2014/01/28

El negociador de Saieh

Su nombre es Rodrigo Errázuriz y es uno de los hombres más cercanos a Álvaro Saieh. Su rol fue clave en la negociación con los bancos en los minutos más críticos de la crisis de SMU y en diciembre pasado asumió como director ejecutivo del Grupo Copesa, desde donde encabeza la transformación que el controlador de CorpBanca quiere realizar en el área comunicacional de su holding.
Por María José López y Natalia Saavedra
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La semana pasada Copesa vendió el portal de empleos Laborum. La señal es clara: el conglomerado quiere volver a poner el foco en el área editorial, para lo cual se está deshaciendo de los negocios que no aportaban en esa línea. Detrás de esta apuesta está Rodrigo Errázuriz (60), el director ejecutivo que llegó el pasado 18 de diciembre con la misión de dar un nuevo orden al holding de medios.

El ejecutivo asume en un momento de cambios en la estructura corporativa y editorial y luego de decisiones drásticas, como fue el cierre del Canal 3TV que no alcanzó a salir al aire.
Su desembarco en Copesa no pasó inadvertido: es uno de los hombres de mayor confianza de Álvaro Saieh. Se conocen hace más de 20 años y jugó un papel clave en el nacimiento del imperio de CorpGroup. Son amigos, se consultan mutuamente para tomar decisiones y se han acompañado en momentos difíciles. Sin ir más lejos, fue él quien el año pasado se hizo cargo de la renegociación con los bancos tras desatarse la crisis financiera en SMU, uno de los episodios más complejos en la carrera del controlador de CorpBanca.
Inicio en los bancos
Errázuriz ya estaba vinculado de alguna manera a Copesa: era director del consorcio periodístico desde 2011. Pero su historia con Saieh comenzó lejos de los medios.
Tras titularse como ingeniero civil de la Universidad Católica en 1967, el ejecutivo decidió entrar al mundo público como asesor del ministro de Obras Públicas. En eso estaba cuando el actual socio de Capital Partners, José Manuel Jaramillo, entonces gerente comercial del Banco Santiago, lo contactó para crear el área inmobiliaria. Tenía 28 años, y quienes lo conocen, aseguran que fue en esa época cuando desarrolló su perfil como “negociador”. 
En 1982 Chile atravesaba una de las mayores crisis financieras de su historia, que incluyó la posterior intervención a los bancos, y fue él quien tuvo que renegociar con los cerca de 80 deudores que había con el área inmobiliaria del Banco Santiago. “Fue un período que marcó mi carrera. Todos los que trabajamos en esa época en el sector financiero tenemos un sello muy fuerte. Aprendimos que no hay permanentes y que las ‘alzas’ son círculos virtuosos difíciles de sostener en el largo plazo”, cuenta Errázuriz.

Pero no fue sino hasta 1993 que conoció a Saieh, concretamente, en el directorio de AFP Provida. Errázuriz era “la voz” del Citi y el actual controlador de CorpGroup, del Banco Osorno. Quienes trabajaron con él ese tiempo aseguran que como representaban a distintos accionistas en el gobierno corporativo de la AFP, sus discusiones se hicieron frecuentes. “En esa época había todo un desarrollo regional de Provida. Había temas delicados de tratar, y por eso, se generaban debates. Provida se estaba abriendo al tema de las pensiones y el Citi también tenía un proyecto de ese tipo”, cuentan sus cercanos.

A pesar de sus diferencias, fue en ese período que estrecharon lazos. “El Citi estaba en calle Agustinas y el Banco Osorno en Bandera, entonces solían volverse caminando juntos después de los directorios”, dice una fuente cercana a ambos.

Así fue como en 1994, Saieh le pidió a Errázuriz que trabajara con él en el desarrollo de un proyecto para crear un holding financiero. Desde ese cargo supervisó la incorporación al negocio de los seguros y lideró la emisión de los ADR’s en Estados Unidos, lo que permitió que la entidad pagara su deuda subordinada al Banco Central.

