Aumenta inquietud por el clima político que provoca la incertidumbre en torno a la fórmula que se utilizará.
Por Claudia Rivas A.
En medio de la confusión que se ha generado en el mundo político a raíz de la indefinición respecto del mecanismo para concretar la reforma constitucional, el ministro de Justicia, José Antonio Gómez, encabezó este lunes un almuerzo con los integrantes de las comisiones de Constitución de ambas cámaras. En la cita admitió que será el Ministerio Secretaría General de la Presidencia (Segpres), encabezado por Ximena Rincón, el que liderará el debate sobre esta materia. Esto, mientras desde la oposición aprovechan para presionar a que el gobierno defina el mecanismo lo antes posible para calmar el ambiente.
Justamente fue Gómez quien, con su reconocimiento explícito a favor de la Asamblea Constituyente, reavivó el debate, frente a lo cual la titular de la Segpres, Ximena Rincón, contraatacó integrando a su equipo asesor sobre el tema, al abogado Tomás Jordán. Así se abrió el flanco acerca de qué ministerio sería el naturalmente llamado a liderar una de las reformas emblemáticas de Bachelet: Justicia o Segpres. Ambos secretarios de Estado cargan con fracasadas aventuras presidenciales, por lo que desde su propio sector percibían esta disputa como una forma de posicionarse con miras a 2017.
Tal vez por lo mismo fue la propia jefa de Estado quien desactivó una pugna que se veía venir en la Nueva Mayoría, anunciando en la reunión del comité político su decisión de investir a Rincón como la coordinadora del proceso que deberá concluir con una nueva Constitución, tal como lo comprometió en su programa de gobierno.
Fue el senador RN Alberto Espina –integrante de la Comisión de Constitución- quien comentó tras el almuerzo que Gómez les “señaló que el ministerio que coordina es el que dirige la ministra Rincón y los que colaboran son Interior y Justicia”. Pero esta definición no termina con el clima político que se ha ido gestando debido a la incertidumbre que provoca el desconocimiento acerca del mecanismo por el que optará el gobierno para impulsar la nueva Constitución. Más aún cuando el titular de Justicia reiteró hasta el cansancio, ante la insistencia de sus invitados, que será la presidenta quien determine la fórmula, algo que aún es un absoluto misterio.
¿Caos e incertidumbre?
Desde la derecha, donde se inclinan por la fórmula institucional, es decir el Congreso, le plantearon directamente al titular de Justicia la necesidad de resolver prontamente el itinerario legislativo de la reforma constitucional. El senador Hernán Larraín (UDI) expresó su inquietud acerca de la imagen que puede provocar fuera del país el que no exista claridad acerca del contenido ni la fórmula que se utilizará para tramitar uno de los principales pilares del programa de gobierno, “porque si no entramos en una sensación de caos e incertidumbre que no favorecen a nadie”.
Mientras que Espina adelantó que en su partido “estamos abiertos a un sistema de plebiscito para refrendar los acuerdos a los que se llegue en el Congreso”, asumiendo de antemano que la vía institucional será el mecanismo por el que se opte finalmente.
Si esta incertidumbre preocupa en la oposición, también trastorna las filas de la Nueva Mayoría. A tal punto que las palabras del vocero de la coalición y presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, en orden a que Bachelet no ha descartado una Asamblea Constituyente, activaron un nuevo foco de conflicto con la DC. Como ya se ha vuelto tradicional, el timonel falangista, Ignacio Walker, fue quien salió a responderle. Notoriamente molesto porque su par habría expuesto contenidos de una reunión privada, señaló que “yo preferiría que lo que la Presidenta Michelle Bachelet tenga que decir, lo diga ella misma o su vocero que es el ministro secretario general de gobierno”.
Los ex senadores Ximena Rincón (DC) y José Antonio Gómez (PR) son percibidos como cartaspresidenciables de sus partidos en la Nueva Mayoría para 2017, luego de sus fracasadas aventuras.
Justamente fue Gómez quien, con su reconocimiento explícito a favor de la Asamblea Constituyente, reavivó el debate, frente a lo cual la titular de la Segpres, Ximena Rincón, contraatacó integrando a su equipo asesor sobre el tema, al abogado Tomás Jordán. Así se abrió el flanco acerca de qué ministerio sería el naturalmente llamado a liderar una de las reformas emblemáticas de Bachelet: Justicia o Segpres. Ambos secretarios de Estado cargan con fracasadas aventuras presidenciales, por lo que desde su propio sector percibían esta disputa como una forma de posicionarse con miras a 2017.
Tal vez por lo mismo fue la propia jefa de Estado quien desactivó una pugna que se veía venir en la Nueva Mayoría, anunciando en la reunión del comité político su decisión de investir a Rincón como la coordinadora del proceso que deberá concluir con una nueva Constitución, tal como lo comprometió en su programa de gobierno.
Fue el senador RN Alberto Espina –integrante de la Comisión de Constitución- quien comentó tras el almuerzo que Gómez les “señaló que el ministerio que coordina es el que dirige la ministra Rincón y los que colaboran son Interior y Justicia”. Pero esta definición no termina con el clima político que se ha ido gestando debido a la incertidumbre que provoca el desconocimiento acerca del mecanismo por el que optará el gobierno para impulsar la nueva Constitución. Más aún cuando el titular de Justicia reiteró hasta el cansancio, ante la insistencia de sus invitados, que será la presidenta quien determine la fórmula, algo que aún es un absoluto misterio.
¿Caos e incertidumbre?
Desde la derecha, donde se inclinan por la fórmula institucional, es decir el Congreso, le plantearon directamente al titular de Justicia la necesidad de resolver prontamente el itinerario legislativo de la reforma constitucional. El senador Hernán Larraín (UDI) expresó su inquietud acerca de la imagen que puede provocar fuera del país el que no exista claridad acerca del contenido ni la fórmula que se utilizará para tramitar uno de los principales pilares del programa de gobierno, “porque si no entramos en una sensación de caos e incertidumbre que no favorecen a nadie”.
Mientras que Espina adelantó que en su partido “estamos abiertos a un sistema de plebiscito para refrendar los acuerdos a los que se llegue en el Congreso”, asumiendo de antemano que la vía institucional será el mecanismo por el que se opte finalmente.
Si esta incertidumbre preocupa en la oposición, también trastorna las filas de la Nueva Mayoría. A tal punto que las palabras del vocero de la coalición y presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier, en orden a que Bachelet no ha descartado una Asamblea Constituyente, activaron un nuevo foco de conflicto con la DC. Como ya se ha vuelto tradicional, el timonel falangista, Ignacio Walker, fue quien salió a responderle. Notoriamente molesto porque su par habría expuesto contenidos de una reunión privada, señaló que “yo preferiría que lo que la Presidenta Michelle Bachelet tenga que decir, lo diga ella misma o su vocero que es el ministro secretario general de gobierno”.
Los ex senadores Ximena Rincón (DC) y José Antonio Gómez (PR) son percibidos como cartaspresidenciables de sus partidos en la Nueva Mayoría para 2017, luego de sus fracasadas aventuras.
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