Tras una primera ronda de conversaciones en enero, que concluyó sin grandes avances, las delegaciones de EEUU y Cuba se volverán a reunir el 27 de febrero.
A poco más de dos meses de que Cuba y Estados Unidos dieran el primer paso para normalizar sus relaciones diplomáticas, los avances se están concretando a un ritmo acelerado.
El deshielo entre Washington y La Habana se está traduciendo en una serie de medidas que van más allá de sacar a Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo, liberar las transacciones bancarias entre ambos países o facilitar el viaje de estadounidenses a la isla.
La posibilidad del fin del embargo a Cuba por parte de EEUU ha provocado una cierta euforia entre los inversionistas internacionales. El mercado ha empezado a pensar en las nuevas oportunidades de negocio que se abren en esta etapa y hacen ya sus apuestas de futuro.
En los últimos años, bajo el gobierno de Raúl Castro, Cuba ha intentado abrir su economía a la inversión extranjera y la actividad privada, con escasos avances. Los problemas económicos de sus principales patrocinadores -primero Rusia, y después Venezuela- agravaron la situación de la economía de Cuba.
Potencial de negocios
Aunque los cambios previstos en La Habana son todavía limitados y la nueva política deberá superar eventuales trabas en el Congreso de EEUU, muchos ya ven el potencial de negocios de la isla.
La empresa de producción y distribución de contenido audiovisual Netflix anunció a fines de enero que su servicio por Internet ya estaba disponible en Cuba. En un comunicado, la compañía dijo que ofrecerá sus contenidos a los consumidores cubanos según vaya mejorando el acceso a Internet y se generalice el uso de tarjetas de crédito.
También American Express anunció que empezaría a operar con sus tarjetas en Cuba tras el restablecimiento de las relaciones entre Washington y La Habana. Con esta decisión, la empresa que más tarjetas gestiona en Estados Unidos se sumó a otro de los gigantes del sector, MasterCard, que una semana antes había avanzado su desembarco en la isla después del final del bloqueo estadounidense.
Los anuncios de Netflix, American Express y MasterCard suponen un importante precedente, pues representan una apuesta por una Cuba con banca internacional y acceso libre a Internet en un futuro no muy lejano.
El deshielo entre Washington y La Habana se está traduciendo en una serie de medidas que van más allá de sacar a Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo, liberar las transacciones bancarias entre ambos países o facilitar el viaje de estadounidenses a la isla.
La posibilidad del fin del embargo a Cuba por parte de EEUU ha provocado una cierta euforia entre los inversionistas internacionales. El mercado ha empezado a pensar en las nuevas oportunidades de negocio que se abren en esta etapa y hacen ya sus apuestas de futuro.
En los últimos años, bajo el gobierno de Raúl Castro, Cuba ha intentado abrir su economía a la inversión extranjera y la actividad privada, con escasos avances. Los problemas económicos de sus principales patrocinadores -primero Rusia, y después Venezuela- agravaron la situación de la economía de Cuba.
Potencial de negocios
Aunque los cambios previstos en La Habana son todavía limitados y la nueva política deberá superar eventuales trabas en el Congreso de EEUU, muchos ya ven el potencial de negocios de la isla.
La empresa de producción y distribución de contenido audiovisual Netflix anunció a fines de enero que su servicio por Internet ya estaba disponible en Cuba. En un comunicado, la compañía dijo que ofrecerá sus contenidos a los consumidores cubanos según vaya mejorando el acceso a Internet y se generalice el uso de tarjetas de crédito.
También American Express anunció que empezaría a operar con sus tarjetas en Cuba tras el restablecimiento de las relaciones entre Washington y La Habana. Con esta decisión, la empresa que más tarjetas gestiona en Estados Unidos se sumó a otro de los gigantes del sector, MasterCard, que una semana antes había avanzado su desembarco en la isla después del final del bloqueo estadounidense.
Los anuncios de Netflix, American Express y MasterCard suponen un importante precedente, pues representan una apuesta por una Cuba con banca internacional y acceso libre a Internet en un futuro no muy lejano.
Trabas en el Congreso
Si bien la puerta al cambio cubano ha sido abierta, arranca ahora un recorrido de resultados inciertos.
El levantamiento del embargo, que permitiría la normalización absoluta, necesita del voto en el Congreso de EEUU, en el que la oposición republicana es mayoritaria.
Líderes republicanos como el senador Marco Rubio, hijo de cubanos, prometieron hacer lo posible para "bloquear este intento peligroso y desesperado de Barack Obama por abrillantar su legado a expensas del pueblo cubano".
Mientras, el presidente de EEUU está adoptando una serie de órdenes ejecutivas que le permiten esquivar las trabas en el Capitolio.
Hasta el momento, se han flexibilizado los viajes de los estadounidenses a Cuba los que, una vez allí, podrán usar sus tarjetas de crédito o regresar con bienes por valor de US$ 400. Además, se ha ampliado de US$ 500 a US$ 2.000 por trimestre el límite de envío de remesas, así como la exportación de materiales de construcción y herramientas o de equipos para la actividad agrícola privada; y se ha facilitado el establecimiento y exportación de servicios y productos de telecomunicaciones de EEUU a Cuba.
