El vicepresidente de Arauco, Roberto Angelini, se refirió a las razones que llevaron al conglomerado más grande del país a presentar –junto a la finlandesa-sueca Stora Enso-, la mejor oferta por los bosques de la hispana ENCE en ese país, justo en medio de la crisis financiera internacional, cuando el precio de la celulosa, una de las principales fuentes de ingresos de la compañía, arrastra una caída cercana al 35%, muy lejos de los niveles de cotización superiores a los US$ 900 por tonelada que el commodity registraba por este mismo mes en 2008.
La adquisición de los bosques en Uruguay implicará un desembolso cercano a los US$ 343 millones y permitirá a las dos compañías consolidar un patrimonio forestal de 255.000 hectáreas en conjunto, lo que posibilitará a ambos conglomerados justificar una inversión industrial más grande aún y en el corto plazo.
Esta última consiste en una planta de celulosa que involucrará recursos entre US$ 1.500 millones y US$ 2.000 millones -monto similar al que costó la unidad de Nueva Aldea, que la compañía del grupo Angelini levantó en la VIII Región-, con una capacidad de proceso de 1,5 millón de toneladas anuales.
-¿Cómo explica esta inversión en medio de la crisis, es una señal que ya va pasando lo peor?-
Este (el de la celulosa) es un negocio cíclico, pero de largo plazo.
Pensamos así y esto es una oportunidad que surgió por varios factores que no había que dejar pasar.-¿Por qué arriesgarse con esta inversión?-ENCE decidió poner a la venta sus activos. Determinaron que se quedarían con una parte en el área atlántica, pero decidieron poner a la venta el resto de sus bosques.
A su vez, de alguna forma -cosa que no pasa siempre-, se alinearon todas las condiciones para hacer esta compra, tanto de Arauco como Stora Enso.
Junto con ello, la misma situación internacional empujó a ENCE a vender sus activos.
-¿Accedieron a un mejor precio por las condiciones de mercado?
-Tanto la crisis, como el precio se alinearon, de tal manera que se juntaron todos estos activos y estas dos compañías que hoy se unen para ser una sola –Arauco y Stora Enso en Paraguay- con un patrimonio de ciento de miles de hectáreas dan un paso gigante en el que habríamos tardado muchos años (por sí solas).
Con la compra y la fusión se avanzó muy rápido y por eso se proyecta la construcción de la planta dentro del futuro inmediato.
- ENCE había proyectado la construcción de una planta en Uruguay ¿Van a retomar ese mismo proyecto?-En el marco de la adquisición hay un activo que es un terreno industrial donde estaba este proyecto, pero aún no se ha tomado la decisión final sobre si será ahí o en otro emplazamiento.
-¿Cuáles son los plazos y las dimensiones de esta operación?-La idea es que sea lo antes posible, es decir, si se empieza a estudiar ahora, podrán ser unos 18 meses de planificación, tomando en cuenta que buscamos hacer una planta lo más eficiente, pensamos en una capacidad de 1,3 millón o 1,5 millón de toneladas anuales y una inversión que fluctúa entre los US$ 1.500 millones y US$ 2.000 millones.
-¿No temen que se repita la oposición ambiental que se generó con la papelera de Botnia en Uruguay?-
No, porque la planta que se va hacer es de última tecnología, Botnia también es así y eso vamos a hacer. No creemos que quede ninguna duda de tipo ambiental.
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