Los desafíos de la industria bancaria en Chile parten hoy de una muy buena base, en términos de solidez y solvencia, adecuada regulación y buena supervisión. Haber sorteado con éxito la crisis subprime y que el World Economic Forum reconociera recientemente la gran reputación de nuestras instituciones financieras y la política fiscal del país, son sin duda, un buen punto de partida para que la banca cumpla con mayor fuerza un rol clave en el desarrollo económico.
La mirada a futuro debe aspirar a convertirnos en una banca del primer mundo, que combine una serie de factores que hoy se requiere superar, la necesidad cada vez mayor de información para los consumidores, profundizar en la bancarización y generar productos más sofisticados.
Hoy, hay diversos actores entregando multiplicidad de ofertas crediticias, estamos insertos en un escenario donde aún existen asimetrías, y las reglas del juego no son necesariamente iguales para todos. Por tanto, es un gran desafío para la industria y las autoridades superarlas, para así beneficiar al cliente final y contar con un sistema financiero aún más moderno y eficiente.
Y para lograr superar brechas con países más desarrollados, nuestros desafíos deben aspirar a contar con una cultura financiera que ponga acento en la buena información, clara y oportuna, que eduque a aquellos que aún no tienen experiencias con la industria y que orienten para una toma de decisiones informada. Es un desafío, por tanto, financiar el desarrollo de las personas, familias y empresas, bajo un modelo de endeudamiento responsable.
La industria debe potenciar el actual proceso de bancarización, con inversiones que permitan el acceso a medios de pago, productos y canales cada vez más automatizados. En este ámbito, el país ha avanzado en el cumplimiento de estos desafíos. Nuestra industria cuenta con productos cada vez más sofisticados y el país ha sido testigo de soluciones innovadoras como CajaVecina y CuentaRut de Bancoestado, que dan cuenta de un modelo que combina el apoyo a micrempresarios dueños de negocios, mayor cobertura en un país disperso geográficamente y un medio de pago de bajo costo y fácil uso en canales presenciales y automatizados.
Pero estos avances requieren de una bancarización más profunda, con un incremento en el cruce de productos y en la generación de otros nuevos. Para avanzar, se deben incorporar productos más sofisticados, coherentes con el desarrollo y madurez económica del país. Es fundamental considerar que estos productos de mayor sofisticación, sean también respuestas a las necesidades de las micro y pequeñas empresas.
Porque la mirada a futuro requiere considerar que si bien tenemos una base tremendamente sólida, debemos aspirar a soluciones integrales y estructurales que contemplen las brechas de información, de bancarización y de la sofisticación necesaria de nuestros productos y servicios. Así lograremos contar con una industria aún más fuerte y capaz de responder a las necesidades de la diversidad de clientes.
www.df.cl
No hay comentarios.:
Publicar un comentario