En contraste, las dos automotrices estadounidenses que recibieron ayuda del gobierno federal estadounidense, General Motors y Chrysler, reportaron un alza de 5% en sus ventas.
Ford, la única de las Tres Grandes de Detroit que no se acogió a protección de quiebra, mantuvo su ritmo con un aumento de 5%, excluidos los resultados de su antigua filial Volvo, que vendió a la compañía china Geely. Sin embargo, el resultado decepcionó a los inversionistas, que esperaban un avance sustancial en las entregas.
Los cálculos de la tasa anualizada de ventas de julio eran aún preliminares, pero parecían menores a las previsiones más optimistas de los analistas, que esperaban que fuera el mes más sólido desde agosto del año pasado, cuando el mercado creció por los incentivos del gobierno estadounidense.
"Describiría los resultados como relativamente cerca de las expectativas, tal vez un poco más débiles de lo que habíamos esperado", dijo a Reuters el economista jefe de la aseguradora Nationwide, Paul Ballew.
Los grandes ganadores en un mes marcado por un retorno gradual de la demanda de los consumidores fueron la coreana Hyundai -que reportó un aumento de las ventas de 19% y dijo que estaba aumentando la producción para cubrir la demanda- y la japonesa Nissan, cuyas ventas crecieron un 15%.
Según expertos, los datos sugieren que la economía estadounidense se aleja de la amenaza de una doble recesión, pero dejan preguntas abiertas sobre la fortaleza de la recuperación.
DiarioFinanciero.com
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