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Pocas organizaciones tienen recursos ilimitados para dedicarlos a temas de sostenibilidad. Por ello, es importante determinar cuáles son las áreas de sostenibilidad que más afectan su reputación, las marcas y las relaciones con grupos clave de interés para asegurar su efectividad, rentabilidad y sobrevivencia.
El análisis debe incluir el impacto de los temas de sostenibilidad a escoger en el personal de la empresa, en sus operaciones e infraestructura, en los clientes y proveedores y en las comunidades. Asimismo, se debe consultar y comprender cuáles son las expectativas que tanto los grupos de interés mencionados como los inversionistas esperan, para poder desarrollar un abordaje que refleje sus prioridades.
Es importante que este análisis sea cuantificable y que de las discusiones con los grupos de interés se pueda generar un conjunto apropiado de métricas de desempeño que faciliten la comunicación de las metas que se han propuesto y el reporte de cómo lo van logrando.
Habiendo identificado los temas claves de sostenibilidad y cuantificado su impacto potencial en el negocio, es importante integrarlo y reflejarlo en la estrategia de la empresa.
De esta manera, se asegura que es una responsabilidad de todos y no únicamente de cierto departamento, que existe una conexión estrecha entre las métricas de sostenibilidad y el desempeño de la empresa, y que está insertada en los procesos gerenciales. Es la única forma de lograr las metas trazadas.
Los gerentes requieren contar con la autoridad, procesos e información para poder gestionar la sostenibilidad. Por ejemplo, al establecer una meta de reducción de emisiones de gas durante la producción, no podrá responder eficazmente a menos que pueda balancear el costo de reducir las emisiones con otros factores como precio, calidad y suplencia de materia prima.
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