2014/09/10

5 claves sobre el referéndum en Escocia

La votación sobre la independencia escocesa podría tener repercusiones para toda Europa; la deuda, el uso de la moneda y las reservas de petróleo son algunos factores de tensión.


Los inversionistas están atareados vendiendo acciones británicas y libras antes de que Escocia vote la próxima semana sobre la conveniencia de separarse del Reino Unido.
Un voto a favor de la independencia pondría fin a una unión de 307 años con Inglaterra y tendría consecuencias de largo alcance para la economía, la moneda, los bancos y la industria. También podría haber efectos en cadena en toda Europa.

¿Qué debemos saber al respecto?
1. La divisa: La libra tocó un mínimo de 10 meses frente al dólar esta semana, pues las encuestas de opinión se inclinan a favor de los votantes que quieren separarse del Reino Unido
La incertidumbre sobre qué moneda usará una Escocia independiente, y el posible impacto de un divorcio desordenado en la economía del Reino Unido están detrás de esta depreciación de la libra esterlina.

Los defensores de la independencia quieren seguir utilizando la libra en una unión monetaria con Inglaterra, pero los legisladores del Reino Unido dicen no estar dispuestos a compartir. E incluso si compartieran divisa, el Banco de Inglaterra probablemente insistiría en severas regulaciones presupuestarias que podrían traducirse en una dolorosa austeridad para Escocia.

El líder nacionalista escocés Alex Salmond se ha negado a esbozar un ‘Plan B’, aunque ha insinuado que Escocia puede seguir utilizando la libra sin la aquiescencia del Reino Unido. Otra opción sería la creación de una nueva moneda.

El euro, si acaso fuera una opción, estaría a años de distancia.

2. La deuda: En una declaración temprana para tranquilizar a los mercados, el Gobierno del Reino Unido dijo que pagará todas sus deudas -incluyendo la parte de Escocia- si ocurre una separación.

Sin embargo, bajo este escenario, una Escocia independiente adeudaría a Bretaña 130,000 millones de libras, o aproximadamente el 10% del total de la deuda pública del Reino Unido.

Los partidarios de la independencia arguyen que están dispuestos a pagar, y confían en que Escocia pueda manejar sus deudas con mayor facilidad una vez que se independice.
Sin embargo, la agencia de calificación crediticia Standard & Poor’s advierte que la economía escocesa -que sería similar en tamaño a Portugal- sería menos resistente a las crisis, dada su enorme dependencia en los ingresos volátiles de la industria del petróleo y gas.

3. El petróleo: El Reino Unido es el mayor productor de petróleo en la Unión Europea, y cerca del 90% proviene de las áreas que pudieran ser reclamadas por una Escocia independiente.

El Reino Unido muy probablemente también quiera una parte de la producción y las reservas actuales, pero la mayoría de los analistas esperan que se alcance un acuerdo en esta repartición de activos.

Sin embargo, hay divisiones más profundas sobre el valor que tendría el crudo restante, un cálculo de mucha mayor importancia para el futuro de la economía escocesa.
Quienes abogan por la independencia estiman que el petróleo restante de Escocia tiene un valor 1.5 billones de libras. Pero el Gobierno británico dice que es menos de una décima parte de esa cifra.

4. Un gigante financiero: Las acciones de las instituciones financieras británicas con sede en Escocia, como el Royal Bank of Scotland y Lloyds, han sufrido ante la preocupación de que un voto a favor de la independencia pudiera perjudicar sus negocios. RBS ha dicho que podría afectar su calificación crediticia y elevar los costos.

El descomunal sector bancario de Escocia tendría 12 veces el tamaño de su economía, aumentando las preocupaciones sobre la capacidad del país para hacer frente a una futura crisis financiera.

Los grandes bancos y las aseguradoras pueden incluso verse obligados a mudar sus oficinas centrales de Escocia y ubicarlas en Londres.

Al frente de esta migración potencial podría estar la firma de inversión Standard Life, con sede en Escocia durante aproximadamente 190 años.

“Si algo llegara a amenazar [nuestro negocio] tomaremos las medidas que consideremos necesarias - incluyendo trasladar partes de nuestras operaciones fuera de Escocia,” dijo el presidente de Standard Life, Gerry Grimstone.

Pero es más probable que una Escocia independiente sea tratada como un nuevo estado, y por lo tanto tenga que solicitar su admisión. Ese proceso puede tomar años y los 28 miembros tendrían que aprobar la solicitud… algo que algunos no querrán hacer por temor a alentar sus propios movimientos separatistas.

Y hay otro problema potencial que podría ser mucho más perjudicial para el Reino Unido: El primer ministro David Cameron ha prometido una votación sobre la adhesión de Gran Bretaña a la UE a fines de 2017, suponiendo que gane las elecciones del próximo año.
“Para el resto del Reino Unido, perder a una Escocia relativamente pro-UE elevaría el riesgo de una salida inglesa de la UE”, advirtió Robert Wood, principal economista para Reino Unido del banco Berenberg.

http://www.cnnexpansion.com/

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