Por Constanza Morales H.
Luego de dos trimestres consecutivos de avances, la inversión a nivel mundial retomó la tendencia a la baja iniciada a principios del año pasado al retroceder 28% hasta US$ 256 mil millones en el segundo trimestre.
Según datos preliminares de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la caída provocó que los flujos globales de inversión extranjera directa (IED) en la primera mitad del año estuvieran un 16% por debajo de lo registrado en el mismo período de 2012.
El organismo detalló que 19 de los 34 países miembros tuvieron flujos de entrada o salida de IED (o ambas) negativos. Una de estas naciones fue Chile, donde se produjo una desinversión foránea por US$ 1.200 millones. La salida de la IED doméstica también arrojó números rojos con una desinversión de US$ 3.300 millones.
A diferencia de lo que ocurrió en los primeros años de la crisis, cuando las naciones emergentes jugaron un rol contracíclico, las disminuciones entre abril y junio fueron generalizadas.
Los flujos de inversión de salida desde la OCDE declinaron 20% a US$ 155 mil millones. El desembolso desde la Unión Europea cayó 82% a US$ 8 mil millones. Con una baja de US$ 19 mil millones, Alemania registró un descenso particularmente severo, debido principalmente a los flujos negativos de deuda interempresa que resultaron de los grandes préstamos a largo plazo otorgados por las sucursales establecidas en Holanda a las firmas afiliadas en territorio alemán.
Desplome de los emergentes
En tanto, las potencias del G20 que no forman parte de la OCDE anotaron un brusco deterioro en su inversión al retroceder 92% hasta US$ 6.500 millones. Esto se explica en gran parte por el colapso en el desembolso desde Rusia, que pasó desde una inversión de US$ 54 mil millones entre enero y marzo a una desinversión de US$ 1.000 millones.
Otros factores que contribuyeron fueron la desinversión desde Brasil por US$ 10 mil millones y el declive de cerca de US$ 6 mil millones en el desembolso desde China.
China lidera ingresos
Entre abril y junio, tres países recibieron 47% de los flujos globales de IED. Con US$ 61 mil millones (21% del total), China fue el que atrajo la mayor cantidad de inversión. La segunda economía del mundo fue seguida por Reino Unido, con US$ 41 mil millones, y Estados Unidos, con US$ 38 mil millones.
Dentro de la OCDE, los flujos de entrada descendieron 26%, hasta US$ 137 mil millones. Al igual que con los flujos de salida, el menor desembolso dentro del grupo se debió a las desinversiones. Las caídas fueron particularmente pronunciadas en Canadá (con una reducción de 41%), y en España (con una merma de 48%).
Entre los países que sí registraron un aumento en los flujos de entrada destaca México, que anotó su mayor nivel en esta categoría –casi se cuadruplicó desde US$ 5 mil millones a US$ 18 mil millones– gracias a la adquisición de Grupo Modelo por parte del gigante cervecero Anheuser-Busch InBev.
Luego de dos trimestres consecutivos de avances, la inversión a nivel mundial retomó la tendencia a la baja iniciada a principios del año pasado al retroceder 28% hasta US$ 256 mil millones en el segundo trimestre.
Según datos preliminares de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), la caída provocó que los flujos globales de inversión extranjera directa (IED) en la primera mitad del año estuvieran un 16% por debajo de lo registrado en el mismo período de 2012.
El organismo detalló que 19 de los 34 países miembros tuvieron flujos de entrada o salida de IED (o ambas) negativos. Una de estas naciones fue Chile, donde se produjo una desinversión foránea por US$ 1.200 millones. La salida de la IED doméstica también arrojó números rojos con una desinversión de US$ 3.300 millones.
A diferencia de lo que ocurrió en los primeros años de la crisis, cuando las naciones emergentes jugaron un rol contracíclico, las disminuciones entre abril y junio fueron generalizadas.
Los flujos de inversión de salida desde la OCDE declinaron 20% a US$ 155 mil millones. El desembolso desde la Unión Europea cayó 82% a US$ 8 mil millones. Con una baja de US$ 19 mil millones, Alemania registró un descenso particularmente severo, debido principalmente a los flujos negativos de deuda interempresa que resultaron de los grandes préstamos a largo plazo otorgados por las sucursales establecidas en Holanda a las firmas afiliadas en territorio alemán.
Desplome de los emergentes
En tanto, las potencias del G20 que no forman parte de la OCDE anotaron un brusco deterioro en su inversión al retroceder 92% hasta US$ 6.500 millones. Esto se explica en gran parte por el colapso en el desembolso desde Rusia, que pasó desde una inversión de US$ 54 mil millones entre enero y marzo a una desinversión de US$ 1.000 millones.
Otros factores que contribuyeron fueron la desinversión desde Brasil por US$ 10 mil millones y el declive de cerca de US$ 6 mil millones en el desembolso desde China.
China lidera ingresos
Entre abril y junio, tres países recibieron 47% de los flujos globales de IED. Con US$ 61 mil millones (21% del total), China fue el que atrajo la mayor cantidad de inversión. La segunda economía del mundo fue seguida por Reino Unido, con US$ 41 mil millones, y Estados Unidos, con US$ 38 mil millones.
Dentro de la OCDE, los flujos de entrada descendieron 26%, hasta US$ 137 mil millones. Al igual que con los flujos de salida, el menor desembolso dentro del grupo se debió a las desinversiones. Las caídas fueron particularmente pronunciadas en Canadá (con una reducción de 41%), y en España (con una merma de 48%).
Entre los países que sí registraron un aumento en los flujos de entrada destaca México, que anotó su mayor nivel en esta categoría –casi se cuadruplicó desde US$ 5 mil millones a US$ 18 mil millones– gracias a la adquisición de Grupo Modelo por parte del gigante cervecero Anheuser-Busch InBev.
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