La principal preocupación que existe hoy entre los economistas es la evolución del mercado laboral durante este año y sobre el tiempo que demorará en recuperarse totalmente.
El antecedente de la crisis asiática es revelador: nunca tras el impacto de ese ciclo la tasa de desocupación volvió a mostrar números tan bajos como los registrados a mediados de los ‘90, cuando bordeó el 6%.
Según la encuesta del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el trimestre móvil abril-junio el desempleo llegó a 10,7%, la octava alza anualizada consecutiva y con cerca de 70 mil puestos de trabajo destruidos, la peor cifra en una década. En el mercado se anticipa que la desocupación seguirá subiendo hasta agosto o septiembre, para luego comenzar a retroceder, principalmente producto de la estacionalidad.
Sin embargo, hay consenso en que el deterioro del mercado laboral continuará en 2010, cuando se volverían a ver cifras de desocupación de dos dígitos.Este escenario pone un techo a la reactivación que tendrían los sectores ligados a la demanda interna, sobre todo si se considera que el impulso de los salarios reales -que han crecido este año gracias a los reajustes sobre la base de la inflación 2008 combinados con las bajas en el IPC este año- se acotaría en 2010, reduciendo los ingresos disponibles de las familias. Esto, en un contexto en el que el gasto fiscal no crecerá al ritmo histórico del presente ejercicio.
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