A partir de ayer una serie de medidas económicas empezarán a aplicarse en China para disminuir las diferencias de competencia empresarial y ayudar a la gente más afectada por la inflación. Las empresas de capital extranjero en China deberán pagar impuestos destinados a la construcción, mantenimiento municipal y educación y así aumentarán su contribución al erario del país alrededor de 10%, con el objetivo de igualar su fiscalidad con las empresas nacionales.
Además el gobierno chino anunció que entregará 350 millones de yuanes (US$ 52,4 millones) en subsidios a la gente pobre en zonas rurales centrales y occidentales del país, afectadas por el alza de precios.
El índice de precios al consumidor chino subió 4,4% en los doce meses hasta octubre, lo que representa un alza de 25 meses.
El presidente de la Asociación de Inversión China (IAC, su sigla en inglés) Zhang Hanya, dijo que China no aplica más impuestos a empresas extranjeras que a las nacionales, lo que marca el comienzo de un sistema de impuestos igual para todas las compañías que operan en China, que será 25% sobre los ingresos. El avance del país hacia la unificación del sistema de impuestos es consistente con las disposiciones de la OMC y muestra que la nación se está aproximando a las reglas internacionales habituales.
Apertura económica
Las empresas de capital extranjero han gozado de más impuestos preferenciales y políticas territoriales que sus contrapartes chinas desde el comienzo de la reforma y apertura económica de Den Xiaoping, porque China tenía una gran necesidad de capital extranjero y tecnologías avanzadas. De acuerdo a estadísticas del ministerio de Comercio, China atrajo cerca de
US$ 7.700 millones de capital extranjero aportado en octubre de 2010, cerca de 8% sobre el año anterior. Además, China atrajo más de
US$ 82.000 millones de inversiones extranjeras en los primeros diez meses de este año, cerca de 16% sobre el mismo periodo en 2009.
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