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"Es muy relevante conocer la opinión del Banco Central con respecto a las perspectivas de la actividad económica, la inflación y el escenario externo, sobre todo en un contexto en el que se aprecia un menor dinamismo de la actividad y de la demanda interna, junto con un escenario internacional algo inestable", señala el decano de la Facultad de Economía de la Universidad Católica, Francisco Rosende.
-¿Es preocupante la desaceleración de la inversión?
-Refleja importantes dudas con respecto a la evolución del escenario externo y del doméstico. Esto último considerando que tenemos un proceso eleccionario ad portas, el que involucra una cierta expectativa de cambios tributarios que no son menores. También existe alguna expectativa de ajustes en el marco regulatorio. De hecho un "cuello de botella" para nuestra economía es la energía y la forma en que el futuro gobierno encare este problema es un aspecto muy relevante para definir la realización o no de numerosos proyectos de inversión.
Así, la mezcla de elementos de ciclo económico y ciclo político hace razonable una pausa en el proceso de inversión. Ello al margen de las especificidades de la gran minería.
-¿Qué debería pasar con la inflación?
-Parece razonable proyectar una inflación dentro del rango meta de la política monetaria, donde la zona de dicho rango en que esta se ubique dependerá esencialmente de la forma en que el escenario externo golpee el tipo de cambio y el precio del petróleo. En principio me parece que la inflación no debiera ser un foco de dificultades para el Banco Central el próximo año.
-¿Una baja en la tasa se seguirá postergando?
-Me parece que el Banco Central ha actuado correctamente, puesto que debe monitorear atentamente la forma en que evoluciona la demanda interna con respecto al crecimiento de la actividad, no sólo esta segunda variable.
-¿Cómo debería ser en este contexto de desaceleración -con un PIB de tendencia de 4,8% para el 2014 y un cobre de largo plazo de US$3,02- el gasto fiscal del próximo año?
-Debiera crecer a una tasa del orden de 4% a 4,5%.
-¿Qué riesgos visualiza?
-El gran riesgo interno es que el debate de políticas públicas se vea dominado por las urgencias del ciclo electoral, provocándose así un cierto grado de descuido de lo que ha sido una exitosa estrategia para la formulación de la agenda de políticas públicas: rigurosa evaluación de los proyectos públicos en términos de su rentabilidad y la configuración de un ambiente amistoso con la inversión y la creación de empleos.
-¿En lo internacional que es lo que más preocupa?
-La economía norteamericana se ve más fuerte, la economía de China presenta signos de duda con respecto a ritmo crecimiento, en tanto que es razonable esperar que la Zona Euro seguirá en un doloroso ajuste.
Estamos en un escenario externo que contiene varios focos de riesgo, los que resulta necesario vigilar atentamente.
-¿Es complejo que las perspectivas de crecimiento para China sigan ajustándose a la baja, al igual que en otras economías emergentes?
-Es complejo, pero no tanto porque la tasa de crecimiento de esta economía sea algo más baja que en los años anteriores, lo que en buena medida era previsible, sino porque deberá enfrentar un cambio significativo en su estructura de crecimiento, el que hasta ahora se ha sustentado en una mano de obra barata, una moneda devaluada y enormes tasas de ahorro e inversión, las que ocultan importantes focos de ineficiencia, especialmente en el sistema financiero.
Agosin: "Soy pesimista. Veo al crecimiento más cerca de 4% que de 4,5%"
"Bastante más pesimista" que la proyección de crecimiento que tiene para el año el Banco Central se declara el decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Manuel Agosin. "Veo al crecimiento más cerca de 4% que de 4,5% para este año", dice.
-¿Cree que el próximo IPoM dará cuenta de este escenario de mayor enfriamiento?
-La economía chilena se ha demorado en desacelerarse. El consumo está alto, ha seguido boyante aunque ha habido indicaciones que está enfriándose. La construcción está bajando lentamente y la inversión en minería tuvo un periodo bueno en el segundo trimestre, pero eso probablemente no va a continuar. Creo que la desaceleración tiene un alto grado de probabilidad, porque es algo que está sucediendo en todos los países emergentes.
-¿En qué se está notando esa desaceleración?
-El tipo de cambio seguirá alto, porque la casi certeza que las tasas de intereses internacionales comenzarán a subir hace que los capitales salgan del país y se vayan a instrumentos en los mercados internacionales, particularmente en dólares. Esto produce un alza en los precios de bienes de consumo importados, lo que hace que la gente sienta que tiene menos poder adquisitivo. Vamos a experimentar también una pequeña alza en desempleo.
Creo que el consumo va a tener que desacelerarse y con el alza del tipo de cambio naturalmente va a tender a hacerlo. Los hogares, que miran cómo viene la mano hacia adelante, se van a poner más cautelosos.
-¿Es la situación internacional la que nos va a comenzar a pegar?
-Sí. El IPoM siempre va a tener una mirada fina del escenario internacional, porque esta es una economía chiquita, un corcho flotando en un mar proceloso.
