2014/05/28

Demandas por fin de la austeridad vuelven a tomarse agenda de líderes europeos en Bruselas

Demandas por fin de la austeridad vuelven a tomarse agenda de líderes europeos en BruselasLos planes de ajuste han permitido a países como Irlanda regresar a los mercados internacionales, pero sus economías siguen en contracción.

Por Renato García Jiménez


Los jefes de gobierno de la Unión Europea se reunieron ayer en Bruselas para discutir la designación del próximo presidente de la Comisión, el brazo ejecutivo del bloque, tras las elecciones del parlamento regional, el fin de semana.
Sin embargo, las autoridades vieron su agenda abruptamente reenfocada, luego de que el acelerado avance de los grupos anti europeos en los comicios pusiera al tope de las prioridades las demandas por un cambio en la estrategia económica.
El primer ministro italiano, Matteo Renzi, que llegó al gobierno en febrero prometiendo pedir una política más expansiva a Bruselas, redobló sus demandas de tolerancia fiscal. “Estamos pidiendo un cambio en las reglas para ajustarlas mejor a nuestras expectativas. Estamos pidiendo un cambio en el enfoque que Europa ha utilizado en los últimos años”, declaró previo a su llegada.
Lo mismo hizo el presidente francés, Francois Hollande, cuyo Partido Socialista sufrió una derrota histórica. “Europa ha superado la crisis, pero a qué costo. Las prioridades de Europa deben ser crecimiento, empleos e inversión”.
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, señaló ayer que el ascenso de los “euroescépticos” obliga a los líderes comunitarios a responder a las nuevas demandas de los electores, y el Comisionado de Asuntos Económicos de la UE, Olli Rehn, atribuyó el descontento al alto desempleo. E incluso el Papa Francisco advirtió que un sistema que causa niveles de desempleo juvenil cercano a 50% como en España es “inhumano”.
Los logros de la austeridad

La polémica no significa que la política de ajustes no haya tenido logros. En abril, Portugal se convirtió en el tercer país en emerger del plan de rescate, tras Irlanda, en diciembre, y España, en enero.
El gobierno de Lisboa regresó exitosamente a los mercados en abril, recaudando US$ 108 mil millones. Su bono soberano de referencia a diez años cayó a comienzos de mayo a su menor nivel desde 2006, con una tasa de 3,6%, tras superar 18% en 2012.
Irlanda salió de la categoría de bono basura y regresó al grado de inversión a comienzos de mayo. Sus costos de financiamiento han caído por debajo de los de Inglaterra, algo que no ocurría desde hacía más de cinco años, y en marzo levantó US$ 1.400 millones en la primera subasta de papeles soberanos desde septiembre de 2010 con una tasa de apenas 2,96%, la mejor de su historia.
Pero el fin de la austeridad sigue lejano. Al presentar su informe sobre España, el FMI dio ayer un espaldarazo a Madrid destacando que “ha dado la vuelta a la esquina”, en referencia a que está dejando atrás la crisis. “La confianza se ha recuperado y se está traspasando a un mayor consumo privado e inversión corporativa”. Sin embargo, en el mismo documento, redobló las exigencias fiscales. “El déficit de España es muy alto y no puede durar para siempre”, dijo el jefe de la misión, James Daniel. La carga de deuda pública de España se ha más que duplicado desde 2007 y el déficit de presupuesto pasará a ser el mayor de la euro zona en 2015, en 6,1% del PIB.
En Francia, el presidente Hollande ha tenido grandes dificultades para reducir el déficit de presupuesto dentro del tope que exige la Unión Europea de 3% del PIB. El año pasado la Comisión le dio una extensión de dos años para lograr la meta, hasta 2015, pero la entidad proyecta que sin más ajustes volverá a incumplirla.
Y peor aún, este sacrificio todavía no se refleja en las cifras macroeconómicas. El PIB de la eurozona se expandió 0,2% en el primer trimestre, con una contracción de 0,7% en Portugal, 0,1% en Italia, y crecimiento nulo en Francia. Y la mayoría de los economistas proyecta un crecimiento de 0,3% para el bloque en el segundo trimestre.
El desempleo en la eurozona llegó a 11,8% en marzo, cerca del récord de 12% del año pasado.
Viejo dilema, nuevas presiones

Las autoridades europeas revisitarán en Bruselas el viejo dilema austeridad-estímulo, con las metas de ajuste aún lejanas en la mayor parte de la región, pero con la presión de los partidos anti europeos apuntalando las demandas de mayor crecimiento.
“Si Bruselas muestra tolerancia con Francia su credibilidad va a sufrir. Pero si sigue presionando a Francia para que acelere las reformas, va a favorecer al Frente Nacional” de Marine Le Pen, dijo a Bloomberg el director administrativo de Spiro Sovereign, Nicholas Spiro.
En Irlanda, el viceprimer ministro, Eamon Gilmore, renunció ayer a liderar el gobernante Partido Laborista, diciendo que su colectividad “pagó un alto precio por el rescate”. Pero los analistas esperan que el nuevo liderazgo tenga ahora más margen para buscar una reducción de las medidas de austeridad de US$ 2.700 millones hasta 2015.
“Existe un claro riesgo de que si eso no sucede veamos un colapso del gobierno en las próximas elecciones”, dijo Owen Callan, analista de Danske Bank en Dublin.
También Grecia vería una posición negociadora más fuerte. “Los resultados de las elecciones ponen a Grecia en un lugar ideal para relajar las negociaciones de deuda”, dijo Michael Michaelides, estratega de tasas de Royal Bank of Scotland. Cualquier intento de la UE por forzar a Grecia a ir más allá en una meta de superávit primario “no realista” a través de más austeridad significaría que el partido anti sistema Syriza “podría ver una victoria en las elecciones nacionales”, dijo Michaelides.
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 Jean-Claude Juncker con la primera opción
Los líderes de los seis partidos que integran el centroderechista Partido Popular Europeo (EPP) -que obtuvo la mayor votación el domingo- acordaron ayer en Bruselas respaldar al ex presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, para buscar la presidencia de la Comisión Europea. Juncker, que ya tiene el apoyo de la canciller alemana Angela Merkel, tendrá así la primera opción para buscar aliados en el resto de los partidos y asegurar la nominación de los líderes europeos. Pero Juncker, considerado un maestro de las negociaciones tras bambalinas, es además un decidido partidario del federalismo, lo que es anatema para los ingleses y dificultará su respaldo en la isla.
Compite con Martin Schulz, de los socialistas, y Guy Verhofstadt, del liberal grupo ALDE, todos los cuales vieron su apoyo caer en los comicios.
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