¿Signos de recuperación o de crisis?
Bill Bonner |
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Con
las Bolsas estadounidenses tomando un respiro, los inversores intentan
detectar oportunidades en otros mercados para lo que resta del año. Si bien
durante los primeros ocho meses hubo una fuerte correlación entre la performance de los
activos y el flujo de capitales, quizás sea el momento de pensar en ser un
contrario.
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Es sólo mi opinión, pero ambos mercados se están moviendo en la dirección en la que deberían moverse. La Bolsa parece querer ir hacia abajo y el oro hacia arriba. Y si eso es lo que quieren hacer, ¿quién soy yo para llevar la contraria?
Pero por hoy, centrémonos en el mercado inmobiliario en la principal economía del planeta. ¿Hacia dónde se dirige el mercado inmobiliario?
"El área de Miami está explotando", me comenta un amigo que me visitó ayer.
"Vivo en Key Biscayne y el precio de las casas ha subido un 20% durante el último año en mi vecindario. Es como antes de la crisis."
"Todo el mundo habla español, así que pensé que los nuevos inquilinos vendrían de Colombia y México. Pero es todo lo contrario. Los que más compran son los rusos, seguidos por los franceses. Supongo que los rusos tienen mucho dinero. Y en cuanto a los franceses, Miami seguro que es barato comparado con París."
"El tercer mayor grupo de compradores son los brasileños. Parece que también tienen mucho dinero y, como todo el mundo sabe aquí, Miami es el mejor lugar de Estados Unidos para vivir si eres latinoamericano."
"Los argentinos van en cuarto lugar. Vienen a Miami porque creen que la economía de Argentina se encamina a una nueva crisis. Tal vez tengan razón sobre esto."
El precio de las propiedades inmobiliarias ha vuelto a las portadas. El cemento y el ladrillo parecen haber remontado el vuelo a lo largo y ancho del país.
En Miami, el mercado está liderado por los extranjeros. En Long Island (Nueva York), los grandes compradores vienen de Wall Street. Según informa el New York Times:
... no hay señal más inequívoca de que el derroche que caracterizó la etapa pre-crisis ha vuelto a los Hamptons que los numerosos carteles azules "Construcciones Farrell" multiplicándose en el paisaje, junto con las casas multimillonarias que anuncian. Es un proceso que ya llaman "Farrellización", y no con alegría precisamente.
"Estamos más ocupados que nunca", dijo Joe Farrell, presidente de Contrucciones Farrell...
Con una base de clientes compuesta principalmente por banqueros de Wall Street, el señor Farrell tiene más de 20 viviendas nuevas en construcción, o preparadas para ser construidas. Esto lo convierte en el mayor constructor de la zona. Y planea hacer más, muchas de estas viviendas de lujo antes incluso de que se encuentre el comprador.
¿Qué opina Robert Shiller sobre este boom inmobiliario?
"El mercado inmobiliario es un mercado con ciclos alcistas y ciclos bajistas" dijo a la CNBC, "y ahora mismo es el momento de comprar".
Pero "nada de esto es real, el mercado se ha convertido en algo muy especulativo".
California ha subido y ha bajado como una montaña rusa durante décadas, pero no va en dirección a ninguna parte. Eso es en lo que se han convertido los mercados, conducidos por una exuberancia irracional.
"Para el comprador a largo plazo, el hecho de que los precios vayan hacia arriba no significa nada porque ni siquiera se plantea vender".
El diario The Wall Street Journal, mientras tanto, ha enfocado la misma historia con un ángulo más negativo.
"El retorno de McMansión", informó, "está condicionado por las reglas del crédito que están apretando a los que compran su primera vivienda habitual".
Estos últimos no tienen mucho dinero ni un historial crediticio sólido. Los constructores prefieren construir para un cliente con más edad y más rico. ¿Por qué? Porque ahí es donde está el dinero de verdad.
El centro de Baltimore, mientras tanto, parece resistir a las últimas tendencias del mercado inmobiliario estadounidense. En términos reales, el precio de la vivienda ha caído en los últimos 80 años. Pero incluso 'La ciudad del encanto' parece haberse subido al tren inmobiliario. Recientemente, hemos encontrado algunas gangas y algunos compradores sorprendentemente robustos.
Cuando yo y mi mujer volvimos, después de 18 años en Europa, buscamos un pequeño apartamento en el corazón de la ciudad. Lo compramos y lo renovamos. Entonces, nos dimos cuenta de que necesitábamos una nueva casa más grande. Aunque no teníamos hijos, siempre había alguien de visita.
Y lo más importante, no nos gustaba la vida en un departamento, al menos no en Baltimore. Nuestro edificio tenía un portero, una junta de vecinos, etc. ¡No podíamos llevarnos bien con todo el mundo!
Así que decidimos vender el departamento. Esperamos sufrir pérdidas con ello, después de gastarnos tanto dinero en renovarlo. Pero sorprendentemente un comprador se presentó casi inmediatamente, dispuesto a pagar un buen precio por nuestra casa.
Incluso en Baltimore, el mercado inmobiliario estaba en auge. Imagíneselo.
Saludos,
Bill Bonner.
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