2013/10/18

Jorge Bofill y Ricardo Escobar: “No nos asusta representar al cliente impopular”

Uno es experto en litigios, en casos mediáticos –como la defensa de Pablo Alcalde y Julio Ponce Lerou– y en arbitraje internacional. El otro fue director del Servicio de Impuestos Internos y se mueve como pez en el agua en materias tributarias. Juntos trabajan en su nuevo desafío: un estudio dedicado exclusivamente a la resolución de conflictos. Y de todo tipo. Por Carla Sánchez M. / Foto: Verónica Ortíz
Jorge Bofill y Ricardo Escobar
Tienen varias cosas en común. Ambos son profesores de la Universidad de Chile y accionistas minoritarios del restaurante Fulano, Zutano y Mengano y ahora socios del estudio que hace su debut en la cada vez más competitiva arena legal: Bofill y Escobar Abogados.
Hacía tiempo ya que Jorge Bofill estaba pensando en independizarse. Experto en arbitrajes y litigios, ha estado en vitrina por ser el abogado de Pablo Alcalde, el ex ejecutivo de La Polar, y recientemente de Julio Ponce Lerou, controlador de SQM. Con más de 30 años en las lides judiciales, Bofill empezó su carrera en el estudio de su padre, Jorge Bofill Vergara. Luego de doctorarse en Alemania, se unió como socio a Grasty Quintana Majlis & Cía hasta el año 2006, cuando decidió asociarse con su hermano Octavio en Bofill & Cía. Luego vendría la fusión con Pablo Mir y más tarde el nacimiento de Bofill Mir & Álvarez Jana Abogados, al cual renunció en abril pasado.
“Concluí que lo mío era algo más chico, con pocos clientes y donde pudiéramos elegir los casos”, cuenta Bofill instalado en las nuevas oficinas, en la calle Magdalena 140, en pleno barrio El Golf. Al frente de la mesa está sentado su socio, Ricardo Escobar, ex director de Impuestos Internos y hasta hace poco tiempo líder del área de política tributaria para Latinoamérica de Ernst & Young. También participan de la conversación sus socios Sebastián Yanine y Daniel Praetorius, dos ex Bofill Mir & Alvarez Jana.
El quinto socio se integrará en noviembre. Se trata de Francisco Aninat, abogado chileno que participa en el mayor conflicto ambiental de la historia: el juicio entre Chevron y Ecuador, que acusa a la petrolera de haber contaminado el lago Agrio en la Amazonía ecuatoriana. Desde Chile, el abogado que integró por más de 3 años el estudio Jones Day en Washington seguirá asesorando al gigante petrolero.
“La idea es que cualquier crecimiento tenga que ver con los casos que manejamos y no con una pretensión o vocación de crecer, que no la tenemos. Hoy somos 12 abogados y probablemente no vamos a ser más de 20”, adelanta Bofill.
Uno de los rumores que suena fuerte en el mundo legal es la incorporación de un sexto socio: el contralor Ramiro Mendoza. Algo que Bofill y Escobar desmienten. “Eso anda dando vueltas hace rato. Somos amigos de Ramiro, pero no tenemos idea de qué va a hacer el día que deje su cargo”, dicen.

Buscando el conflicto

El foco del nuevo estudio estará en la resolución de conflictos. Algo que según Escobar, “siempre ha existido”, con la diferencia que hoy son más notorios. “La sociedad ha cambiado, han surgido situaciones que antes no se daban, ya no puedes ignorar a las comunidades”, explica.
“El plus de la oficina es que todos tenemos bagaje en distintas áreas. Muchos conflictos penales que me toca ver tienen un componente tributario y entre nosotros conversamos mucho sobre los casos. Casi todos los temas penales terminan en demandas civiles, eso hace que nos potenciemos con nuestras sub especialidades”, complementa Daniel Praetorius.
Otro tema que está en boga en el último tiempo es el de los gobiernos corporativos, que ha ido cambiando mucho en el mercado de valores. “La manera como hoy se administran las empresas no tiene nada que ver con cómo se hacía hace 15 años”, explica el ex director del SII.
-¿Se van a especializar en delitos tributarios?
-“Nooo”, dicen a coro. “Ese es como el karma, la suma entre Escobar y Bofill es igual a delito tributario”, bromea Escobar.
Bofill: Si el día de mañana llega alguien con un caso que involucre una cuestión tributaria y penal, vamos a analizar si nos interesa tomarlo, pero ni yo soy penalista ni Ricardo es tributarista, en el sentido de dedicarnos sólo a eso”, agrega Bofill.
-Pero si fue director del SII…
-Bofill: Sí algo de tributario sabe (risas) y yo algo de penal también, pero en mi vida profesional y en la de todos mis socios no tenemos un sólo track.
-En el mercado bromean que van a ser los abogados de los “malos”…
Bofill: Los malos son malos cuando los condenan, antes de eso no lo son. Si uno quiere respetar la presunción de inocencia… No es inusual que los abogados que se mueven en el mundo de los conflictos representen a alguien que, visto desde afuera, es el supuesto responsable de algo. En materias penales, siempre hay alguien sospechoso de haber cometido un delito, en temas ambientales hay alguien sospechoso de haber contaminado. Por ejemplo, con Sebastián estamos asesorando al comité de ministros en el recurso de protección en contra del proyecto de Punta Alcalde y, de acuerdo a las versiones de prensa, los “malos” son el gobierno y Endesa que quieren construir una central.
-¿Los conflictos se han agudizado o es que hoy existe una mayor fiscalización?
-Escobar: Hay más preocupación y transparencia, lo que hace que informaciones que antes se podían manejar de manera discreta, hoy fluyan. Han surgido los llamados whistle-blowers (soplones) y las autoridades tienen sistemas para captar esa información. Y existen los conflictos tradicionales, disputas entre socios, entre miembros de una familia poderosa y con la globalización hay bastante conflicto con perspectiva internacional. Para ello, necesitas diferentes miradas para entender qué es lo que está pasando. Los conflictos no vienen encajonados en un código o ley, suelen tener distintas aristas. Cuando te enfrascas sólo en la perspectiva legal de una especialidad sueles perderte los otros aspectos que tiene un conflicto, las otras cosas que le pueden interesar al cliente.
-Bofill: Los casos grandes no sólo involucran a abogados. Nosotros entregamos una asesoría integral al cliente, por eso no descartamos contratar ingenieros, sicólogos, periodistas entre otros. Mira cómo ha evolucionado el seguimiento judicial que hace la prensa y te vas a dar cuenta que hoy los conflictos son un producto mucho más atractivo que hace 15 años. Por lo tanto, los abogados tienen que incorporar el componente comunicacional desde el primer minuto en un caso para saber cómo lo va a tomar la prensa en general. Hay abogados que no conversan con la prensa y creo que eso es un error. Si no eres capaz de tener un nivel de comunicación fluida con los medios, entonces no vas a transmitir tu caso –que está siendo televisado y escrito– y eso probablemente va a llevar a que se formen prejuicios y tienes que evitar que ello ocurra.
-¿Se refiere al caso de Pablo Alcalde?
-Si hay un caso donde hay prejuicios es el de Pablo Alcalde, que no está condenado de nada.
-Pero fue multado por la Corte de Apelaciones a pagar más de 750 millones por haber faltado a las leyes de mercado, de valores y de sociedades anónimas. Además está con arresto domiciliario nocturno…
-Eso es una medida cautelar, no ha habido juicio, no hay ninguna sola sentencia definitiva en el caso de Pablo Alcalde. Estamos en etapa de investigación en lo penal y reclamamos la multa de la SVS en materia civil. Él no ha pagado ninguna multa ni está deudor de ninguna tampoco.
-¿Está convencido de que este caso se va a dar vuelta?
-Mi responsabilidad es tratar de conseguir que los tribunales declaren que Pablo no es culpable, mis convicciones personales no entran en juego en este tipo de situaciones. Pero otro día si quieres hablamos de La Polar.

