España: gobiernos regionales abren nuevo frente en crisis fiscal

El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, podría enfrentar un segundo frente en su batalla por contener la crisis fiscal, mientras suben los costos de los préstamos para los gobiernos regionales.

Cataluña, que representa un quinto del Producto Interno Bruto de España, ha estado fuera de los mercados de bonos públicos desde marzo, y el rendimiento extra que paga sobre la deuda del gobierno gubernamental se ha casi triplicado este año.

Galicia, por su parte, ha pedido congelar los pagos de su deuda con el gobierno central y Madrid pospuso una venta de bonos el mes pasado.

Las regiones, que se endeudaron a tasas similares al gobierno central antes de que comenzara la crisis de crédito global en 2007, son clave en el esfuerzo de Rodríguez Zapatero por ordenar el presupuesto. El gobierno ya aplicó las medidas de austeridad más profundas en tres décadas y realizó una "prueba de esfuerzo" a la banca, cuyos resultados han hecho caer los costos de los préstamos.

Sin embargo, la inestabilidad de las regiones es un flanco abierto. En España, las regiones manejan un gasto dos veces superior al del Estado, emplean más de la mitad de todos los trabajadores públicos y acumularon deuda durante la recesión.

"Si los inversionistas se enfocaran más en los problemas de las regiones, serían menos optimistas por la deuda del gobierno central de España, y verían que la racha alcista en julio era un poco exagerada", dijo a Bloomberg el analista de Robeco Group, Olaf Penninga. "Si el gobierno central tiene que ayudar a las regiones agravaría una situación que ya es mala".



Intervención central

Pese a la tensa relación del gobierno con algunas provincias, y a que las leyes españolas prohiben al gobierno central rescatar a las provincias, ya hay inversionistas que demandan una intervención. Dejar caer a una región haría subir los rendimientos de los bonos de España y sería un "suicidio", dijo el economista jefe de Intermoney Valores, Jose Carlos Diez. "Sería absurdo salvar a los bancos, pero no a una región".

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