De esta forma, el efecto dominó que empezó en Irlanda ya se siente. La alerta está sobre Portugal, pero detrás viene España y, entonces, allí, las consecuencias podrían registrarse del otro lado del Océano Atlántico, específicamente en México, donde hay una notable presencia de capital ibérico.
En conclusión, los problemas estructurales de las economías periféricas siguen ahí y lo más previsible es que el capítulo de Irlanda tenga una continuación pronto, muy probablemente, con el rescate de Portugal. Así, si el incendio sigue y pasa a España, entonces, habrá que levantar las cejas.
Semanario.com.mx

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