Los 800,000 mayas que hay en México, no son ni por asomo la raza siniestra, recelosa, obsesionada con el Apocalipsis que en diversas regiones del mundo, se ha vuelto un tema de culto y preparación.
En medio del revuelo que ha generado en muchas partes del mundo, la llegada del fin de un prolongado ciclo maya, una comunidad se toma con calma el arribo del 21 de diciembre y se trata de los descendientes de los mayas que elaboraron ese calendario.Los 800,000 mayas que hay en México, no son ni por asomo la raza siniestra, recelosa, obsesionada con el apocalipsis que muchos describen.
En el corazón de la península del Yucatán, los mayas mantienen sus rutinas. Se los ve desplazándose de un lado a otro en sus bicicletas, contando chistes de tono subido en los bailes y sentándose en la vereda al anochecer para charlar y disfrutar de una brisa.
Muchos viven todavía en casitas ovaladas de lodo y estacas de madera que ayudan a combatir las altas temperaturas de la zona, plantan maíz, cultivan naranjas y crían cerdos, asegura una agencia de noticias que realizó un recorrido.
Cuando se les pregunta acerca del fin del ciclo de 5,125 años delineado en la Cuenta Larga del Calendario Maya, conocido como el XIII Baktun, a menudo responden con una saludable dosis de filosofía maya.
"No sabemos si el mundo se va a acabar", expresó Liborio Yeh Kinil, un hombre de 62 años sentado en una silla afuera de su pequeña tienda de alimentos en la plaza principal del pueblo de Uh-May, Quintana Roo.
"Recuerden el 6/6/6 (6 de junio del 2006): Mucha gente pensó que algo iba a pasar, y no pasó nada", rememoró.
Difícilmente habrá desastres
Reflexionando acerca de un mundo con raíces tan antiguas como las de un ceibo de la plaza -o Yax-che, el árbol de la vida para los mayas de la antigüedad--Yeh Kinil acotó: "¿Qué sentido tiene asustarse? Si algo va a suceder, va a suceder".
Hasta el momento, a través de diversos trascendidos oficiales, arqueólogos dicen que no hay indicios de que los mayas hayan hecho profecías de ese tipo. De hecho, el maya común probablemente jamás haya usado la cuenta larga del Calendario Maya, ni ahora ni en el apogeo de esa cultura, entre el 300 y el 600 d.C. La cuenta larga estaba reservada para los sacerdotes y astrónomos. El maya común medía el tiempo como lo hace cualquier campesino, según las cosechas y los ciclos mensuales lunares.
Con información de Agencias.
Por: Redacción
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