El caso Venezuela en la OEA y los pasos de Insulza
El análisis
(Infolatam).- “Insulza no quiere que llegue el 26 de mayo de 2015, el último día en su oficina de Washington, DC, después de una década en el cargo como secretario general, sin que la OEA no haya hecho nada con respecto a Venezuela. Por su inacción, que él niega, ha sido muy cuestionado. No quiere salir del organismo con esa cuenta pendiente”.
Un enemigo declarado
El análisis
(Editorial de El Tiempo. Colombia).- Una resolución presentada de manera sorpresiva por Ecuador estuvo a punto de ser aprobada, pues parecía contar con el respaldo de naciones como Brasil, Argentina o Chile. Desde hace tiempo, el propio Rafael Correa ha tenido la intención de cortarle las alas a un sistema al que no le ha temblado la voz para denunciar la ofensiva de Quito en contra de la prensa”.
Ecuador considera que el secretario general de laOEA, José Miguel Insulza, ha cometido una “enorme imprudencia” al rechazar el traslado de la sede de laComisión Interamericana de Derechos Humanos(CIDH) fuera de Washington.
“En buena hora que el señor Insulza ya se vaya a su casa”, dijo en una entrevista con Efe el ministro ecuatoriano Patiño, que participa en la 44 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos(OEA), que concluye este jueves en Asunción.
El exministro chileno dejará su cargo en mayo de 2015. Ecuador impulsa la salida de la capital estadounidense de la CIDH, un órgano autónomo que promueve los derechos humanos en el continente y cuyas opiniones en esa materia han airado a algunos países americanos, como Ecuador y Venezuela.
El Gobierno del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, planteó el tema en un proyecto de resolución que presentó a la Asamblea para su discusión, pero que no logró suficiente apoyo. Tras negociaciones con otros países se ha elaborado otro documento que ya no menciona el traslado de la sede.
“Por ahora no hay las condiciones como para resolver eso, por lo que hemos dicho dejémoslo para posiblemente la próxima Asamblea General del próximo año”, admitió Patiño.
Insulza mantiene que el cambio de sede de la CIDH requeriría modificar la Convención Interamericana de Derechos Humanos y la Carta de la OEA, documentos con rango de tratados cuya enmienda necesita la ratificación de los Congresos de los Estados miembros.
“Eso es un camino inconducente, porque todos sabemos que no va a ocurrir”, dijo el exministro chileno el lunes.
En cambio, Patiño sostiene que para el cambio de sede basta una decisión de la Asamblea General de la OEA de modificar el estatuto de la CIDH, sin necesidad de pasar por los Parlamentos.
El canciller aseveró que Insulza “ha cometido una enorme imprudencia” al expresar “una opinión personal” al respecto “y enfrentar innecesariamente a los Estados, que son los que toman las decisiones, él no es el que toma las decisiones”.
“No sé a qué intereses o a qué presiones esté obedeciendo el Sr. Insulza, pero para nosotros ha cometido un gravísimo error”, dijo.
“El señor Insulza tiene una grave confusión en su cabeza porque él cree que los Estados que estamos trabajando para reformar, transformar y fortalecer el sistema queremos destruir el sistema. Él siente las cosas de esa manera, me lo ha dicho”, indicó Patiño.
“Le he dicho que comete un gravísimo error porque parece que no ha entendido nada”, añadió.
Ecuador es especialmente crítico con la Relatoría de Libertad de Expresión de la CIDH, que se ha pronunciado en contra de los procesos judiciales por injurias emprendidos contra periodistas y opositores por parte del presidente Rafael Correa.
“Se ensañan contra determinados países que no se someten a las acostumbradas imposiciones de algunas élites de los medios de comunicación mundial”, dijo Patiño, que aseveró que sus informes son “inconsistentes y sesgados”.
Ecuador se queja de que esa Relatoría recibe muchos más recursos que las otras áreas de trabajo de la CIDH, por lo que el proyecto de resolución que presentó inicialmente a la Asamblea pedía la creación de un fondo único para recoger donaciones de los Estados, “que no podrán ser condicionadas ni direccionadas”.
El nuevo texto que se negocia ahora no recoge esa iniciativa.
Casi un centenar de organizaciones no gubernamentales de todo el continente se manifestó el martes en un comunicado conjunto en contra de las propuestas ecuatorianas, que ven como un intento de los Gobiernos de controlar el trabajo de la CIDH.
El nuevo proyecto prevé que la comisión haga sesiones fuera de Washington, algo que ya ocurre, plantea que la CIDH abra un diálogo sobre las relatorías y pide que consulte con los países que no han ratificado el Convenio Interamericano de Derechos Humanos, como Estados Unidos, para ver cómo podrían llegar a hacerlo, explicó Patiño.
El proyecto cuenta por ahora con el apoyo de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Paraguay, Perú y Uruguay, además de Ecuador, indicó.
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