2010/02/09

"Aplicar sobrerregulación financiera puede ser dañino para el repunte del crecimiento"

Marta Lillo B.



Un balance de poder sin precedentes tomará forma este año en los mercados financieros, y el equilibrio dependerá de la buena voluntad de ambos lados de la pesa. Los gobiernos de Estados Unidos y Europa quieren aplicar mano dura a quienes apuntan como los principales responsables del colapso que tuvo al mercado de capitales mundial temblando por dos años: bancos e instituciones de servicios financieros. Éstos, a su vez, aseguran que serán capaces de sobrellevar las consecuencias de la crisis sin necesidad de nuevas limitaciones.

Esta tensa calma puede derivar, advierte el director de las Américas e Israel de la auditora y consultora Ernst &Young, Stephen Howe, en una cooperación público-privado o a caer en oídos sordos.

"Es un asunto delicado porque la industria bancaria es muy importante para la recuperación económica tras la crisis, porque son los que proveerán del capital y la liquidez a las empresas para alimentar el repunte. Por eso, ambos lados tienen que poner de su parte. Los bancos tienen que aceptar que van a ser más regulados, no les va a gustar, pero también las autoridades tienen que escucharlos más".

- ¿Pero hay ganas de escuchar al sector financiero? Lo que más se observa en EE.UU. y Europa es una gran animosidad hacia el sector.

- Ciertamente, se necesita una mejor cooperación entre los gobiernos y el sector financiero. Ahora hay una relación poco saludable, porque las autoridades si bien necesitan motivar reformas regulatorias, deben balancear eso con estímulo económico. Los negocios deben entender que el cambio es necesario, pero también hacerse escuchar.

- ¿Cómo observan esta desconfianza hacia el sector financiero?

- Es apropiado que haya un cuestionamiento tras una crisis. Es una reacción natural, pero es importante que haya equilibrio. Aplicar sobrerregulación a los mercados financieros puede resultar dañino para el repunte del crecimiento económico. En especial cuando la primera mitad de 2010 será un período muy importante para la regulación, porque todo lo que están decidiendo ahora los gobiernos va a dejar secuelas.

- ¿Pero no es una responsabilidad compartida con los reguladores?

- Todavía los reguladores están bajo el microscopio y también están surgiendo interrogantes sobre lo que dejaron de hacer o no vieron, y serán sujetos a cambios. Aquí también el equilibrio es importante, será peligroso si se exceden y concentran demasiado en imponer.

- ¿Se caerá en sobrerreacción?

- Si no hay mayor cuidado, parte de la regulación que se discute ahora podría superar lo recomendable y volverse demasiado para los mercados, reduciendo los prospectos para el crecimiento. Si bien hay que rescatar que los gobiernos están trabajando juntos en esto, con sus respectivos reguladores cooperando entre sí. El G20 se ha vuelto más importante como bloque de influencia.

- ¿Cuánto más durará esa unidad?

- No creo que todos estén en la misma página, pero sí se están influyendo más. EE.UU. tendrá que aprender a escuchar más y los emergentes tendrán un mejor asiento en la mesa. Y es lo correcto, ya que el mayor crecimiento económico provendrá de esos mercados.



Efecto colateral en el negocio

- ¿Cómo impacta al negocio de las auditoras que los gobiernos se pongan tan estrictos con el sector financiero?

- Somos responsables con los mercados de capital por nuestro rol de asesores y auditores. Reconocemos que la regulación se pondrá más pesada, y eso tendrá un impacto en nuestro negocio.

- ¿Los gobiernos les están pidiendo tener un rol de mayor vigilancia?

- No están cambiando tanto los estándares, pero sí la supervisión se está acercando más, los reguladores mirarán con más atención las auditorías, y nos estamos preparando para eso.

- Pero los gobiernos podrían requerir que las auditoras tengan más potestad a la hora de vigilar la contabilidad de las empresas.

- Potencialmente. Para la crisis de Enron estuvimos entre los primeros que fueron evaluados para cambios en regulación. En esta crisis no estamos en el epicentro de las reformas que vendrán, pero sí en la periferia.

- ¿Qué preocupa más a sus clientes del sector financiero?

- Las compañías esperarán que los gobiernos incluyan reglas claras en el área tributaria, por ejemplo. Porque mayores impuestos son inevitables. Los gobiernos financiaron la salida de la crisis, ahora les toca recuperar esos recursos y cerrar los déficit. Pero tendrán que subir los impuestos de manera tal que no complique el repunte de sus economías.


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