Autor: Pablo Guarda V.
Recuperar el crecimiento, reducir el déficit, elevar la productividad y simplificar el sistema tributario son prioritarios para los próximos cuatro años, dicen economistas.
Fue una de las principales críticas contra la actual administración a la vez que de los mensajes centrales de su campaña presidencial, por lo que reactivar el crecimiento del Producto será la prioridad número uno del mandatario electo en materia económica.
Entre 2014 y 2017, de cumplirse los pronósticos para este año (en torno a 1,5%), el PIB habrá anotado una expansión promedio de 1,8%. Piñera ya se fijó como meta duplicar la expansión de la actividad a una cifra cercana al 4%, y elevar el PIB potencial -la capacidad de crecimiento de mediano plazo de la economía- hasta el 3,5% (desde el actual 2,5%).
Pero además, Sebastián Piñera tendrá otra complicación importante: una pesada “mochila” de déficit y deuda pública en permanente incremento durante los últimos años. Las últimas estimaciones de Hacienda adelantan un balance efectivo de -1,9% del PIB a partir de 2018, una brecha negativa que para el último año de la próxima administración se ubicaría en -0,9%. Este déficit ha ido de la mano de un sostenido avance de la deuda bruta, que de acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI), en Chile superaría el 30% del PIB hacia 2020.
Productividad
Pero según economistas, estos desafíos no son los únicos que deberá asumir el próximo presidente de Chile.
Un gran pendiente, según señala el consenso de especialistas consultados por La Tercera, es impulsar con fuerza una agenda de productividad, considerando que este indicador anotaría una caída en promedio de 1 punto porcentual los últimos cuatro años, de acuerdo a pronósticos de Clapes UC.
Como señala el propio presidente de la Comisión Nacional de Productividad, el economista Joseph Ramos, “Chile puede volver a crecer sobre el 4%, pero para ello se necesita más inversión y mayor productividad, haciendo las cosas de mejor forma”. Ramos planteó que desde el gobierno se puede impulsar “un Estado más eficiente, más ágil, más rápido, con regulaciones modernas que cautelen bienes públicos, pero que también promuevan -y no sólo frenen- el actuar privado”.
Asimismo, Jorge Lorca, economista senior de Banchile Inversiones, indicó que debe “continuar el trabajo de la Comisión de Productividad, donde el país tiene aún mucho que avanzar, sobre todo en aquellos sectores no cupríferos e intensivos en firmas de pequeña y mediana escala”.
Benjamín Sierra, economista jefe de Scotiabank, enfatizó la necesidad de liderazgo del gobierno en esta materia, remarcando que “esta mejora de productividad no sólo es importante para lograr un mayor crecimiento, sino que permite una mayor estabilidad frente a ciclos externos, lo que daría mayor tranquilidad económica y, por ende, estabilidad social y política”. Afirmó que “se requiere una combinación de medidas de corto y muy largo plazo, siendo estas últimas las que necesitan mayor acuerdo”.
Entre las medidas específicas a implementarse, Sebastián Cerda, economista jefe de CorpResearch, apuntó al “exceso de regulación” que afecta el desarrollo económico del país, trabas “que están dañando la competencia y, por esa vía, al crecimiento de largo plazo”. Explicó que se deben revisar materias ambientales, pero también financieras y de proyectos educacionales, entre otros.
Alejandro Fernández, de Gemines, llamó a generar políticas públicas que permitan “enfrentar los cambios tecnológicos que ya están afectando el empleo en los países más avanzados (robots)”, además de impulsar “condiciones para expandir el estado de bienestar de una manera racional a mediano plazo, con un foco en pensiones, salud y educación”.
Primeras medidas
Entre las primeras acciones que debería impulsar el próximo gobierno, Sergio Lehmann, economista jefe de BCI Estudios, sostuvo que es clave “avanzar en una estructura tributaria más simple, porque hoy es demasiado engorrosa”. Con esto, Lehmann pidió “generar incentivos para la inversión y el ahorro, cuidando la carga tributaria”, lo que podría lograrse, por ejemplo, reintegrando el sistema, parte de las medidas planteadas por Piñera en la campaña.
Miguel Ricaurte, economista jefe de Itaú, dijo que es necesario revisar las “rigideces” que pudieron incorporarse en la reforma laboral del presente gobierno, resolviendo además “la negociación de los grupos no sindicatos, y la adaptabilidad laboral”. Con todo, Ricaurte advirtió que el próximo gobierno deberá legislar con un Congreso “fragmentado”, por lo que el presidente “tendrá que sentarse a negociar y probablemente el avance legislativo será más lento. Deberá ser muy pragmático respecto a la legislación que viene”.
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