Los datos permiten que la canciller enfrente la etapa más dura de la campaña exhibiendo una economía boyante y sin amenaza de alza en el desempleo.
La canciller alemana Angela Merkel recibió un impulso en su campaña la semana pasada, cuando se confirmó que la economía más grande de la zona euro se está acelerando, a menos de un mes de las elecciones cuyos triunfadores determinarán la respuesta de Europa a la crisis de deuda.
Después de un resbalón en el último trimestre del año pasado cuando la economía se contrajo, Alemania volvió apenas al crecimiento en los primeros tres meses del año, pero, impulsado por la demanda privada y doméstica, el Producto Interno Bruto subió 0,7% en el segundo trimestre, informó la oficina federal de estadísticas. El viernes, confirmó su estimación inicial de crecimiento y entregó cifras detalladas.
Es muy poco probable que se mantenga un crecimiento de esta tasa, advirtieron los economistas. Más probable es que el país se asiente en un crecimiento más modesto en el resto del año, a medida que la eurozona ingrese también en una recuperación gradual.
Pero los datos permiten que Merkel, que busca que su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU) -que gobierna en coalición con el liberal FDP-, logre la reelección el 22 de septiembre, ingrese a la etapa de mayor competencia de la campaña exhibiendo una economía boyante y sin una amenaza inminente de alza del desempleo.
“La tasa de desempleo nacional (6,8%) está sólo ligeramente por encima de la tasa natural de desempleo”, dijo a FT Anna Zabrodzka, economista de Moody’s Analytics, agregando que este nivel, por debajo del cual no puede caer el desempleo sin avivar la inflación, se estima en 6,7%.
Pese a que el éxito de Alemania en mantener bajo el desempleo durante la crisis ha involucrado reducir las horas y aplicar prácticas de trabajo más flexibles, las que han generado resentimiento entre algunos trabajadores, ha sido difícil para la oposición dar muchos golpes en la política económica doméstica.
Una preocupación pública mucho mayor ha sido la “cuenta” que han asumido los contribuyentes alemanes por rescatar a Grecia, Irlanda, Portugal, Chipre y la banca española, pese a que a la fecha los rescates no han generado pérdidas de las garantías y préstamos que entregó Berlín.
Intentando capitalizar ese miedo, el partido Democrático Social (SPD, su sigla en inglés) de oposición aumentó sus acusaciones la semana pasada de que CDU no estaba diciendo la verdad sobre los riesgos que enfrenta Alemania.
Eso llevó a Wolfgang Schäuble, el ministro de Finanzas, a reconocer el martes, por primera vez, que Grecia necesitaría un tercer rescate, al tiempo que negó que hubiera un perdón de la deuda.
El ministro de Finanzas y los asesores de Merkel pasaron el resto de la semana insistiendo que eso no se sabría antes de 2014, cuando se reevalúe el programa de reformas.
Sin embargo, una encuesta de ZDF-Politbarometer divulgada el viernes mostró que la oposición no logró muchos progresos con su tática: el CDU y su partido hermano bávaro CSU mantienen un 41%, el SPD tiene 25% y el FDP un 6%, justo sobre el 5% que necesita para ingresar al Parlamento.
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