"La Segunda" desmenuzó con tres sacerdotes chilenos -un jesuita, un shoenstattiano y un opus dei- los comentados dichos de Francisco durante su última entrevista. Las cinco claves que analizamos: ¿hace falta más apertura?, ¿qué rol debe tener la mujer dentro de la Iglesia?, ¿qué pueden esperar los homosexuales?, ¿y los separados?, y ¿por qué existe hoy la sensación de que "todo es pecado"?.
"Busquemos ser una Iglesia que encuentra caminos nuevos".
Ese es el título de la entrevista que el Papa Francisco le concedió hace pocos días al sacerdote Antonio Spadaro , director de la revista jesuita «La Civiltà Cattolica».
En el extenso diálogo que mantuvieron ambos en la austera casa de Santa Marta -cuyo texto puede ser descargado en la web www.razonyfe.org -, el Santo Padre entrega pistas sobre el modelo de Iglesia que quiere impulsar: "Veo con claridad que lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles, cercanía, proximidad. Veo a la Iglesia como un hospital de campaña tras una batalla".
Una batalla que, tal como lo han hecho ver algunos vaticanistas, no es otra cosa que el "fuerte remezón" que ha sufrido últimamente el catolicismo alrededor del mundo, golpeado por escándalos sexuales, financieros, servicios de espionaje... y la impensada renuncia de Benedicto XVI.
La entrevista a Francisco generó de inmediato enormes repercusiones en todo el planeta, sobre todo por sus palabras en torno a temas que suelen levantar polémica. Así, por ejemplo, el Sumo Pontífice aseguró: "No podemos seguir insistiendo sólo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos (...) Pero si se habla, hay que hacerlo en un contexto ".
Declaraciones que sorprendieron a muchos y que le significó al sucesor de San Pedro ser catalogado como "un Papa radical... al estilo de Jesús".
Sobre las reformas que pueden venir en la Iglesia, Francisco fue claro: "Son muchos los que creen que los cambios pueden llegar en un tiempo breve. Yo soy de la opinión de que se necesita tiempo para poner las bases de un cambio verdadero y eficaz. Se trata del tiempo del discernimiento (...) Yo desconfío de las decisiones tomadas improvisadamente".
"La Segunda" desmenuzó junto a tres sacerdotes chilenos los dichos del Papa Francisco.
¿Los convocados? El jesuita Fernando Montes , rector de la Universidad Alberto Hurtado; el shoenstattianoLuis Ramírez , capellán del Palacio de La Moneda, y Enrique Colom , doctor en Teología y miembro del Opus Dei.
¿Viene una "apertura" en la doctrina católica?
Según el padre Luis Ramírez, "el Papa Francisco es muy llano y sincero para hablar. La entrevista se dio en el plano de una conversación con un hermano de la comunidad jesuita, por lo que estas palabras muestran sus anhelos y sus reflexiones en un plano personal". En ese sentido, no cree que los dichos del Santo Padre "hayan sido algo premeditado del Papa para provocar 'apertura' en el sentido de ruptura y contradicción con lo esencial de la Iglesia". ¿Entonces? Sus palabras "son un aliento a responder más y mejor al mundo de hoy, a renovar y revisar nuestras formas , a centrarnos en la misericordia, a salir al encuentro, a comunicar el Evangelio de Cristo como buena noticia, a buscar más justicia y solidaridad con los postergados y marginados".
Por su parte, al sacerdote Fernando Montes "más que la apertura a algunos temas, me interpela la actitud del Papa que lo acerca más al Evangelio de Jesús. Es una actitud de discernimiento . Quien discierne no se siente dueño de la verdad, la busca humildemente, es un caminante que escucha, que se pregunta lo que Dios quiere hoy. El que discierne no se encierra en reglamentos, ni fáciles claridades, ni busca seguridad refugiándose en el pasado". Según el sacerdote, "el Papa nos ofrece un nuevo y prometedor ángulo de reflexión".
En ese sentido, añade Enrique Colom, "desde su inicio la Iglesia ha tenido una actitud de 'apertura'. Ya san Pablo escribía: 'Examínenlo todo y quédense con lo bueno'. Es lo que Benedicto XVI ha llamado hermenéutica de la continuidad, que se opone tanto al inmovilismo como a la ruptura con el pasado".