Fueron años agitados: el ejecutivo también jugó un rol clave en la compra del Banco Concepción, que sellaría la formación de CorpGroup, del que Errázuriz pasó a ser gerente general en 1996.

Pero vendrían más desafíos por delante. Por su participación como director de empresas, a mediados de los 90 las AFP lo eligieron como su representante en Endesa. Fue ese rol el que catapultó al ejecutivo a la escena pública. Quienes trabajaron con él en la generadora cuentan que se transformó en un agudo fiscalizador dentro del directorio e incluso aseguran que fue uno de los que destapó el caso “Chispas” y el que alertó los efectos que podría tener en Enersis y Endesa. “Fue él quien le advirtió a José Yuraszeck, cabeza de Endesa, que le pedirían la renuncia”, asegura una persona que trabajó con él por esos años.
Así, tras la salida del actual timonel de Azul Azul de la empresa eléctrica en 1997, fue este ejecutivo quien asumió la presidencia de la compañía. En total, alcanzó a estar seis meses al mando de la eléctrica, cargo que dejó para volver a enfocarse en su rol de presidente de CorpGroup.

Por esos años su relación con Saieh se siguió estrechando: acompañó al empresario en sus primeras incursiones en la industria financiera regional y en la compra de bancos en Argentina y Venezuela.
Hombre de rodeo
Fueron años intensos para Errázuriz. Así lo recuerda uno de sus amigos, César Núñez. “Nos conocimos donde don Gonzalo Vial. Ellos tenían vínculos en común y en esos años Rodrigo venía de un período muy agitado. Gonzalo le dijo ‘te voy a enseñar un deporte que te va a hacer botar todo el estrés’, y ahí lo introdujo al mundo de los caballos”, relata Núñez. De hecho, los primeros potros en los que corrió Errázuriz, eran de Vial.

Su entusiasmo llegó a tal punto que Errázuriz decidió comprar un campo en Rancagua, remodeló una vieja casona y construyó una media luna para practicar corridas de rodeo, deporte que aún realiza y por el cual ha participado en varias competencias con Toñito, uno de sus caballos regalones, incluido el Champion de Chile en el que ha llegado nueve veces a la ronda final.

Hoy, además, es dueño del criadero Amancay y una casona
–ubicada a pasos del bypass en la carretera que llega a Rancagua–, que convirtió en un refugio que utiliza durante los fines de semana.
Pero el rodeo no es la única pasión de Errázuriz: el golf es otra de sus aficiones. Juega en el Club de Golf Los Leones, integró el equipo chileno de golf senior que llegó a ser campeón sudamericano en Colombia el 2010, y sus amigos golfistas lo llaman “el japonés”. “Es mateo para todo lo que hace”, relata su partner en este deporte, el abogado Michael Grasty.
El regreso
El vínculo de Errázuriz con Gonzalo Vial trascendió al rodeo. En 2001 el empresario le pidió que trabajara con él como asesor del comité ejecutivo de Agrosuper. Aceptó y cambió su carrera en el mundo financiero para probar en la agroindustria. En paralelo, asumió la gerencia general de Graneles de Chile, encabezada por Gonzalo Vial hijo.
La cercanía con Vial lo alejó de CorpGroup, pero no así de Álvaro Saieh, con quien mantuvieron una estrecha amistad. Por eso, durante los 9 años que trabajó con los Vial, el dueño de Copesa no le perdió la huella. Un cercano al empresario dice que “siempre mantuvieron contacto. Errázuriz se interiorizaba de sus proyectos y rememoraban los inicios en el grupo”.

Un ex colaborador del presidente de SMU destaca en Errázuriz “una capacidad muy notable para captar las ideas planteadas por Saieh y luego ejecutarlas”.

Así fue como en 2011, el controlador de CorpGroup le pidió que regresara a sus filas. “Álvaro lo ‘tentó’. Lo convocó para que participara en algunos de sus directorios”, añaden en el grupo. A Errázuriz le atrajo la idea: tenía en mente trabajar como independiente y esta oferta calzaba perfecto. En marzo asumió como director de Copesa, y al poco tiempo, era parte de la mesa de CorpGroup Inmobiliario, Construmart y SMU, por lo que se instaló en las oficinas del grupo en Rosario Norte.

