La Encuesta de Expectativas Económicas que realiza el Banco Central arrojó una nueva reducción en las estimaciones de crecimiento para el próximo año.
Se trata de la sexta rebaja consecutiva y llevó los cálculos de expansión de la actividad a un 2,3%, cifra que se ubica por debajo de la proyección de un rango de entre 2,5% y 3,5% que entregó el instituto emisor en su último Informe de Política Monetaria (IPoM), y es también inferior al 2,75% considerado por Hacienda en la construcción del proyecto de Ley de Presupuestos para 2016.
El pesimismo de los economistas entrevistados por la autoridad se sustenta principalmente, según el análisis de LatinFocus Consensus Forecast, en el magro desempeño de los indicadores de inversión, tanto de los registrados en los últimos meses como de los que pueden anticiparse en un horizonte previsible.
La inversión, como es natural, tiene una correlación muy directa con la confianza en las políticas públicas y con las perspectivas económicas más globales. Uno u otro factor pueden incidir sustancialmente en las decisiones de emprendimiento que se adopten.
De este modo, una correcta evaluación de la economía internacional y de los precios de los productos más relevantes para nuestro país son esenciales para encauzar bien los proyectos, al tiempo que señales y medidas con amplio respaldo en el plano interno son claves para elevar las certezas y, con ello, la actividad económica.
Enfocar las reformas en curso, sobre todo la laboral, hacia estadios de mayor equilibrio y cuidar las finanzas públicas en un escenario de presupuestos más restricciones parecen aconsejables.
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