Y añade el presbítero: "Es lo que el Papa Francisco ha dicho en su entrevista al recordar que el Concilio Vaticano II 'produjo un movimiento de renovación que viene sencillamente del mismo Evangelio'. Se trata, por tanto, de realizar una evolución radicada en la Palabra de Dios ".
El toque femenino: "Podría haber mujeres cardenales"
El papa Francisco también apostó por "ampliar espacios para una presencia femenina más incisiva en la Iglesia". ¿De qué manera se puede concretar eso?
Al sacerdote Colom le parece que "el mismo Papa ha apuntado una dirección: que en los lugares donde se toman las decisiones importantes esté presente de un modo efectivo el genio femenino ". Ahora bien, "esto no debe pedirse sólo a la Iglesia, sino a toda la sociedad: la política, la economía, los medios de comunicación, etcétera. Sería bueno hacer un poco de autoexamen para ver si, en lo que depende de cada uno, estamos intentando que eso se haga realidad".
Por su parte, el padre Ramírez cree que "la presencia femenina en la vida de la Iglesia ha cobrado cada vez más importancia, ha crecido en su valorización y en una mayor participación". Según él, ahora "el Papa Francisco está pensando más en la riqueza que aporta el alma femenina en el estilo de ser Iglesia, y no tanto en nuevas funciones . A la mujer le es connatural el acogimiento, la preocupación por las personas, la capacidad de crear vínculos personales y hacer comunión, la apertura al necesitado, todas ellas tan necesarias para crecer como una Iglesia que quiere llegar a ser 'casa para todos'".
Fernando Montes remata: "Me parece importante la distinción entre función y dignidad. Se pueden ejercer diferentes funciones sin que por eso se tenga menos importancia o dignidad. La Virgen es más importante en la Iglesia que el Papa . (El Papa) no dice que la mujer tenga que ejercer la función sacerdotal, pero hace ver que en los puestos claves de la toma de decisiones debería haber mujeres. Perfectamente podría haber mujeres cardenales y en una diócesis podría haber mujeres que ejercieran como Vicarias, por ejemplo, en Educación, en la Pastoral Obrera, etcétera".
Homosexuales: "No subrayar las prohibiciones"
Les preguntamos a los tres sacerdotes por los dichos del Papa respecto de los homosexuales: "Si tiene buena voluntad y busca a Dios, yo no soy quién para juzgarlo". Una reflexión en la que Francisco ahonda en su entrevista, asegurando que con eso sólo ha dicho "lo que dice el Catecismo".
-¿Se puede interpretar esto como un primer paso para que la Iglesia deje de condenar la práctica homosexual?
Responde el padre Ramírez: "Me parece que lo dicho por el Papa Francisco es consecuente con el estilo de Jesús cuando dijo que 'no vino a juzgar sino a salvar' y cuando muestra permanentemente misericordia con todo pecador. Por ejemplo, con la mujer adúltera, a quien le dice 'tampoco yo te condeno', sin embargo añade 'vete y no peques más'. El es inmensamente misericordioso con cada persona, pero no avala aquello que considera que se aparta de su dignidad y de su bien. Jesús distingue muy claramente entre el pecado y el pecador".
Por eso, apunta Ramírez, "siguiéndolo a El, la Iglesia ante el tema de la homosexualidad afirma la dignidad y el valor de la persona homosexual, no la juzga como persona, es tan hijo de Dios como cualquier ser humano, con toda su dignidad y valor. Pero respecto a la práctica de la homosexualidad, considera que no es algo ordenado. El Papa Francisco no juzga al homosexual, pero no ha cambiado lo que la Iglesia señala sobre la práctica de la homosexualidad".
Al respecto, el padre Montes añade que el Papa, con sus palabras, "no está aprobando o desaprobando la homosexualidad. Recuerda algo tradicional de la doctrina católica: que el último juez de la moralidad es la propia conciencia y que no estamos para condenar sino para salvar". Y coincide con Ramírez al utilizar como ejemplo a la mujer adúltera: "Eso muestra la actitud misericordiosa de Jesús, pero nadie puede colegir de ahí que está aprobando el adulterio. Condena la falta y salva al pecador".
