2013/10/28

¿Qué “demonios” es el peronismo?

Cristina Kirchner con Evita a sus espaldas
(Especial para Infolatam por Rogelio Núñez)-. Historiadores y politólogos debaten desde 1945 sobre qué es el peronismo y lo cierto es que aún no existe una definición aceptada por todos. Se trata eso sí de la fuerza política que hegemoniza Argentina desde 1989 y que muy posiblemente lo seguirá haciendo después de 2015.

Peronismo, lo hay de izquierdas y lo hay de derechas. A veces asume formas sindicalistas y otras claramente proempresariado. Puede ser neoliberal o muy intervencionista. Y siempre es populista y personalista.

Efectivamente, el historiador Luis Alberto Romero señala que “el peronismo es uno y muchos a la vez: en cada momento contiene al grupo gobernante, a su oposición y hasta a una tercera opción. También ha sido muchas cosas diferentes a lo largo de su existencia, lo que lo hace irreductible a las definiciones. Sabemos qué son “los” peronismos, pero no es claro qué cosa es “el” peronismo”.

Así, desde 1945 ha habido en el poder un peronismo estatista en los años 40, partidario de pactar con los intereses económicos extranjeros en los 50 y 70, neoliberal en los 90 y situado a la izquierda entre 2003 y 2013

Como apunta otro historiador y “peronólogo”, Juan Carlos Torre, “uno podría decir que en el peronismo hay un alma permanente y un corazón contingente. El alma permanente está alimentada por principios rectores que hacen a los valores tradicionales del peronismo, como el nacionalismo, el estatismo, la justicia social, la protección social”.
“Sobre ese telón de fondo, la conducción del peronismo se sintoniza con el clima de época bajo la inspiración de su corazón contingente. Sea porque ese clima de época se eclipsa, sea porque se cometen errores políticos, la estrella de ese peronismo contingente puede perder su brillo. En estas condiciones, se activan los reflejos del peronismo permanente para ofrecer una nueva oferta a fin de continuar en carrera y seguir siendo el partido predominante en Argentina”, concluye Torre.
Orígenes históricos y capacidad de supervivencia
Sus orígenes históricos están muy claros: el liderazgo de Juan Domingo Perón y su impulso a las medidas de reforma social primero como Secretario de Trabajo (1943-44)  luego como Vicepresidente (1944-45) y ya como Jefe de Estado entre 1946 y 1955.
El carisma de Perón estuvo luego acompañado por la meteórica figura de Evita sobre la que se creó toda una mitología a su alrededor.
Juan Domingo Perón solo logró completar un periodo de seis años, 1946-52
El primer dato a tener en cuenta es que el peronismo, a diferencia de otros movimientos logró superar la derrota y no desapareció cuando su líder perdió el poder (1955) o cuando murió (1974).
Consiguió permanecer y regresar al poder en 1973, con Peróntras un éxilio durante de casi 20 años, y en 1989 ya sin la presencia del líder carismático.
¿Por qué lo logró y no se desvaneció como el gaitanismo colombiano u otros movimientos de masas latinoamericanos?

Principalmente por dos razones:
En primer lugar, porque Perón aportaba una mística aglutinadora a sus seguidores.
En palabras de Romero, “la figura de Perón mantuvo la unidad simbólica de un movimiento que en esos años discurrió por caminos diversos y se hizo receptivo a discursos e ideas ajenas a su tradición. Sin embargo, el peronismo mantuvo una unidad de propósito simple, contundente y desafiante: la vuelta de Perón”.

Y en segundo lugar porque se apoyó en fuertes organizaciones sociales, en especial los sindicatos que mantuvieron su legado cuando estaba en el exilio.
Como explica el historiador Carlos Malamud, “Perón nunca intentó hacer del peronismo un partido único sino un fuerte movimiento político de amplio espectro ideológico, lo que le permitió amalgamarse y organizarse durante los largos años de oposición”.

Juan Domingo Perón, presidente entre 1946 y 1955 y entre 1973 y 1974
Romero lo ratifica cuando dice que “lo logró apoyándose en los sindicatos … en su gran mayoría peronistas … y actuaron eficazmente en el juego corporativo que en esos años sustituyó a la competencia política… los sindicatos le dieron al peronismo político las estructuras básicas para organizarse y sobre todo los recursos financieros. Fueron su columna vertebral”.

Apoyado en ese virtudes y en las circunstancias coyunturales de cada momento (en 1973 Perón llegaba como salvador, en 1989 el Estado colapsaba y se echaba en brazos de Carlos Menem, algo parecido a lo que ocurrió en 2003 con Néstor Kirchner), el peronismo ha sobrevivido y se hizo imprescindible para garantizar la gobernabilidad.