Traspasando fronteras

Hoy los conflictos no tienen límites geográficos. Por eso que una de las gracias de este estudio es su expertise en materia internacional. “Hay empresas chilenas que hacen inversiones afuera y tienen problemas y no mucha gente tiene experiencia en administrar y resolver disputas que involucren jurisdicciones múltiples, idiosincrasias distintas”, explica Escobar, a quien le tocó trabajar en el ingreso de Chile a la OCDE.
Tanto Sebastián Yanine como Daniel Praetorius –los socios más jóvenes del estudio– trabajaron en Fresh Fields Bruckhaus Dringer, el estudio inglés con más de 2.500 abogados en el mundo que defiende a Chile en el conflicto limítrofe con Perú en La Haya.
“La gente suele asociar lo internacional a los arbitrajes, pero son sólo una manifestación de las muchas aristas posibles que tiene un conflicto. Los gringos manejan el término cross-border, conflictos que traspasan fronteras. Hemos trabajado en varios casos que involucran múltiples jurisdicciones. Es importante, por ejemplo, saber conversar con un abogado norteamericano, que tiene otra formación y lenguaje jurídico”, explica Bofill, quien se doctoró en la Friedrich-Alexander Universität de Alemania.
Y si hay algo que también ha evolucionado es la legislación, tanto nacional como internacional. “Ha habido una gran evolución, y el mismo hecho que Chile pertenezca a la OCDE significa que hay que cambiar estándares en muchas materias”, explican.
Pero sin duda lo que los tiene más expectantes son los conflictos que se vienen, sobre todo puertas adentro en materia tributaria. “En el escenario que gane Michelle Bachelet –que es lo más probable– va a haber mucha presión fiscal. El cobre no va a estar con márgenes muy altos –dado que los costos han aumentado y el precio ha bajado–, por lo tanto los ingresos de Codelco y de los impuestos mineros van a caer”, adelanta Escobar, lo que implica que “con lo que haya de legislación va a haber que tratar de lograr una mayor recaudación, eso significa que habrá una mayor presión para que el SII recaude más”.
-Como ex autoridad, ¿cree que hoy hay más fiscalización?
-Depende del área, hay algunas donde claramente han ido mejorando las metodologías y la percepción pública, en el sentido de que hay más exigencia hacia la autoridad para que cumpla su rol. Hay casos que hacen que la Superintendencia de Bancos esté mucho más presente. Cuando ves a los tribunales colapsados de recursos de protección por las isapres no te quepa duda que en los próximos años va a haber una reacción porque eso es inadministrable, son más de 300 mil casos, eso no es real. •••
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La sala de litigios

A diferencia de cómo funcionan la mayoría de los estudios, “nosotros no estamos divididos en áreas de práctica, sino que tenemos sólo una: la resolución de conflictos” sintetiza Yanine. Y una de las novedades que los tiene más que entusiasmados es la construcción de una sala de juicios, única en Chile, con muchos metros cuadrados de mesones para desplegar todos los archivos y pruebas de varios casos simultáneamente.
“Si estás preparando una audiencia de juicio oral –y hoy todo va hacia la oralidad– (arbitrajes internacionales, temas penales), necesitas estar bien preparado. Esta sala está diseñada para mantener documentos, trabajarlos, tiene otra parte con cámaras para preparar las partes orales, trabajar un alegato. Por ejemplo, si tienes un testigo que tartamudea y eso pudiera resultar desagradable, lo filmas y se lo muestras para aconsejarlo”, concluye Bofill.

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