2010/10/07

Discusión sobre guerra cambiaria se toma

Isabel Ramos Jeldres






Las discusiones sobre una guerra cambiaria están calentando el ambiente previo a las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, que se desarrollarán el fin de semana en Washington, Estados Unidos.


Ayer, el primer ministro chino Wen Jiabao advirtió que revaluar de forma rápida el yuan sería un "desastre para el mundo", mientras que el secretario del Tesoro de Estados Unidos alertó que las divisas subvaluadas pueden provocar inflación. El FMI, en su Panorama Económico Mundial, abogó por una mayor flexibilidad cambiaria.


De visita en Bruselas, Wen fue especialmente duro con sus pares del Viejo Continente. "Europa no debería unirse al coro" que pide un yuan más alto, afirmó en referencia a la creciente presión desde EE.UU.


"Si el yuan no está estable, será un desastre para China y el mundo. Si apreciamos el yuan entre un 20% y 40% como están pidiendo algunos, muchas de nuestras fábricas cerrarían y la sociedad estaría en caos", aseguró.


Según el primer ministro chino, muchas empresas exportadoras tendrían que cerrar, obligando a los trabajadores migrantes a volver a sus pueblos. "Si China experimenta turbulencia social y económica, sería un desastre para el mundo", acotó.


El día anterior, el presidente del Eurogrupo (que reúne a los ministros de Finanzas de la eurozona) acusó divergencias con las autoridades chinas. "Nosotros pensamos que la moneda china está ampliamente subvaluada", afirmó Jean-Claude Junckers.






Presión de EE.UU.


Las declaraciones cruzadas llegaron también de Estados Unidos, donde el secretario del Tesoro Timothy Geithner alertó que la "dinámica dañina" de las grandes economías de mantener sus monedas subvaluadas puede causar inflación y burbujas de activos.


"Más y más países enfrentan crecientes presiones para ir contra las fuerzas del mercado que están impulsando al alza el valor de sus monedas", aseguró Geithner en un discurso en Brookings Institution, en Washington.


Según el titular de la hacienda estadounidense, las divisas son "inherentemente un tema multilateral. Es mucho más fácil resolverlo si los países se unen y actúan para complementarse".


Geithner se sumó así a las advertencias que realizó la semana pasada el ministro de Finanzas de Brasil, Guido Mantega, quien alertó sobre una "guerra cambiaria".


En junio, Beijing anunció el término de dos años de intervenciones para mantener el yuan fijo frente al dólar. Sin embargo, desde entonces la divisa ha subido sólo 2% frente al dólar, y ha caído más de 9% frente al euro.


En Estados Unidos el tema es particularmente sensible en un año electoral en que el desempleo se encuentra en 9,6%. Algunos observadores han declarado que la apreciación del yuan ayudaría a crear 500 mil empleos en la mayor economía mundial.


Pero además de China, otras economías asiáticas están adoptando una política cambiaria activa. Las autoridades indias y tailandesas han sido las más agresivas, quejándose de que los crecientes flujos de fondos occidentales en búsqueda de mayores retornos están presionando al alza las monedas y, en el caso de India, impulsando la inflación.


En Latinoamérica, en tanto, Brasil, Colombia y Perú han sido los más activos. Los analistas creen que el conflicto cambiario se tomará también la agenda de la reunión del Grupo de los 20 (G20), que se realizará en noviembre en Corea del Sur. De hecho, Corea podría pasar alguna vergüenza como anfitrión: el won es la única gran divisa de Asia que está bajo el nivel que tenía frente al dólar cuando colapsó Lehman Brothers en 2008. En contraste, el yen japonés y el dólar australiano han subido más de 20%. Más aún, el presidente del Banco de Japón, Masaaki Shirakawa dijo que el alza del yen frente al won fue un factor tras la decisión de intervenir en el mercado el mes pasado. Los industriales nipones, además, se quejan de desventaja frente a sus rivales coreanos: entre 2000 y 2007, el yen promediaba 9,7 won, mientras que este año el promedio es de 13 won por yen.






Recomendación del FMI


El tema cambiario es uno de los ejes de la última edición del Panorama Económico Mundial del FMI, presentado ayer. En el informe, el Fondo llamó a las economías emergentes a permitir una mayor flexibilidad del tipo de cambio, mientras que sus contrapartes desarrolladas deberían reducir los déficit, aumentar la reparación financiera y mantener las políticas monetarias acomodativas.


Esas medidas son parte de los dos "actos de reequilibrio" que se necesitan para asegurar una recuperación sostenida, dijo el FMI. Uno incluye la transición desde el estímulo público hacia la demanda privada en los países desarrollados. El otro involucra un cambio externo, con países como EE.UU. dependiendo más de las exportaciones mientras las naciones en desarrollo se vuelcan a fuentes domésticas de crecimiento.


"Muchos mercados emergentes siguen manteniendo grandes superávit de cuenta corriente y responde a los flujos de ingreso de capital primariamente a través de la acumulación de reservas en lugar de una apreciación del tipo de cambio", escribió el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, en una introducción al informe.


En conferencia de prensa, Blanchard afirmó luego que el ajuste del tipo de cambio seguramente será tratado en el G20, con miras a lograr un crecimiento más equilibrado.


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