Una sucesión de candidatos a lo largo de los meses y fuertes tensiones entre RN y la UDI marcaron la ruta a la primera vuelta
El 2013 será un año que quedará marcado a fuego en la centroderecha debido a los constantes cambios y circunstancias que rodearon la definición del abanderado único del sector para aspirar al sillón de La Moneda.
Todo partió con la pugna al interior del gabinete de los entonces ministros de Defensa, Andrés Allamand, y el de Obras Públicas, Laurence Golborne; quienes punteaban en los sondeos de candidatos con más posibilidades en el sector de ser la carta única de la Alianza en la carrera presidencial.
Pero la salida de ambos del gabinete para algunos fue una situación apresurada que no contribuyó a mantenerlos en la primera línea noticiosa como ocurría cuando eran ministros. De tal manera que debieron conformar su agenda propia.
Luego vino todo lo relativo a si era oportuno hacer primaria abierta o cerrada, o definitivamente no hacerla y llegar con dos opciones a la primera vuelta de noviembre.
Al final se zanjó la situación con una primaria acotada. Sin embargo, faltando poco más de un mes y medio para la votación el candidato Laurence Golborne, bajó su opción, en medio de críticas a su papel como ex directivo del retail por su eventual rol en cobros excesivos de comisiones y por que se conoció que mantiene dineros depositados en las Islas Vírgenes.
De inmediato la UDI optó por reponer un nombre y el elegido fue el ministro de Economía Pablo Longueira, quien asumió el desafío saliendo del gabinete y lo acompañó como generalísimo, Joaquín Lavín.
En tanto, otro ministro “reforzó” el trabajo de Allamand, el de Cultura, Luciano Cruz-Coke; por lo que también debió abandonar el gabinete.
En poco tiempo Longueira logró remontar la ventaja que le tenía Allamand y venció en la primaria. Esa noche de celebración se vio empañada cuando Allamand se negó a salir al balcón para saludar a Longueira y sólo lo hizo en privado.
El destino luego nuevamente le jugaría un revés a la búsqueda del candidato final. Por problemas de salud Longueira debió abandonar su opción y se proclamó a Evelyn Matthei, quien no dejó espacio a que Andrés Allamand pudiera tener alguna opción de reemplazar a Longueira.
Matthei no tuvo una carrera fácil, contra las encuestas
y los constantes roces de RN y la UDI, debió bregar por salir adelante y aunar fuerzas para buscar pasar a segunda vuelta, anular el efecto de Franco Parisi y reencantar a su sector para lograr como primera tarea pasar a segunda vuelta.
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