2016/05/04

Vehículos eléctricos de China tienen un largo camino por recorrer

Por Por Christian Shepherd
Vehículos eléctricos de China tienen un largo camino por recorrer
China aspira a convertirse en el principal mercado de vehículos eléctricos del mundo, y con ventas cuadruplicándose a 247 mil el año pasado -dejando bien atrás a los 115 mil vendidos en EEUU-esas ambiciones parecen estar en lo cierto.
Pero los fabricantes de automóviles y los analistas dicen que hay un largo camino por recorrer antes que los vehículos totalmente electrificados se conviertan en la forma más atractiva de reducir las emisiones de motor, aún en el fuertemente subvencionado mercado chino.
Dañinos escándalos de emisiones precipitados por Volkswagen y más recientemente involucrando las revelaciones de trampas en las pruebas por parte de Mitsubishi Motors de Japón han sacudido la industria automovilística mundial en los últimos meses, cuando empresa tras empresa ha afrontado preguntas sobre su compromiso con lograr las metas de reducción de emisiones y eficiencia de combustible impuestas por los gobiernos.
Aunque hasta ahora China no ha sido tocada por los escándalos, sus peligrosos niveles de contaminación atmosférica hacen que las emisiones de motor sean una cuestión apremiante para el gobierno, el cual está formulando un conjunto de normas que se anunciará este año.
El plan actual de Beijing fija una ruta de electrificación total, y proporciona un extenso apoyo económico a ambos los compradores y los fabricantes de vehículos eléctricos con el objetivo de crear un mercado financiero viable antes que los subsidios se eliminen gradualmente antes del 2020.
En la Exposición Automotriz Internacional de Beijing esta semana, los fabricantes de automóviles locales se han esmerado por mostrar que están a bordo al presentar sus últimos modelos.
BYD, conocido como el Tesla de China, dobló su producto totalmente eléctrico al añadir un segundo modelo a su línea. Su objetivo este año es ventas de 150 mil, casi tres veces el nivel de 2015.
Los fabricantes automovilísticos globales prefieren otra ruta. En vez de electrificación total se están enfocando en motores de bajo consumo de combustibles y tecnologías híbridas para lograr sus objetivos, una decisión que ellos alegan estar basada en cuestiones de viabilidad, no en una falta de compromiso con la reducción de emisiones.
Toyota ha anunciado planes de sacar al mercado chino dos versiones híbridas con enchufes del Corolla y Levin antes de 2018, mientras que Ford anunció el lanzamiento de un Mondeo híbrido este año.
Volvo, ahora propiedad del fabricante chino Greely, recién impuso el objetivo de vender 1 millón de autos eléctricos antes de 2025 pero no piensa vender el primero hasta el 2019, según su presidente Hakan Samuelsson.
"Nuestro reto es la transición a la electrificación, pero creo que en realidad va a tomar muchos años", dice Samuelsson. Añade que debido a que "es posible venderlos comercialmente", los híbridos de dos motores son la opción más atractiva por el momento.
La divergencia entre fabricantes de automóviles domésticos y globales subraya sus diferentes prioridades, afirma Janet Lewis en Macquaire. "Los jugadores domésticos son instrumentos de la política gubernamental. Quieren ser vistos como alguien que cumple con los que pide el gobierno", asegura.
"Los internacionales simplemente se enfocan más en asegurar los requisitos en economía de combustibles para sus flotas de vehículos", dice. "Quieren hacerlo del modo más eficaz y que a la vez les permita vender automóviles".
Mientras que los objetivos gubernamentales y los incentivos para lograrlos han mantenido a flote las ventas de vehículos eléctricos en China, el apetito del consumidor sigue siendo bajo debido a problemas que incluyen el atrasado desarrollo de la infraestructura y la "ansiedad de alcance", el miedo a quedarse varado por culpa de una batería agotada.
El año pasado, el crecimiento de ventas de vehículos de nueva energía, compuesto de ambos los híbridos y los vehículos totalmente eléctricos, cayó bien por debajo de la meta de Beijing de medio millón de unidades, aún con la cifra inflada, según los analistas, por gobiernos locales que modernizan sus flotas de vehículos de transporte público a fin de año para lograr los objetivos.
El gobierno se está moviendo de subsidios de producción a recompensas a empresas que desarrollan nuevas tecnologías y logran sus metas de ventas, en vista de bien difundidos informes en los medios de cómo las empresas aceptan el dinero del gobierno sin enfocar sus esfuerzos en el costoso desarrollo de la tecnología de vehículos eléctricos.
El fracaso en crear una verdadera demanda amenaza con bloquear el sueño de Beijing, según Yale Zhang, analista de Automotive Foresight. "Cuando el subsidio se elimine, será muy difícil vender un vehículo eléctrico", dice.
Sin subsidios la economía de la producción de vehículos eléctricos tampoco funciona, afirma Clemens Wasner de EFS Consulting. "La manufactura de estos vehículos significa grandes pérdidas [para las empresas], pero seguir fabricando tiene sentido comercial para ellas gracias a los subsidios".
Los objetivos de ventas de vehículos eléctricos del gobierno no se lograron el año pasado en parte porque los fabricantes de automóviles chinos tardaron en comenzar. "Están haciendo mucho ruido este año sobre sus nuevos productos", asegura Wasner. "Nadie espera que se vendan. Están ahí para apaciguar al gobierno".

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