¿Qué dice Colom? "No se trata de un cambio, sino de conocer mejor lo que ha dicho la Iglesia, sin subrayar solamente las prohibiciones, que ciertamente existen, pero no son ni lo más abundante ni lo más importante". Lo esencial, añade, "es que Dios nos ama y Jesucristo nos ha salvado". Por otra parte, "cuando la Iglesia exhorta a evitar ciertos comportamientos, lo hace porque sabe que aquello daña la salud espiritual , de modo análogo al médico que exhorta a evitar algunas prácticas que contrarían la salud corporal, no porque odie esas prácticas y, aún menos, porque deteste al paciente, sino porque le preocupa la salud corporal de la persona".
Nuevo status para los separados
Respecto de aquellos católicos que viven situaciones "irregulares" para la Iglesia, el Papa dice que "no es posible una injerencia espiritual en la vida personal". ¿Es posible que vengan cambios para los separados y vueltos a casar?
El sacerdote Colom recuerda que el Papa "también dice que 'la religión tiene derecho de expresar sus propias opiniones al servicio de las personas' (...) Cuando la Iglesia indica que algo se debe evitar es porque aquello es dañino para la persona". En ese sentido, "el Papa recuerda que Dios nos ha hecho libres, y la libertad hace que cada persona sea responsable de sus propias decisiones y, por tanto, que deba aceptar sus consecuencias: si el enfermo no quiere seguir los consejos del médico, no puede quejarse de su falta de salud".
Y añade Colom: " Nada se opone a realizar cambios en el ámbito pastoral ; pero como bien dice el Papa en la entrevista, 'para poner las bases de un cambio verdadero y eficaz' se necesita mucho discernimiento, y eso requiere su tiempo".
El padre Montes apunta que, con sus palabras, "lo que el Papa quiere decir es que se debe respetar profundamente a las personas, su libertad, su conciencia. La Iglesia debe ayudar a formar una conciencia, pero jamás manipularla o destruirla ".
Finalmente, el capellán Ramírez sostiene que lo del Sumo Pontífice es un llamado "a dar un paso adelante y articular una mejor pastoral para los separados vueltos a casar, a fin de ayudarlos, con cercanía y caridad, ano considerarlos separados de la Iglesia . Pero también, a partir de la doctrina expresada en los documentos del Magisterio, a seguir avanzando en dar nuevas respuestas".
¿Cuándo algo es pecado? El dilema del "todo o nada"
En la entrevista a «La Civiltà Cattolica» el Papa dice que "es inútil preguntarle a un herido si tiene altos el colesterol o el azúcar". Les preguntamos a los sacerdotes convocados si no les parece que a veces en la Iglesia se fomentan los escrúpulos, generando la sensación de que "todo es pecado".
El padre Ramírez admite que "es posible que haya sacerdotes que acentúen demasiado el pecado y descuiden primeramente la dimensión del amor apasionado de Dios por nosotros". Sin embargo, plantea, "no creo que sea la tónica mayoritaria del clero ni del episcopado chileno".
Por otro lado, añade, "tampoco es bueno caer en la ley del péndulo, en que nada es considerado pecado, lo cual impide que la persona se abra a la redención, al perdón misericordioso de Dios".
Colom, por su parte, asegura que el Papa "no se refiere sólo a aquellos que piensan que 'todo es pecado', sino también a los que dicen que 'nada es pecado'. Lo que pide es que seamos misericordiosos, ni rigoristas ni laxos. (Eso) significa comprender, disculpar y ayudar a superar la miseria". De todos modos, subraya Colom -y tal como lo dice el Papa en la entrevista-, "lo más importante es el anuncio primero: '¡Jesucristo te ha salvado!'".
Montes prefiere "ir al fondo" de lo que el Papa quiere decir: "Dios es padre misericordioso y Jesús viene a salvar a las personas. Ese es el mensaje de la iglesia y no un estrecho moralismo culpabilizante . Ciertamente hay que reforzar el núcleo del mensaje evangélico que es una buena noticia".
por: Miguel Ortiz A./La Segunda
No hay comentarios.:
Publicar un comentario