En un giro de ciento ochenta grados a su política de 1961, la Casa Blanca propondrá la revisión del estatus de Cuba como nación que auspicia el terrorismo. También reabrirá en los próximos meses su Embajada en La Habana y se están llevando a cabo visitas de alto nivel entre ambos gobiernos.
Si bien la puerta al cambio cubano ha sido abierta, arranca ahora un recorrido de resultados inciertos.
El levantamiento del embargo, que permitiría la normalización absoluta, necesita del voto en el Congreso de EEUU, en el que la oposición republicana es mayoritaria.
Líderes republicanos como el senador Marco Rubio, hijo de cubanos, prometieron hacer lo posible para "bloquear este intento peligroso y desesperado de Barack Obama por abrillantar su legado a expensas del pueblo cubano".
Mientras, el presidente de EEUU está adoptando una serie de órdenes ejecutivas que le permiten esquivar las trabas en el Capitolio.
Hasta el momento, se han flexibilizado los viajes de los estadounidenses a Cuba los que, una vez allí, podrán usar sus tarjetas de crédito o regresar con bienes por valor de US$ 400. Además, se ha ampliado de US$ 500 a US$ 2.000 por trimestre el límite de envío de remesas, así como la exportación de materiales de construcción y herramientas o de equipos para la actividad agrícola privada; y se ha facilitado el establecimiento y exportación de servicios y productos de telecomunicaciones de EEUU a Cuba.
En un giro de ciento ochenta grados a su política de 1961, la Casa Blanca propondrá la revisión del estatus de Cuba como nación que auspicia el terrorismo. También reabrirá en los próximos meses su Embajada en La Habana y se están llevando a cabo visitas de alto nivel entre ambos gobiernos.
Iniciativas legales
Tras una primera ronda de conversaciones en enero, que concluyó sin grandes avances, las delegaciones encabezadas por la secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, Roberta Jacobson, por el lado estadounidense; y por la directora para EEUU del Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal, por el lado cubano, se volverán a reunir este viernes.
Mientras, los senadores demócratas estadounidenses Mark Warner, de Virginia; Claire McCaskill, de Missouri; y Amy Klobuchar, de Minnesota, hicieron su primer viaje a Cuba a mediados de febrero para respaldar la iniciativa de ley que busca levantar el embargo comercial de Estados Unidos contra la isla.
Un grupo bipartidista de la Cámara Alta presentó el 12 de febrero ante el Congreso estadounidense un texto que, bajo el título de "Ley para la libertad de exportación a Cuba", derogaría las leyes vigentes que durante décadas han prohibido el comercio con Cuba o con empresas que tengan relación con el país caribeño.
La iniciativa no es la única y se suma al proyecto de ley presentado a fines de enero por el senador republicano Jeff Flake y otros seis legisladores de ambos partidos.
Fin a medio siglo de aislamiento
En un discurso histórico, el 17 de diciembre de 2014 el presidente Barack Obama anunciaba que Estados Unidos pondría fin a cinco décadas de aislamiento de Cuba, iniciando negociaciones para reanudar las relaciones diplomáticas. El anuncio se realizó tras una intervención del Papa Francisco, reuniones secretas y una conversación telefónica de más de 45 minutos entre Obama y el líder cubano Raúl Castro.
La Casa Blanca anunció la medida después de que Cuba liberara al subcontratista estadounidense Alan Gross, quien llevaba cinco años en cautiverio. Además, se realizó un intercambio de tres agentes de inteligencia cubanos por un agente estadounidense. Cuba también acordó la liberación de 53 personas que EEUU considera como presos políticos.
Tras una primera ronda de conversaciones en enero, que concluyó sin grandes avances, las delegaciones encabezadas por la secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, Roberta Jacobson, por el lado estadounidense; y por la directora para EEUU del Ministerio de Relaciones Exteriores, Josefina Vidal, por el lado cubano, se volverán a reunir este viernes.
Mientras, los senadores demócratas estadounidenses Mark Warner, de Virginia; Claire McCaskill, de Missouri; y Amy Klobuchar, de Minnesota, hicieron su primer viaje a Cuba a mediados de febrero para respaldar la iniciativa de ley que busca levantar el embargo comercial de Estados Unidos contra la isla.
Un grupo bipartidista de la Cámara Alta presentó el 12 de febrero ante el Congreso estadounidense un texto que, bajo el título de "Ley para la libertad de exportación a Cuba", derogaría las leyes vigentes que durante décadas han prohibido el comercio con Cuba o con empresas que tengan relación con el país caribeño.
La iniciativa no es la única y se suma al proyecto de ley presentado a fines de enero por el senador republicano Jeff Flake y otros seis legisladores de ambos partidos.
Fin a medio siglo de aislamiento
En un discurso histórico, el 17 de diciembre de 2014 el presidente Barack Obama anunciaba que Estados Unidos pondría fin a cinco décadas de aislamiento de Cuba, iniciando negociaciones para reanudar las relaciones diplomáticas. El anuncio se realizó tras una intervención del Papa Francisco, reuniones secretas y una conversación telefónica de más de 45 minutos entre Obama y el líder cubano Raúl Castro.
La Casa Blanca anunció la medida después de que Cuba liberara al subcontratista estadounidense Alan Gross, quien llevaba cinco años en cautiverio. Además, se realizó un intercambio de tres agentes de inteligencia cubanos por un agente estadounidense. Cuba también acordó la liberación de 53 personas que EEUU considera como presos políticos.
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