Lo que vino después, no fue fácil. En agosto del 2012 los proveedores acusaron pagos retrasados de la supermercadista, lo que luego fue destapando una profunda crisis. Fue entonces cuando Saieh le encomendó una de las tareas más relevantes para asegurar el futuro de la compañía: renegociar con los bancos una deuda de casi 500 millones de dólares. “El mercado conoce a Errázuriz y confía en él. Saieh también”, asegura una persona que ha compartido directorios con el ejecutivo.

Así, fue Errázuriz quien se dedicó a calmar las aguas con los proveedores y con los bancos, en particular con el Chile, el Santander y el BCI, quienes estuvieron a cargo de cerrar la negociación con SMU. “Había un entorno bastante adverso por la información de SMU que los medios publicaban. Eso se resolvió por la credibilidad que tenía en el sector. Y en más de una ocasión, si era pertinente, hablaba directamente con Luis Enrique Yarur, presidente del BCI, o con Andrónico Luksic, vicepresidente del Banco de Chile”, comenta un conocedor del proceso. Lo clave, añaden en la industria, “es que habló claro, comentando la verdad de lo que ocurría”.

En diciembre de 2013 se cerró finalmente el acuerdo con la banca y Errázuriz se consolidó como uno de los hombres clave de Álvaro Saieh.
Operación Copesa
Con el negocio más ordenado, en diciembre pasado Errázuriz salió del directorio de SMU. Entonces, el controlador de CorpBanca le encomendó una nueva tarea: asumir la dirección ejecutiva del Grupo Copesa.

Errázuriz ya había asumido un rol más activo en el conglomerado de medios en julio pasado, tras la salida de algunos ejecutivos de Copesa, entre ellos el gerente general Max Sichel, cuando asumió en forma interina la gerencia corporativa de operaciones de Copesa. Pero ahora, Saieh lo quería a la cabeza. “Aunque Errázuriz planeaba trabajar de forma más independiente, nuevamente Saieh lo tentó: su misión era ordenar Copesa y encabezar una transformación que, según él, requería el área de comunicaciones de su holding”, dicen cercanos al ingeniero.

Así, se creó un comité ejecutivo, con Errázuriz al timón, Marco Antonio González, como secretario general y editorial, y José Antonio Ferrís, como gerente corporativo de negocios. “Desde 2012 se venía pensando en este esquema organizacional. Es un sistema más flexible, y la idea es que las decisiones se tomen con mayor rapidez. Él es el responsable que las operaciones se lleven a cabo de la forma aprobada por el directorio”, dicen en el grupo.

Lo primero que hizo el comité fue “ordenar la casa”. Se decidió que Copesa sería una empresa con un ADN netamente periodístico, se centraría en generar contenidos y se dejarían atrás todas las otras firmas que no se alinearan con ese fin, como Agrupémonos y el buscador de trabajos Laborum. Este último se vendió hace unos días en un deal que partió siendo negociado por el ex gerente general de Copesa, Max Sichel, pero que Errázuriz tuvo que cerrar.

Por el nuevo rol que juega y los movimientos que implica su llegada, los miembros del sindicato tienen puesto sus ojos en él. “Recién lo estamos conociendo, aunque hemos tenidos varias reuniones por la reestructuración del Grupo Copesa y de sus medios. Errázuriz tiene una carga pesada en nuestra casa: quiere que Copesa vuelva a su génesis, es decir, una empresa periodística, pero ahora también una multimedial”, dice el presidente del sindicato 3 de Copesa, Ramón Reyes.

El desafío entusiasma al nuevo timonel de Copesa. “Lo que me gusta es el proceso de transformación que está viviendo la industria. Prepararse, conocer todas las alternativas que se ven en el mundo, analizar cuáles han sido exitosas y estar en condiciones para responder a los requerimientos que los lectores quieran. Es difícil, pero muy desafiante”, explica.

¿Reflotar el proyecto televisivo? Es un tema que está arriba de la mesa, aseguran colaboradores del grupo. Habrá que ver. •••

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