A medida que se acerca la segunda vuelta de las elecciones presidenciale en Argentina va aumentando la ventaja en las encuestas del candidato opositor, Mauricio Macri, y con ello el optimismo de los mercados.
Mientras tanto, en las filas oficialistas crece la confusión y las divisiones. Presionado por su estrecha victoria en primera vuelta, el aspirante peronista, Daniel Scioli, quiso modificar su estrategia para reforzar su autonomía. Pero debía hacerlo con cuidado, sin perder el apoyo de la presidenta Cristina Fernández, quien todavía conserva un alto nivel de popularidad gracias a sus generosos programas sociales.
Sin embargo, entre los kirchneristas no cayó bien el giro de Scioli y las relaciones del candidato con la Casa Rosada han aparecido tensas y poco fluidas.
Fernández, que busca consolidar la corriente política que encabeza como el principal referente del peronismo, podría estar distanciándose de una eventual derrota del ex gobernador de Buenos Aireas. Desde la oposición quedaría en una cómoda posición para atacar a un gobierno de Macri a medida que éste aplica los dolorosos ajustes necesarios para revertir los desequilibrios acumulados en la administración actual.
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