Es cierto que la desaceleración internacional ha sido en cámara lenta. Hay buenas señales de Estados Unidos, ya que la banca ha logrado digerir los excesos y está volviendo a prestar. Y aunque las proyecciones para China son razonables, creo que están infladas. Tengo la impresión de que el boom de la construcción que hemos visto en ese país desembocará en una crisis financiera y aunque China tiene espaldas para aguantar, se viene un periodo de bajo crecimiento.
Eso afectará al cobre, lo que tiene consecuencias por el lado fiscal, en el tipo de cambio y en la balanza de pagos. Menores ingresos del cobre implican un dólar más caro, como ya lo estamos viendo.
Ese es el más o menos el camino por el cual se empieza a sentir los efectos de la economía internacional sobre Chile.
-¿Cómo ve hacia adelante las decisiones del Banco Central sobre la TPM?
-Ya anunció el sesgo es a la baja y estamos en una situación de esperar y ver. Si la economía sigue relativamente boyante y el Imacec sobre 4%, no creo que vaya a bajar la tasa. Ha sido bastante prudente en mantenerla en una situación donde el empleo está alto y algunos elementos de la demanda agregada siguen fuertes. El Central no puede mirar lo que pasa hoy, tiene que tomarle el pulso a lo que está pasando. Si cae la proyección de largo plazo pero el latido de la economía no está más lento, no va a bajar la tasa y hace bien en no bajarla. El Banco Central ha sido cauteloso y lo aplaudo: la política monetaria debe ser prudente. Ha mostrado prudencia, tranquilidad y mano firme. Lo ha hecho bien.
Lema: "Lo razonable es que el PIB estará entre 3,5% y 4,5% en 2014"
El economista jefe del Grupo Security, Aldo Lema, destaca que en el escenario macro local hay factores que hace un tiempo eran preocupantes, pero que hoy ya no lo son: el riesgo de sobrecalentamiento, el creciente déficit en la cuenta corriente y la preocupación por una burbuja inmobiliaria. "Estamos en transición desde un escenario con esos riegos presentes a uno con menor crecimiento hacia adelante, con enormes incertidumbres", afirma.
-¿Cómo se debería reflejarse esto en el próximo IPoM?
-En el IPoM no habrá grandes novedades respecto de 2013, es un año que ya está prácticamente jugado. Probablemente el Central acotará su proyección de crecimiento a 4%- 4,5%, lo que es coincidente con las proyecciones de consenso. En materia de inflación no debería haber grandes cambios respecto de lo previsto en junio, con una cifra de cierre entre 2,5% y 3%. Adicionalmente podría haber una ligera corrección a la baja en el déficit en cuenta corriente, incluso menor a 4%, reflejando la moderación del crecimiento de la demanda interna.
-¿Y las proyecciones para 2014?
-En el IPoM el Banco Central debería plantear el primer escenario macroeconómico para 2014, cuyo elemento distintivo es la tremenda incertidumbre sobre la economía mundial y también los impactos de las decisiones políticas locales de este año. Hemos visto que en elecciones anteriores, el primer año del gobierno hubo un menor crecimiento influido por dudas sobre reformas que se habían planteado.
Para 2014 creo que se planteará un escenario relativamente parecido a este año, pero con un sesgo desfavorable. Hay algo a favor con el mayor crecimiento de Estados Unidos y China, con una situación más adversa en materia de flujos a la región, pero con un precio del cobre menor y un precio del petróleo, donde este IPoM podría haberse cerrado sin considerar los desarrollos más recientes en Medio Oriente.
No sólo hay menor impulso externo, sino también un menor impulso fiscal interno. Entonces uno podría esperar una tasa de crecimiento menor para 2014.
-¿Cuánto debería crecer el PIB el próximo año, considerando este escenario?
-Bueno, tal vez el Banco Central no lo refleje todavía y opte por un rango entre 4%-5%. Si fuere así, tiendo a pensar que sería un escenario optimista porque hoy todo indica que el crecimiento de 2014 sería menor al de este año, en 4% o menos de 4%. Pero tal vez el Central tenga confianza en el impacto de la política monetaria, en que el impulso interno no va a moderarse tanto y que algunas medidas que hoy se están anunciando en materia tributaria no van a tener un efecto tan significativo.
Pero tiendo a pensar que lo razonable sería plantear un crecimiento para el año que viene entre 3,5% y 4,5%. Quizá el Central no tenga completamente incorporado este escenario más adverso que están enfrentando los emergentes.
-¿Cuál es la señal que podría haber en materia de política monetaria?
-No debería haber cambios. El Imacec que se espera para julio no modifica el panorama hacia adelante, porque vendrán datos menores en los próximos meses. La inflación sigue controlada y el tipo de cambio no ha tenido una sobrerreacción que pudiera alterar los pronósticos de inflación. El petróleo va a tener una incidencia adversa para el crecimiento mundial. Todo esto justifica que el Banco Central mantenga el sesgo expansivo y que se vengan dos o tres recortes en los próximos meses.
Y en materia de tipo de cambio, todo sugiere que hoy lo estaríamos viendo en la parte baja del rango que sugieren los fundamentos de largo plazo.
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