Esta pequeña ciudad alemana ha sido un imán de grandes filósofos y pensadores.
Como si estuviera en el epicentro de una zona sísmica, una pequeña y bucólica ciudad ha tenido a lo largo de la historia la capacidad de sacudir los corazones de los escritores y filósofos que han pasado por allí. Se trata de la ciudad alemana de Heidelberg.
Según informa BBC Mundo, muchos personajes del mundo de la ideas como Martín Lutero, los filósofos existenciales Alfred Weber y Karl Jaspers; Hegel, el padre de la Dialéctica, el novelista estadounidense Mark Twain, el padre del romanticismo aleman Joseph von Eichendorff, el músico Shumann o el pintor británico William Turner, se han inspirado en esta pequeña ciudad.
“Heidelberg tiene algo ideal”, dijo el alemán Goethe, luego de explorar sus rincones, muchas veces tras haber bebido altas cantidades de vino. Fue allí donde encontró la veta para crear a Fausto, el hombre que le vende el alma al diablo.
Su universidad, con más de seis siglos de existencia (1386), y las ruinas de su castillo han sido el gran imán de todos estos pensadores que refugiados en Heidelberg, han procurado grandes avances al conocimiento humanista.
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