Por Jack Farchy
Los fondos de cobertura no son los únicos que últimamente se han quemado por sus actividades en commodities. Esta semana un hombre fue internado en un hospital inglés tras electrocutarse cortando un cable de 11.000 voltios cuando trataba de robar el cobre que éste contenía.
Los robos de cables y otros artículos de este metal son evidencia de lo ajustado de la oferta en los mercados físicos de cobre, que ha hecho que los precios treparan. Los precios del cobre subieron a US$ 7.400 la tonelada cuando estaban apenas por encima de US$ 6.000 a principios de junio, y el sentimiento entre inversionistas, analistas y gente del sector indica que el precio seguirá aumentando.
"Seguimos teniendo una sensación muy, muy positiva con respecto a las perspectivas para el cobre", comentó Richard Adkerson, CEO de Freeport McMoran, la mayor minera de cobre cotizante del mundo.
Paul Robinson, titular del área de metales no ferrosos de la consultora CRU Group, dijo sentirse "extremadamente optimista" con respecto al futuro del metal rojo.
La razón es la oferta: minas de cobre que fueron superestrellas en la década de los "80, como Escondida en Chile, podrían haber visto ya sus mejores días, y son pocos los que creen que en los próximos años habrá suficiente producción nueva para responder aún al más modesto crecimiento en la demanda.
"Incluso si se parte de supuestos pesimistas sobre la recuperación económica global, el mercado del cobre sigue ajustado", opinó Max Layton, analista de Macquarie, en Londres. Y parece que casi todos los expertos están de acuerdo: cada uno de los 19 analistas encuestados por Reuters el mes pasado consideró que en el mercado del cobre la demanda superará a la oferta el año próximo. Un consenso tan claro es una rareza en los mercados de commodities, donde los datos son incompletos y la demanda es tan dependiente del crecimiento económico.
Por eso, muchos analistas ya predicen que el cobre llegará a un nuevo peak por encima de los US$ 9.000 la tonelada en los próximos 12 meses. "Eso es lo fácil de prever, lo difícil es determinar en qué mes ocurrirá", dijo Layton, quien se inclina por marzo.
Además, cada vez son más los expertos que consideran que un precio de US$ 10.000 la tonelada —o sea un incremento de 35% sobre los precios actuales— es una posibilidad realista para dentro de entre dos y tres años.
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