En palabras de Juan Carlos Torre: “En 1983 primero y, después en 1999, a la hora de contar los votos el peronismo debió admitir su derrota. Estos dos episodios mostraron que el polo político no peronista podía imponerse en las urnas y acceder al gobierno…Ahora bien, si extendemos la mirada constatamos también otro fenómeno político: los presidentes electos por obra de la derrota del peronismo no lograron concluir sus mandatos”.
Pero, ¿cómo se explica y qué es el peronismo?
Ante todo el peronismo es una forma de ejercer un liderazgo fuerte y carismático. Al liderazgo de Perón (1945-1974), le sucedió, tras la fuerte crisis interna que vivió el partido entre su muerte y 1988, el de Carlos Menem(1988-1999) y luego el de los Kirchner (2003- ).
Carlos Menem, presidente entre 1989 y 1999
El historiador Luis Alberto Romero lo define cláramente en el diario La Nación: “El primer sobreentendido común es que se trata de ganar y de conservar el poder, y que para eso se necesita un jefe con carisma y autoridad , que articule el conjunto y le asegure un plus a cada jefe subordinado, expresado en una foto compartida”.
Y eso, un liderazgo fuerte y carismático es lo que único que une a Juan Domingo Perón, con un neoliberal como Carlos Menem o unos líderes situados claramente en la izquierda como Néstor y Cristina Kirchner.
“Sin jefatura no habría peronismo. Y no basta un “liderazgo” como el que satisfaría, por ejemplo, a los radicales. Debe ser un jefe con autoridad y eficacia. Debe ser capaz de conducir al conjunto a la victoria. Debe poder manejar en orden el reparto de los recursos, del botín, eso que los estadounidenses llaman spoils. Finalmente, tiene que ser capaz de mantener la disciplina del conjunto, la unidad, con el palo y la zanahoria”, comenta Romero.

Si el peronismo ha sido capaz de ser en estos 24 años neoliberal y de izquierdas sucesivamente, esto nos muestra que lo que une a esta fuerza no es una ideología.
Se apoya en dos pilares que lo mantienen cohesionado: la esperanza de llegar al poder y “lo que sin dudas existe es un espacio común, más cultural que político, donde propuestas y liderazgos comparten valores, lenguajes, eslóganes, guiños y sobreentendidos que eventualmente facilitan la articulación. Ese espacio común es el peronismo”, como afirma Luis Alberto Romero.

Néstor y Cristina Kirchner los líderes del kirchnerismo
Llegar al poder para qué: ¿para desatar una revolución social? ¿para reformar el Estado?
En realidad para algo más prosaico: “El peronismo hace política con los recursos del Estado, con los que se mantiene la estructura política y se reparten beneficios, que a la larga retornan como votos. Lo hacen desde el presidente hasta el último intendente. Es un peronismo donde la política y la administración del Estado son la misma cosa”, afirma Romero.

No hay detrás una ideología lo cual más que impedir su desarrollo lo ha favorecido.
Para Juan Carlos Torres, “el peronismo mantuvo un estado de no fusión de las distintas vertientes que supo congregar… los que entran al peronismo siguen siendo lo que eran antes de su ingreso. Como esos principios de identidad previos no se borronean o caducan, existe siempre en las filas del peronismo un estado de efervescencia que tiene con frecuencia mucho que ver con esos orígenes diversos nunca cancelados”.

Pragmatismo y personalismo
El peronismo es personalista y poco ideologizado lo cual le permite ser muy pragmático y tener una gran capacidad de adaptación a las circunstancias cambiantes. El propio Juan Domingo Perón fue la quintaesencia del pragmatismo con frases como que “la única verdad es la realidad”.
El futuro de Argentina pasa por el duelo entre Scioli (izq.) y Massa (der.)
Juan Carlos Torres habla de “su gran ductilidad ideológica… el peronismo ha sabido también cambiar el paso frente a los desafíos nuevos que le puso la contingencia histórica. Perón fue el primero en acomodarse a las circunstancias cuando, sobre el final de su segunda presidencia, estuvo dispuesto a archivar su retórica nacionalista para abrir el país a las empresas petroleras extranjeras”.

“Sus sucesores tendrían un espejo en el que justificar sus virajes. En un caso y en el otro, sobre el telón de fondo de ciertos principios generales muy vagos, que admiten interpretaciones coyunturales, los virajes han estado a la orden del día”, añade Torres.
Las bases peronistas no son elementos pasivos sino que al estar encuadradas en las diferentes organizaciones tienen peso pues los liderazgos no pueden crearse a sus espaldas o al margen de sus deseos y aspiraciones.

Y ¿qué ocurre cuando el líder entra en decadencia? Solo Perón fue capaz de mantener el control férreo sobre el peronismo. Hubo intentos de desplazarle que finalmente no llegaron a buen puerto. Desaparecido el lider carismático el resto de liderazgos (Menem y los Kirchner) han mostrado que tienen unos claros límites temporales.

Nacen, viven un momento más o menos largo de gloria, entran en decadencia y desaparecen. O si no ¿qué es y dónde está hoy el menemismo?
De hecho, entre 2013 y 2015 vamos a vivir en directo este proceso. La decandencia del “corazón contingente” (el kirchnerismo), el surgimiento y pelea de muchos nuevos “corazones contingentes” (sciolismo, massismo) y el reagrupamiento de fuerzas de unos y de otros para la batalla final de la que saldrá ungido el nuevo (y contingente) liderazgo del “alma permanente” del peronismo.

O en palabras de un peronistas al diario La Nación, “los peronistas huimos hacia el futuro”.

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