La semana pasada, la brasileña aumentó su plan de inversiones, que ya es el más grande del mundo, en 5,3%, a US$ 236.500 millones hasta fines de 2016.
El gobierno brasileño cedería ante las presiones de la petrolera estatal, Petrobras, y estaría evaluando subir los precios de los combustibles a nivel doméstico, los que están congelados desde 2008. La empresa considera que un 15% es el nivel que necesita para sacar adelante su plan de inversiones.
El ministro de Energía brasileño, Edison Lobao, reconoció que el gobierno está considerando subir los precios de la gasolina, pese a que la semana pasada había asegurado que no elevaría los valores este año. “Estamos permanentemente estudiando el tema y tendremos una conclusión en algún tiempo”, afirmó. “Hay preocupaciones por Petrobras”, agregó.
Ayer, el periódico O Estado de Sao Paulo publicó que la empresa recomendaría subir en 15% el precio de los combustibles en su plan de negocios, que será lanzado el 25 de junio.
“Petrobras está haciendo lo que debe hacer, que es pedir un ajuste”, dijo a Bloomberg el economista senior de Banco Espirito Santo de Investimento, Flavio Serrano. “La pregunta es si el gobierno lo autorizará. El gobierno podría tomar ventaja de este momento de una inflación más controlada para implementar un alza”.
La semana pasada, Petrobras aumentó su plan de inversiones, que ya es el más grande del mundo, en 5,3%, comprometiendo el gasto de US$ 236.500 millones hasta fines de 2016, pero bajó sus metas de producción de petróleo y gas.
En ese momento, los expertos advirtieron que sería muy difícil conseguir financiamiento para llevar a cabo ese plan si no se subían los precios de los combustibles a nivel local, los que están congelados para mantener controlada la inflación. Según cálculos del analista de Geração Futura, Lucas Brendler, el precio del combustible que vende la empresa está entre 20% y 25% por debajo de los niveles que se necesitan para que las refinerías dejen de tener pérdidas.
La propia directora ejecutiva de Petrobras, Maria das Gracas Foster, hizo un llamado el viernes a elevar los precios domésticos, ya que el bajo valor de venta obliga a Petrobras a importar gasolina y venderla a pérdida.
Alta inflación, bajo crecimiento
El gobierno de Dilma Rousseff está empeñado en contener las presiones inflacionarias, en un contexto de estanflación, es decir, un escenario de bajo crecimiento, combinado con una alta inflación.
Según los economistas consultados por Bloomberg, la oficina de estadísticas informaría hoy que los precios al consumidor, medidos en el índice IPCA-15 subieron 0,29% en el mes hasta mediados de junio, elevando la inflación anual a 5,1%, desde 5,05% en el mes anterior. La economía creció sólo 0,2% en el primer trimestre, su ritmo más lento desde 2009.
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