2013/09/16

Próximo canciller alemán deberá aplicar reformas para evitar brusca desaceleración

La crisis de la zona euro impidió que la actual líder se enfocara en la política doméstica.

Por Constanza Morales H.

Dentro del contexto de la grave crisis que afecta a la zona euro, Alemania ha tenido un desempeño notable. En los últimos años, la principal economía del bloque no sólo ha logrado reducir la tasa de desempleo a su mínimo histórico, sino que el buen manejo macroeconómico le ha permitido contar con superávit externo y fiscal.

Si bien, ha sido la canciller Angela Merkel la que ha podido vanagloriarse de estos positivos datos, lo cierto es que las transformaciones que dieron paso a esta saludable economía se realizaron antes de que ella llegara al poder.

De hecho, durante los ocho años que ha gobernado, Merkel ha materializado muy pocas de las promesas que realizó durante las campañas previas. No ha habido una simplificación general del código tributario y tampoco se ha llevado a cabo una gran reforma. La última, que flexibilizó el mercado laboral, ocurrió hace una década bajo su predecesor, Gerhard Schröder.

Podría argumentarse que la actual líder no es completamente responsable de este descuido. Mal que mal, la crisis financiera se inició en la última parte de su primer período y se expandió hacia la zona euro en el segundo. En pocas palabras, el rescate del bloque dejó en segundo plano la política doméstica.

Sin embargo, si Alemania no se hace cargo de sus propios problemas, el país podría perder su sitial como motor de crecimiento de la región.


Vientos en contra

El canciller que elijan los alemanes este domingo (ver recuadro) deberá aplicar reformas estructurales para abordar los vientos en contra que surgirán por el envejecimiento de la población.

Según un estudio de Société Générale, si el gobierno no implementa cambios en el mediano plazo, la fuerza laboral del país podría retroceder cerca de 7% hacia 2025, lo que resultaría en un crecimiento potencial por debajo de 1% en los primeros años de la década de 2020. 

El descenso en la fuerza laboral también implicaría una presión sobre la competitividad a través de mayores sueldos e inflación. 

Entre los factores que impactarán negativamente el crecimiento potencial, los expertos de SocGen destacan la falta de inversión, la rigidez del sector servicios, una demografía desfavorable y una política energética poco clara. El banco francés sugiere desembolsar más dinero dentro de la nación, especialmente en infraestructura, energía y educación. Esto podría elevar el crecimiento potencial en 0,6 punto porcentual. En cuanto a los servicios, la institución sostiene que reducir las barreras a la competencia podría incrementar el crecimiento potencial en más de 0,5% anual en una década y ayudaría a reequilibrar la economía. Acerca del aspecto demográfico, los economistas proponen atraer a más mujeres e inmigrantes al mercado laboral; y respecto del asunto energético, plantean reducir los costos.
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La batalla entre dos ex colaboradores
Para muchos, la elección federal del domingo es un mero trámite. Desde hace por lo menos un año, el partido gobernante, Unión Demócrata Cristiana (CDU), y su hermana Unión Social Cristiana de Baviera (CSU) han liderado las encuestas. El último sondeo de Forschungsgruppe Wahlen reveló que la centro derecha obtendría 40% de los votos.
Muy por detrás se ubica el partido Social Demócrata (SPD), que lograría un 26%.
Peer Steinbrück, el candidato opositor y ex ministro de Finanzas en el primer período de Angela Merkel, ha criticado a su ex jefa por la ambigüedad que ha mostrado respecto de su plan programático para los próximos cuatro años y por la severa austeridad que la canciller ha impuesto a los países del euro.
El líder socialdemócrata ha prometido establecer un salario mínimo nacional, elevar los impuestos a los más ricos –ambas medidas rechazadas por Merkel– y fija límites sobre las alzas en los arriendos.
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