Ana Botín estudió en Harvard y trabajó por siete años en JPMorgan.
Ana Patricia Botín es, desde ayer, la nueva presidente de Santander. Presidente, en masculino, porque a ella nunca le ha gustado que le digan presidenta. De forma unánime, el directorio del banco aprobó el nombramiento de quien era responsable de Santander UK. Y es que el traspaso de poder ya se venía gestando desde hacía un tiempo, reconocieron fuentes a Expansión.
Ana es “la persona más idónea dadas sus cualidades personales y profesionales, su experiencia, su trayectoria en el grupo y su unánime reconocimiento nacional e internacional”, expresó el banco a través de un comunicado. “En estos momentos tan difíciles para mí y mi familia, agradezco la confianza del directorio y asumo con total compromiso mis nuevas responsabilidades”, aseguró ella.
Educada
para la sucesión
Ana Patricia, la primera de los seis hijos de Emilio Botín y Paloma O’Shea, nació en Santander en 1960. Estudió economía en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos. Con 21 años empezó a trabajar en el banco JPMorgan Chase. Allí se mantuvo por siete años y aprendió sobre banca de inversión.
En 1989 siguió los pasos de su bisabuelo, abuelo y padre e ingresó al Banco Santander, al directorio y la comisión ejecutiva. Durante la década del ’90, siguió ocupando distintas posiciones dentro de la entidad: asumió la presidencia de la filial argentina y estuvo en la junta directiva del banco en Venezuela. En 1999 asumió la responsabilidad de la banca mayorista global del BSCH, nacido de la fusión de Banco Santander y Banco Central Hispano.
En 2002 fue nombrada presidenta de Banesto, puesto en el que se mantuvo durante ocho años. Bajo su gestión, la revista Euromoney lo reconoció como el mejor banco de España en tres ocasiones.
Su gestión en la City
Fue en 2010 que Ana dio el salto: se fue a dirigir la filial británica del grupo, Santander UK, un banco con un balance tres veces mayor que el de Banesto.
Sus cuatro años al mando de esta unidad le ganaron el reconocimiento de los grandes inversionistas internacionales. La BBC, incluso, la reconoció como la tercera mujer más poderosa del país, después de la Reina y la ministra del Interior.
Bloomberg Markets, por su parte, la identificó como la única personalidad española en la lista de las 50 personas más influyentes del mundo, en la edición que se publicará en octubre. Ana Patricia Botín reflotó las operaciones del banco en el Reino Unido, “sumando clientes e impulsando las ganancias, un nivel de éxito que la podría posicionar para dirigir la empresa matriz”, argumentó la publicación.
Críticas al traspaso
Sin embargo, no todos ven con buenos ojos su llegada al puesto de mando. En estos momentos, las dinastías bancarias están siendo criticadas tras el escándalo en el Banco Espírito Santo, en Portugal, donde la familia fundadora está siendo investigada por irregularidades financieras.
Pocos dudan de su capacidad, pero critican la forma en que se produjo el nombramiento. El analista de banca de Main First Bank, David Vaamonde, afirmó a Bloomberg que Ana parece bien preparada para el rol. “Sin embargo, desde un punto de vista de gobierno corporativo, podría no ser ideal que el presidente sea designado por herencia, y en el contexto de una familia que controla sólo un pequeño porcentaje del capital del banco” (cerca de 2%).
Otros, en cambio, afirman que ella podría proveer continuidad. “El asunto clave es si el control de la familia es algo bueno o malo. Al final de cuentas esto depende de los individuos, y la hija de Botín es una hija de tigre”, dijo a Reuters el analista de Investec Asset Management, Philip Saunders.
“Ella ha entregado un liderazgo fuerte y estable a Santander UK en un período vital para la economía británica”, dijo, por su parte, el ministro de Hacienda británico, George Osborne. En reemplazo de Ana Botín asumirá Nathan Bostock.
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